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Acomode los retrovisores y puse el carro en reversa, me incorpore a la calle y cambié a la D, acelere y me seguía preguntando que estaba haciendo mientras seguía el camino.
El frío se estaba luciendo esa noche, tenía mucho sin bajar de esa manera la temperatura, mis manos se congelaban a medida que pasaban el tiempo y especialmente en ese carro que era tan frío por dentro y sin calefacción.

Llegue a la parada y el seguía ahí, estacione el auto justo enfrente, no lo apague solo lo puse en parking; quite el cinturón de seguridad y me incliné totalmente hacia el asiento de copiloto para abrir la ventana manualmente, cuando termine levanto el mentón y me miro con asombro.

—Sube— grite hacia el que seguía sentado en la banca de metal.

—¿Jung?

—Solo sube al auto ¿quieres? Estamos como a 0 grados.

—No— talló su cara y se puso de pie asomando su cabeza por la ventana —Tienes que irte ya, acelera, vete y no vuelvas— Ordenó haciendo movimientos exagerados con la boca.

—Pero...

¿Pero qué? El hombre es terco y grosero, vine hasta aquí a morir de frío y a que me gritoneara, gastando mi tiempo y la gasolina del prodigio.

—Para empezar, ¿que haces aquí? No se nada más de tu amigo el cara de rata si es lo que buscas— saco la cabeza del auto aún recargado en la puerta y miro de izquierda a derecha.

—Solo iba pasando y te reconocí, ¿no sabes que a esta hora ya no hay transporte público?— Pregunte obvia —Solo sube a mi maldito auto y ya, te... te vas a congelar— dije esto último en un tono más bajo.

—Lo se no soy idiota, ni soy tu amigo, ni mucho menos tu obra de caridad, así que largo.

Suficientes motivos para dejarlo ahí a que se muera pero mi mano no toma la palanca y mi pie no pisa el acelerador.

Exhaló y soltó el auto —Por favor, podrías meterte en problemas, necesito que te vayas antes que alguien pueda verte conmigo.

Sus ojos brillaban por el aire gélido y su cuerpo no podía ocultar el temblor que le causaba aquel clima. Su rostro se iluminó junto con mis retrovisores cuando un auto se estacionó detrás del mío.

Cerró los ojos —Mierda, no te muevas de ahí— indicó con su índice.

Escuche portazos y giré mi cuerpo para observar mejor, eran unos tipos altos en un carro chatarra, una especie de matones con mala cara, uno de ellos sostenía un bate lo que me hizo tragar saliva y el otro se acercaba a Taehyung mientras él hacía lo mismo.

—Te dije que vinieras solo Kim.— advirtió el que no traía el bate.

—Ignóralo no es nadie, tengo tu dinero completo— saco un sobre envuelto de su chamarra y lo lanzo al escalofriante tipo.

Lo contó, sonrió y lo lanzó al otro tipo —Bien, supongo que dejaré en paz a tu novia, eres un buen tipo V— palmeó su hombro y se acercó a mi ventana.

Jamás había temido por mi vida hasta ese momento cuando el tipo tocó mi ventana incitando a que la bajara un poco con una sonrisa de miedo.

—No la metas en esto, por favor, te pague ahora vete— Puso su mano en el hombro del tipo y lo alejo de mi ventana, suspire.

—¿Qué pasa Kim? No me digas que eres de esos tipos celosos.

—Lárgate y no vuelvas a molestarla en tu puta vida.

El tipo río y subió a su auto negando, arrancaron y salieron de ahí a toda velocidad. Kim subió a mi auto por fin, lo observaba atónita, y como no estarlo; acababa presenciar una negociación e insultos entre matones.

—Te dije que te fueras— fue cortante.

—Eres un jodido dealer— conteste aún asombrada.

—¿Que? Claro que no, me prestaron, debía, pague, no necesitas saber más, vámonos de aquí antes de que vuelvan.

Puse el carro en marcha y seguí recto —¿Y exactamente a donde vamos?

—No se tu me subiste como puta— río por lo bajo.

Rode los ojos —Ósea que dónde vives idiota.

Lo vi dudar unos segundos —Esto es una muy mala idea— negó con la cabeza —¿Por qué no mejor me dejas aquí y cada quien se va por su lado?— dijo señalando la oscura acera.

Lo mire un segundo y volví a la carretera, recordé la primera vez que lo ví, ¿que acaso no tendrá ni hogar?

—¿Tu no tienes una casa?— pregunte completamente seria.

—La tengo— rasco su frente.

—Entonces te llevo solo dime donde es.

La discusión duró unos 4 minutos, el no quería decirme donde vivía y quería que lo dejara ahí en la calle, ¿qué se joda no? Voltee a verlo decidida a mandarlo a la mismísima mierda; estaba dormido como un bebé, se veía cansado, aun dormido su ceño seguía algo fruncido, es un terco incluso cuando está inconsciente.

Negué con la cabeza —Ahora que hago contigo.

Su cabeza estaba recargada en el asiento y parecía que iba a romper su nuca o algo por el estilo, su manzana de Adán lo hacía ver masculino pero de alguna manera también me pareció no se ¿tierno?, que hacía un chico como él metido en tantos problemas, iba a la universidad y tenía una presencia increíble, ¿porqué no me deja simplemente verlo?, como ahora que lo veo sin ningún impedimento.
Soy una entrometida, eso es. Temblé por el frío que entraba al auto y dejé de dar vueltas para ir a casa.
Así es, lo llevaré a mi casa y tengo razones lógicas para hacerlo; mucho frío, sueño y dejarlo dormido en una banca sería simplemente inhumano.

Estacione el auto en la cochera, no vi el auto de Yoongi en la cochera así que mi hermano aún no regresa, punto a mi favor.

—Despierta— toque su nariz y no despertó —¡hey! Despierta— toque su hombro varías veces hasta que abrió los ojos reincorporándose de golpe.

—¿En dónde estamos?— volteó a todos lados.

—En mi casa— solté cansada —baja.

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Me encanta escribir esta historia amigxs 💜 voten y comenten si también les gusta 👍🏼👍🏼

Stay | kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora