Capítulo 26: Despertar y Confusión

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Al fin, puedo abrir los ojos. No tengo un reloj pero hace alrededor de una hora que vengo dando vueltas en la nada. Hay mucha luz, todo es blanco hasta que mi vista se acostumbra al resplandor del lugar. Está templado en este lugar, no tengo frío, tampoco calor pero una fina brisa golpea el lado derecho de mi cuerpo. De a poco me ubico. Estoy acostada sobre una cómoda cama de sábanas celestes, a mi derecha hay dos ventanas y una de ellas está abierta, la cual produce la brisa levantando suavemente las cortinas. Estoy totalmente rodeada de flores, la mayoría son rosas blancas, mis favoritas. Hay hojas con dibujos y recortes, afiches, fotos mías, tarjetas sobre la mesa a mi costado y tres grandes peluches. Miro mis brazos, me encuentro inyectada de tubos por todos lados y por mis fosas nasales pasa otro tirando un fino hilo de aire que hace cosquillas, me cuesta respirar y esto me ayuda bastante. Me remuevo incómoda pudiendo solamente mover apenas mis brazos, es como si hubiera dormido por muchas horas. Un dolor punzante en parte derecha de mi estómago me obliga a quejarme y como puedo remuevo las sábanas dejando libre la piel en mi estómago. En la parte del dolor se encuentra una gran cicatriz cocida que va desde el ombligo hacia la izquierda unos diez centímetros aproximadamente, parece profunda, pero me limito a tocarla, puedo causarme un infección o algo así.

Doy una mirada periférica al lugar, aparatos aquí y allá, no puedo creer que esté en un hospital. ¿Qué sucedió?...¿Desperté?...¿Esto es después de la boda de Fel?...¿Tan mal quedé?... Maldita sea, es más que seguro que les arruiné la fiesta....Pero...¿La herida de dónde salió?

El picaporte de la puerta, del lado izquierdo de la habitación, baja y al instante entra Ed.

Serio.

Está destruido: ojeras, sin afeitar, ropa de entrecasa desordenada, y parece haber adelgazado muchísimo. Cuando cierra la puerta se desordena el cabello color zanahoria largo como lo usaba antes y larga un gran suspiro. El brillo de sus ojos está apagado de cansancio, mira hacia la nada y retoma hacia el interior. Me mira, espero que tenga una buena reacción, sin embargo, cubre sus cara con ambas manos agobiado y sigue caminando hasta la ventana, como si hubiera visto algo que le perturbara. Allí se sienta de espaldas a mi y sube ambos pies al humbral tomando la guitarra a su costado. Una vez que la razga por primera vez se detiene completamente y queda inmóvil, casi atónito.

-¿Ed?- pregunto con la voz completamente ronca, tanto, que se siente extraña...Es como si hablara por primera vez después de mucho tiempo.

Su cuello gira rápidamente, con las facciones mostrando sorpresa, la guitarra cae en seco de sus manos y con torpeza se pone de pie.

-¡Dawn!- responde con una gran sonrisa y corre hacia mí. Cuando llega al costado de la cama se arrodilla y me toma la cara entre risas y sollozos- Estás despierta, no puedo creerlo, pensé que nunca volverías a abrir los ojos. Estas bien, estas bien- repite desesperadamente feliz.

No comprendo su felicidad, tengo muchas dudas y a pesar de que me cueste hablar, tengo que encontrar las respuestas.

-¿Por qué estoy en un hospital?...¿Dónde están los internos?...¿Nina...Zayn?...Y...¿Qué sucedió después de que me desmayé en la sociedad?- pregunto desesperada y su ceño se frunce.

-¿De qué hablas?...No sé quién es Distancia, ni Nina, ni los internos...¿Y por qué buscas a Zayn en una tal sociedad?...¿No recuerdas nada?

-¿Tú no recuerdas nada?...Estabas conmigo cuando perdí la conciencia.

Separa su rostro un poco. Ambos confundidos. No sé si el está confundido o yo lo estoy, o tal vez esté confundida sobre su confusión, esto es complicado...o confuso.

-No- niega firme- Cuando perdiste la conciencia yo estaba en Los Angeles, con tu hermana y esto ocurrió hace...cinco meses atrás más o menos, has dormido por cinco meses desde que...- suspira- Me prohibieron que yo te dijera todo esto, será mejor que llame al doctor, él es el ocupado de ponerte al tanto.

-¿Ponerme al tanto de qué?

-Aguarda aquí un instante- responde y se marcha por la puerta por la que entró.

Dos médicos, un hombre de bata blanca y una mujer de traje champán con un anotador entran seguidos de Ed. El se encuentra nervioso, pero es paciente y se sienta en otro lado de la habitación.

-Buenos días Dawney- dice el doctor- Soy tu doctor ¿Cómo te sientes?- pregunta revisando el pulso en la pantalla y luego revisa otras cosas. Miro la identificación prestándole atención a su nombre: Doctor N. Romera.

-Confundida- respondo.

-Es normal, no te impacientes. Estarás aquí por un tiempo más, a lo sumo una semana, para no arriesgarnos a que te suceda algo. Te estaré cuidando toda la semana, y espero que te sientas cómoda. Supongo que tienes preguntas- dice con su santa paciencia. Es un tipo muy calmo.

-Si, y muchas.

-Bueno, yo me retiro. La doctora Villalobos te ayudará- mira a Ed y señala la puerta- Sé que tienes desazones de estar con ella, pero tendríamos que dejarlas solas.

Asiente y se pone de pie para salir junto al doctor Romera. La doctora se sienta y se cruza de piernas en la punta de la cama con una gran sonrisa.

-Bueno...-comienza- ¿Por qué te sientes confundida Dawn?

-Por todo...Quiero que me explique dónde estoy.

-En el hospital central de Londres. Siéntete libre de preguntar.

-¿Cómo llegué aquí?

-Un accidente.

-¿Cuál?

Aprieta los labios pintados de carmín y piensa.

-Dime, qué es lo último que recuerdas.

-Es largo de explicar. Pero resumiendo, me desmayé en la boda de un amigo- explico eludiendo la parte de la sociedad y todo eso.

-¿En la boda de un amigo?

-Si exacto...Mejor les explico algo...Supongo que usted es psicóloga...

-En efecto.

-En ese caso usted sabrá lo que le estoy por relatar. He tenido ciertos sueños extraños que van más allá de lo normal. En ellos aparecía un Óniro que se alimentaba de mi alma y tenía una sociedad que se encargaba de todo eso, con el tiempo me di cuenta de todo y de que yo era un Óniro a través de esos sueños y no tuve otra opción que destruir al Óniro que se alimentaba de mí. Yo lo derroté, recuerdo verlo caer a mis pies destrozándose entero. Y lo último que recuerdo es haberme desmayado en ese lugar, en esa sociedad, hace una hora.

La mujer con el ceño fruncudo se coloca de pie y rodea la cama, pensando.

-Óniros, como los seres mitológicos del antiguo Egipto. Esto es extraño, ellos ni siquiera existen por no puedo decir si lo hicieron algún tiempo, solamente hay un libro que los nombra. Lo escribió un buen autor hace años, era una novela y admito que me dejé llevar por esos seres malignos. Es impresionante que te haya sucedido esto, y me llava a que te pregunte, Dawn, ¿Hace cuánto comenzaste a tener todos esos sueños?

-Cuatro meses más o menos.

Asiente sonriente.

-Eso explica todo- dice- Dawn, no te preocupes por todo eso, no has tenido sueños con Óniros, solamente tienes una mente muy productiva. Si esto sucedió hace cuatro meses, solamente fue un sueño.

-No, no, no comprendo- titubeo.

-Te lo voy a decir, de todas formas para eso estoy aquí- pasa la lengua por sus labios, no nerviosa, sabe lo que hace, sino que le da vueltas porque sabe que si dice algo fuera de lugar no comprendería.

-Por favor, dígalo, no me deje en suspenso. Estoy completamente perdida.

-Está bien Dawn, lo menos que quiero es asustarte. Pero en pocas palabras, estuviste en coma durante cinco meses y todo esto que viviste de Óniros y sueños;solo fue tu imaginación que actuó mientras estabas literalmente dormida.

Besos :) xx.

Distancia 2 (Ed Sheeran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora