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El chico respiraba agitado con las manos en las rodillas sosteniendo su torso.

—¿Que mierda fue eso?— mi corazón latía al mil por hora y también estaba agitada, asome mi cabeza y no visualize a nadie, ¿estará loco?

Chasqueó con la lengua y me miro —Huíamos ¿no es obvio?— su voz aún estaba agitada y aún volteaba por moros en la costa. Era la primera vez que escuchaba su voz, una voz grave que no vi venir.

—¿De quien?

—Baja la voz, de unas personas que me buscan.

—¿Te buscan porqué robaste algo?— pregunté imprudente recordando lo que había pasado en la tienda de conveniencia.

Me miro con el ceño fruncido de arriba hacia abajo —Claro que no.

—¿Entonces que hiciste y porque me arrastraste contigo?— Yo no había echo nada malo no tenia porque huir con el.

—Porqué te vieron conmigo.

Buen punto, pero había evadido la pregunta anterior, tenía la intención de volver a preguntar pero salió del callejón y lo seguí.

—¿Si me recuerdas verdad?

—Te voy a pagar, ¿por eso me sigues?

—No es por eso— "Quiero saber quién eres" me limité a decir en mi mente —Te encontré por casualidad— "pero quiero saber quien eres".

—Mm como sea— apreto sus labios y removió las comisuras de estos —igual te pagare, ahora aléjate de esta zona— subió el zipper de su chamarra y metió las manos en estas para caminar con más velocidad.

Tome su chamarra por la manga frenándolo —Ni si quiera sabes dónde encontrarme ¿como pretendes cumplir con lo que dices?

—Se donde encontrarte Jung Jihae— se soltó de mi y viro en la esquina desapareciendo de mi vista en la multitud.

Quede plantada en la acera, inmóvil y con los ojos más abiertos que nunca, mi nombre había salido de sus labios, ¿como sabía él mi nombre? Nunca se lo dije, no llevaba mi placa del uniforme aquella vez... no hay ni una jodida manera por más que intenté rebuscar en mi memoria. Si lo conociera no olvidaría ese rostro.

La fiesta era en mi casa, había llegado un poco tarde pero con el regalo de Hoseok ya envuelto, subí rápido para arreglarme decentemente, me metí a bañar, seque mi cabello y lo planché, me puse un conjunto de falda con una blusa llamativa y zapatillas, me maquillé a mi estilo y estuve lista en una hora y media, suficiente tiempo para que la planta baja y el jardín ya estuviesen repletos de amigos y no amigos de Hoseok, baje y me dirigí directo con mi hermano para darle su obsequio.

—Jihae eres la mejor hermana del mundo y te amo por saber exactamente que es lo que quiero— me abrazo dejando un sonoro beso en mi frente.

—Si, si, también te amo— me separe de el y empecé a servir frituras en varios bowls.

—Ya llego por quien lloraban— entro Jungkook a mi casa como si de la suya se tratase.

—Y Jungkook— dijo Yoongi entrando después que él.

Reí sonoramente con ese comentario haciendo enojar a Jungkook.
Tome los bowls y los acomodé estratégicamente en distintos puntos de la casa; había a simple vista unas 100 personas ya dentro, todas con su respectivo vaso iniciando una fiesta.
Hoseok hacía buenas fiestas, tenían su fama dentro de la universidad por acabar siempre bien sin ninguna pelea o yo que se... un muerto y bueno, mi hermano es bastante popular junto con su mejor amigo Yoongi quien paso a ser como otro hermano para mi; es común que chicas quieran acercarse a mi solo para llegar a ellos, lo aprendí de la peor manera, y es por eso que mis amigos son aquellos idiotas, mis idiotas. Jungkook y yo somos amigos desde que tengo memoria y con el tiempo se nos agregó Jimin haciendo aún más latente el hecho de que todas quieran ser mis "amigas".

Después de dar una vuelta y tomar una cerveza de la hielera de Yoongi fui a donde Jimin en la sala.

—¡Jihae!

Ebrio con dos cervezas.

—Que hay Jimin, ¿Tu segunda cerveza?— reí en tono de burla.

Sonrió desapareciendo sus ojos con sus pómulos —Jaja, si— rodeé los ojos —ptsssss ven— dijo sin hacer ningún tipo de discreción y acerque mi oreja —Ken a las 12 en punto.

Discretamente vire en mi eje y estaba Ken a las 12 en punto, Jin riendo junto con su alto amigo Namjoon que tampoco estaba nada mal.
Era el momento.

—Ok ¿Jimin como me veo?

Achinó los ojos para después abrirlos de golpe —Como barbie, te vez preciosa ve por el— sonrió.

Sonreí, acomode mi cabello y mi ropa, tome un suspiro y di la vuelta.

—No puedo, no puedo, no puedo— dije regresando a él, pero me arrepentí enseguida.

—Lo siento pequeña— sonrió y me empujó de tal manera que me tambalee hacia atrás chocando con el duro pecho de Jin derramando el líquido de el vaso que estaba en su mano.

—L lo lo siento, yo no, no era mi intención— había derramado cerveza en su camisa cortesía de aquel empujón de Jimin.

—Oh, Jihae, no te preocupes— revisó su blanca camisa que por cierto se le veía cuál principle.

—Vamos voy a arreglarlo— tome su mano atrevidamente y lo lleve a la cocina en un camino que me pareció eterno aunque solo fueron unos segundos donde sentí el calor de su mano.

Tome una toalla pequeña y la moje un poco, Jin estaba recargado en la isla de la cocina y me detuve delante de él, me observaba con atención mientras yo dudaba si sería prudente tocar su pecho aún así fuera para limpiar el desastre provocado por mi. Tome valor y dirigí mi mano con la toalla hacia su pecho y talle suavemente sobre la mancha.

—Tengo una lavadora ¿sabes?— rompió el incómodo silencio haciéndome consciente de la cercanía.

—Pero no puedes andar así por la fiesta— subí mis ojos a el y sonreí siendo correspondida por una hermosa sonrisa suya— ¿como sabes mi nombre?

Esta pregunta lanzó directamente la imagen del chico con la voz grave a mi cabeza, ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres?

Stay | kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora