cuarenta y cuatro

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Intento sonreír pero no puedo, no puedo fingir que estoy bien. Mi mejor amiga no para de llorar, mis mejores amigos tampoco y yo solo quiero ayudarles pero también me supera todo esto. Entro en la casa mientras suspiro y me encuentro a todos los chicos en el salón, mirando fijamente la puerta. Todos tienen muy mal aspecto y parecen en otro mundo.

-Chicos. (Daniel)

No recibo respuesta por lo que intento hablar más otro sin que mi voz se rompa.

-¡Chicos! (Daniel)

Al cabo de un corto rato recibo respuesta.

-¿Sí? (Jonah)
-Tengo que deciros algo importante. (Daniel)
-No me importa, ya no me importa nada. (Jack)
-¿Por qué? (Daniel)
-Eva no está. (Zach)
-Sí, Eva no está en esta casa pero está en esta ciudad. (Daniel)
-¿La volveremos a ver?-noto como los ojos de Zach se llenan de esperanza-
-Pues claro, no sé si será pronto pero la veréis. (Daniel)
-¿Cómo lo sabes? (Jonah)
-Vengo de hablar con ella.-todas sus miradas se paran en mí, quieren saber más-
-¿Qué dice? (Jack)
-Mira, ella no está en buen momento. Solo os puedo decir que quiere veros bien. (Daniel)
-No puedo estar bien si no me habla, la echo de menos. (Zach)
-La vereis pronto, ahora solo tenéis que estar bien. Si no lo hacéis por vosotros, hacedlo por ella. (Daniel)
-Vale, lo haré. (Jack)
-Lo intentaré. (Zach)
-Será difícil pero vale. (Jonah)

Pongo nuestra película favorita mientras que le hago su comida favorita a cada uno. Están algo mejor y eso me hace feliz. Subo al antiguo cuarto de Eva y me tumbo en su cama. Comienzo a llorar pensando en lo mal que lo está pasando. No soporto verla así, me supera. Aunque no lo parezca Eva siempre saca una sonrisa, pero hoy no he conseguido verle ninguna. La imagen de Eva despeinada y con ojeras no para de repetirse en mi mente. Nunca la había visto así. Finalmente me levanto y me dirijo a mi cuarto. Me siento y empiezo a escribir. No consigo escribir nada que me guste por lo que decido tumbarme.

*NARRA CORBYN*
Después de buscarla por toda la ciudad sin obtener resultado, decido volver a la casa para ver si los demás están algo mejor. Supongo que ya volverá. Abro la puerta y veo como Zach, Jonah y Jack están algo mejor. Me dirijo a mi cuarto pero antes me paro en el de Eva. Me siento en su cama y miro cada rincón vacío en el que hace poco había muchas cosas. Recuerdo uno a uno todos los momentos que he pasado con ella y al no poder aguantar más las lágrimas termino en un llanto. Un llanto tan ruidoso que hace que los chicos suban. Zach echa a los demás dejándome a solas con él. Se muestra frío y eso no es normal:

-¿Por qué lloras?
-Eva...se...ha...ido...
-Y ha sido tú culpa.
-¿Qué?
-Vamos, era tu novia. Tú has echo que se fuera.
-No, no fue a-así.
-Tienes dos minutos para explicarte.

Se lo cuento todo sin dejarme ni un solo detalle, aunque no puedo evitar que el llanto fuera más fuerte a medida que contaba los hechos. Zach me abraza muy fuerte, para intentar consolarme aunque no lo consigue.

-Como me hayas mentido la lias, ¿lo sabes?
-No, t-te m-miento.
-Solo tenemos que hacer que Eva descubra la verdad.

Me dirijo a la habitación de Daniel y llamo a la puerta. Al no recibir respuesta, grito su nombre:

-¡Daniel!

Nada, pruebo de nuevo. Esta vez más fuerte:

-¡DANIEL!

Tampoco contesta:

-¡DANIEL JAMES SEAVEY!

Finalmente Zach termina diciendo:

-Ábreme a mí, soy Zach.
-Pasa. (Daniel)

Está claro, Eva le ha contado todo lo que vió. Soy estúpido, ¿cómo me va a abrir la puerta después de todo lo que cree que he hecho?

NARRA ZACH

Entré sin pensarlo y me encontré a Daniel tumbado en su cama con lágrimas en los ojos. Me siento a su lado. Le acaricio la espalda y consigo llamar su atención. Levanta la cabeza, se limpia las lágrimas y sonríe como si no hubiera pasado nada. Le abrazo. Él me pregunta:

-¿Qué quieres?
-Verte, nos has ayudado a todos y quería ver como estabas.
-Estoy bien, como puedes ver.
-¿Bien? Yo no te veo bien.
-Pues lo estoy.
-Daniel no tienes que fingir que no te afecta por nosotros, no tienes que fingir estar bien. Sabemos que te duele y mucho pero todos estamos aquí para ayudarte.
-Gracias. Creo que para ayudarme tanto a mí como a Eva deberíamos echar a Elisabeth, esta sigue siendo la casa de Eva y Eli no pinta nada aquí.
-Me parece bien, lo voy a hacer yo.
-¿Cómo?
-Le diré cualquier cosa.
-Espero que funcione.
-Va a funcionar, te lo aseguro.

Salgo de la habitación con un Daniel inseguro a mi lado. Vamos hacia el salón se sienta en el sofá y esperamos a que llegue Elizabeth.

NARRA EVA
-¡Eva!
-¿Eh? Me has despertado.
-Llevo llamándote mucho tiempo.
-¿Que querías?
-Nos has comido nada desde que llegaste. Me preocupas.
-No quiero comer.
-Debes hacerlo.
-Maddie, no me apetece.
-Has llegado a las 13:30, son las 20:18 no has salido de tu cuarto. Tienes el rimel corrido, los ojos rojos y ni te has cambiado. No estas bien, te dejé que no comieras pero tienes que cenar.
-No, no quiero hacer nada.
-Mira, yo no puedo hacer que comas pero no te rompas pensando en él.
-Vale.

Me abraza y sale de la habitación dando un suspiro. No tengo ganas de nada. Me pongo un pijama y me hago un moño despeinado. Me quito el maquillaje y vuelvo a dormir.

NARRA DANIEL
Llevamos horas esperando y no hay rastro de Elisabeth. Zach y yo seguimos en el salón mientras que los demás están en su habitación. De repente recibo una llamada, un número que no he agregado aún.

-¿Daniel?
-Soy yo, ¿quién es?
-Soy Maddie. ¿Estás solo?
-Estoy con Zach.
-Es mejor que él no escuche esto.
-Vale.

Me levanto y me dirijo a la cocina para descubrir lo que Maddie tiene que decirme.

-Daniel, es difícil decir esto.
-¿Qué es?
-¿Sabes que Eva está en mi casa, no?
-Claro.
-Bueno, no ha salido de su cuarto desde que llegó de hablar contigo. No come, sé que igual me estoy preocupando por nada y bueno no la conozco tanto como tú pero normalmente no está así.
-Dios no.
-¿Qué pasa?
-Eva, suele comer, no se salta casi ninguna comida.
-...
-¿Maddie?
-Sí, estoy aquí.
-Vale, déjala esta noche y si mañana no está mejor que falte al insti. No la dejes sola, no quiero que haga nada de lo que se pueda arrepentir.
-¿Crees qué ella puede sui-?

La sonrisa perfecta| Corbyn Besson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora