Distancia 2 (Ed Sheeran)

Capítulo 19: Soy la salvación

Abro rápidamente los ojos y a poco grito de la alegría, pero no estoy feliz, estoy asombrada.

Estuve toda la noche tratando de olvidarme de mi episodio con Ed, obviamente llorando, pero decidí hacer otra cosa para distraerme, entrar al lugar dónde se oculta Distancia. Traté con dormirme por mi propia cuenta, pero mis pensamientos me lo impedían, así que fui y tomé unas pastillas para dormir, y lo logré, estoy consciente de que estoy aquí otra vez, en ese extraño lugar dónde estuve anteriormente. Tengo que buscar a N y a Z, hay mucho por aclarar.

Verifico bien el lugar. Casilleros oscuros, piso brillante, debe ser una especie de cambiador. Reviso dentro de cada uno de los casilleros y lo único que encuentro son objetos escolares y uniformes. ¿Estoy en una escuela? ¿Dónde me metí? Sigo caminando entre los casilleros hasta encontrar un salón de clases, parece el aula de química. Este lugar es muy similar a mi otra escuela, a la que iba antes de mi vida como cantante.

Camino hasta llegar a una ventana que da hacia el patio de juegos de la primaria que está junto y miro el cielo. Está nublado y de noche. El viento sopla fuerte a las nubes haciendo que parezca que la luna se mueve entre ellas, pero está completamente inmóvil.

Esperen...si estoy en otro lugar de mis recuerdos eso significa que...

-No huyas- suena su voz gruesa por el parlante de la escuela y sin pensar en nada corro sin dirección.

Distancia, ese maldito me trajo aquí. Tengo que salir otra vez hacia los pasillos como sea. Cruzo el patio, el gimnasio y la cafetería buscando una salida. Tiene que haber una, si logré entrar puedo salir.

En uno de los costados hay una puerta extraña, puede ser la salida, así que me aventuro a su interior. Pero simultáneamente me resvalo en el piso al topármelo frente a mí. La puerta se cierra, dejándome sin salida y comienzo a agitarme.

-¿Qué no entiendes de no huir Dawney?-sonríe.

Lentamente levanta un brazo y me arroja por los aires contra la puerta, haciendo que la rompa y pase directamente al pasillo otra vez. Me quiero levantar, pero hay como una especie de peso sobre mi impidiéndomelo y me deja estampillada en el piso.

-Muy bien, así me gusta que te portes. Quietita y sin hablar.

-Ya sé todo.-digo apretando fuerte la mandíbula.

-¿De qué?- pregunta arrodillandose frente a mí.

-Eres un Óniro. Sé que me tienes aquí porque te alimentas de mi alma y que sin mi no podes vivir. Y que me encerraste en una fantasía para que yo hiciera lo que quisieras.

Sonríe-Puede ser. Es mucho más, pero me gusta como lo resumiste.

-¿Por qué me elegiste a mí entre todas las personas que hay en el mundo?

El estira su brazo y con su dedo índice toca justo de bajo de mi cuello entre las clavículas haciéndome dar un fuerte escalofrío. Mi cuerpo pierde calor ante su contacto y el miedo aparece de la nada en mis sentidos.

-Tu...Eres especial, sabes. No solo tú, tu propia alma es pura como agua de manantial. Me das más que vida eterna, me das fuerzas y juventud, todo y mucho más de lo que necesito. Y no puedes deshacerte de mi tan fácilmente.

-¿Cómo que no?- exclamo en un intento fallido de levantarme y vuelvo a quedar pegada al piso- Puedo morir, y allí se acabaría todo. Yo muero y tú te vas al infierno.

El vuelve a reír y se levanta.

-No es así querida. Si mueres...Sophia es la siguiente. Tiene un alma similar a la tuya, y lo mejor de todo es que es mucho más joven e inocente. La convertiré en uno de mis internos y la convenceré de que eras una mala persona. ¿Acaso quieres que tu hermanita le suceda eso?- niega con la cabeza- No Dawn, no va a ser tan fácil.