Efímero

7. And I will try to fix you

And the tears come streaming down your face
When you lose something you can't replace
When you love someone but it goes to waste
Could it be worse?

Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you

Isak POV

Miraba la hoja que se encontraba sobre la mesa tratando con todas mis fuerzas de concentrarme. Era un examen de matemática y para ser sinceros, los números no me costaban. Pero en aquella ocasión esa tarea se me estaba dificultando, pues lo único que tenía en la mente era a cierto rubio que se encontraba en mi casa.

Suspiré y volví a leer las consignas. Me dije que debía hacerlo lo mejor posible, después de todo ese día me hubiera quedado en casa con Even hasta que recordé el maldito examen. Sería un desperdicio haber ido y encima haber reprobado.

Esa mañana el despertador sonó como todas las demás. Estuve muy tentado de apagarlo y quedarme en casa, hasta que recordé ese examen. Maldiciendo a la profesora por haber elegido esa fecha me dirigí al baño del cuarto de papá. Cuando estaba lavándome los dientes recordé que ayer no había sacado ropa para vestirme, y no podría usar la de ayer porque estaba sucia.

Con cuidado y en silencio, abrí la puerta de mi cuarto tratando de hacer el menor ruido posible. Abrí mi armario y comencé a sacar prendas al azar, no me iba a preocupar mucho por mi aspecto hoy.

Antes de irme me detuve y miré a Even. Su cabello estaba revuelto y todo esparcido por mi almohada, con un brazo colocado bajo la misma y el otro agarrando las frazadas. Se veía relajado, pacífico, sus expresiones se habían suavizado. Y desee que se mantuviera así, pues  desde ayer su semblante sólo mostraba tristeza, enojo y frustración.

Ojalá pudieras quedarte ahí para siempre pensé pero rápidamente alejé esos pensamientos de mi cabeza.

Salí de ahí no sin antes escribirle una nota que le dejé en la mesa de noche que estaba al lado de la cama. Lo mejor para él sería pasar el día descansando y no estresado con las cosas de la escuela.

El timbre sonó indicándonos que era la hora del receso y la profesora nos pidió los exámenes. Terminé de completar el último ejercicio, se lo di y salí fuera del salón con destino a la parte trasera de la biblioteca, pues necesitaba hacer una llamada y ahí era un lugar donde nadie se acercaba, así que podría hablar tranquilo. Luego de tres tonos, atendió.

-¿Hola?- dijo la voz de Even al otro lado.

-Even-dije-¿estás mejor?

-Sí, me desperté hace un rato y creo que me siento mejor que ayer. ¿Por qué no me levantaste para ir a la escuela?

-Nada de eso, tenías que descansar, ayer fue un día muy agotador para ti. Yo también me hubiera quedado pero tenía un maldito examen de matemáticas.

-¿Te hubieras quedado conmigo?- Preguntó con algo de emoción en su voz.

-P-por supuesto- dije tartamudeando- no quiero que te pongas mal por todo el asunto de tu papá.

Hubo un momento de silencio y temí que la llamada se hubiera cortado.

-En verdad agradezco de corazón todo lo que haces por mi Isak. Nadie se tomaría tantas molestias por un desconocido.

-No eres una molestia y tampoco un desconocido, que eso te quede claro. Hago todo esto porque quiero volver a verte radiante como eres- dije con una sonrisa de oreja a oreja, aunque él no pudiera verla.

Seguimos hablando un poco más y me dijo que si podía decirle a Iben y Mikael que se encontraba bien, que estaba a salvo y que luego les explicaría lo sucedido, pues estaba seguro de que sus padres estarían preocupados y seguramente se hubieran contactado con ellos en busca de información de Even. Él no quería encender el teléfono todavía, pues no estaba seguro de confrontar a su padre aún.