treinta y siete

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-Mi padre maltrataba a mi madre. Mi último recuerdo de ella es verla en el suelo y a mi padre con un cuchillo. Poco después la policía me llevó con mis abuelos que, lamentablemente, murieron hace unos años.-al terminar las lágrimas salen poco a poco y yo miro mi plato-
-Lo siento, yo no lo sabía.-dice acariciando mi mano-
-No lo podías saber no te disculpes. (Eva)

Se forma un silencio y todos terminamos de comer muy rápido. Me siento en el sofá y todos me abrazan. Es raro, nunca he hablado de mis padres y no me lo imaginaba así. Subo corriendo a mi cuarto y tumbo en la cama. Antes, claro, cierro la puerta. Abrazo a mi almohada y empiezo a llorar, empiezan cayendo unas algunas lágrimas pero poco a poco van saliendo más y más. Me tapo completamente la cara y sigo llorando intentando no causar ruido. Al momento abren la puerta, Jonah. Se sienta a mi lado y me abraza acomodándome en su pecho.

-Eva, lo siento. No quería hacerte llorar, no quería que lo pasaras mal.
-...
-¿Qué hago para que dejes de llorar? Solo quiero verte bien.
-...Em...Y-Yo...n-no...s-se...-me cuesta hablar por el llanto, intento calmarme pero no lo con
-Tranquila, tranquila. ¿Llamo a los demás? Están muy preocupados.
-...No, p-por...f-favor...
-Vale, ¿traigo algo? ¿hacemos algo?
-...Me...d-da...i-igual...

Se levanta y sale de la habitación. Me miro al espejo. Genial, tengo todo el poco maquillaje que me hecho corrido. Me lo limpio. Agarro un folio y escribo una serie de frases sobre como me siento ahora. Me desahogo completamente. Poco después llega Jonah con un gran bol de palomitas de caramelo. Me encantan. En su otra mano lleva dos tabletas de chocolate. Los deja en la mesilla de noche que hay cerca de mi cama y me abraza de nuevo. Me limpia las lágrimas:

-¿Vemos una película?
-Vale.
-¿Qué película?
-No lo sé.
-¿Harry Potter?
-Siii.
-¿Maratón?-decimos a la vez-
-Pues maratón será.-dice Jonah riendo-
-Voy a decírselo a los demás.
-Mejor, están muy preocupados.

Voy al salón y al llegar Corbyn se acerca a mí y me abraza como nunca. Los demás repiten su acción. Les aviso sobre que posiblemente Jonah y yo nos quedemos hasta tarde despiertos a pesar de que mañana tenemos instituto. Vuelvo a mi cuarto y Jonah ya lo ha preparado todo. Me siento en la cama y me dice:

-¿Estás mejor?
-No lo suficiente, es cierto que ya no lloro pero llevo tanto tiempo ocultándolo que haberlo contando ya no cura mi dolor y...
-Tranquila, no lo recuerdes. Céntrate en la película y ya vemos mañana como te encuentras, podemos llamar al instituto y faltar. Eres una alunma de diez y si no te sientes emocionalmente estable como para ir, no vayas.
-No creo que pueda faltar tanto pero a lo mejor mañana me siento con fuerzas para ir, no lo sé pero ojalá.
-Bueno, vamos a ver la película y ya.

Comienza la película, nos tumbamos. He visto estas películas millones de veces pero nunca me canso la verdad. Jonah me mira en algunos momentos y me abraza. Estamos hasta la madrugada. Jonah se ha dormido pero no sé cuando. Me levanto con cuidado y me cambio. Me tiro a la cama desganada y miro hacia el techo. Cierro los ojos intentando dormir pero no lo consigo. Comienzo a recordar una y otra vez lo pasado con mis padres, cuando me separaron de ellos. Las lágrimas brotan de nuevo. Intento volver a dormir pero los recuerdos siguen flotando en mi mente. Finalmente y a unas pocas horas de despertarme consigo dormir.

*AL DÍA SIGUIENTE*
-Eva, Eva.
-¿Sí?-digo frotándome los ojos que aún siguen rojos de haber estado tanto tiempo llorando-
-¿Estás mejor?
-Lamentablemente no.
-No digas más voy a avisar al instituto.
-Jonah, debería ir.
-No, estas mal. No puedes ir, va a ser peor.
-Puedo ir.
-Eva, hasta tienes los ojos rojos. Sé perfectamente que esta noche has llorado mucho más.
-No he llorado, solo es que te parece que son rojos.-digo mientras me tapo los ojos-
-Eva, mírame.-dice agarrándome las muñecas y mirándome fijamente-
-¿Qué?
-Los tienes rojos. No vas a ir. No te voy a dejar.
-Venga Jonah, por favor.
-No.
-Pfff vale.

Me levanto y me recojo el pelo en un moño alto bastante despeinado. Jonah me mira fijamente. Me siento en mi escritorio y reviso los folios que ya escribí antes. La mayoría de las frases son de momentos infelices, no son demasiadas. A penas llenan dos folios. Las felices no terminan de llenar la cara de uno. No es que mi vida sea infeliz si no que suelo escribir en esos momentos. Me giro y encuentro al chico todavía mirándome. Le sonrío y él se levanta. Curioso mira los folios pero yo les doy la vuelta a tiempo. Sé que quiere saber algo más de mí por lo que abro un cajón que hay incorporado en mi escritorio y le doy un archivador. Lo abre sorprendido y comienza a ver mis dibujos uno por uno. Están todos guardados en su respectiva funda de plástico lo que falicita que se vean. Al terminar me abraza y dice:

-¿Hay algo que se te de mal? Eres una auténtica artista.
-Bueno pues para mí lo hago mal.
-¡¿Qué dices?! Eres una pintora de primero, en serio.
-Ains no digas tonterías.
-Es la verdad, te lo prometo.
-Que va.
-Hazme caso, cabezona.
-Bueno lo que digas, pero sigo sin creerlo.
-Eres demasiado humilde.

Jonah me agarra de la mano y me lleva a la cocina.

La sonrisa perfecta| Corbyn Besson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora