—Hola— salude sacudiendo mi mano en el aire.
—No voy a preguntar, solo dire que te cargas unos gustos muy raros.
—¿A que te refieres?
—Te gustan los que tienen cara de niña— respondió haciendo una mueca graciosa de asco.
Rodee los ojos con una sonrisa y me senté a su lado —Ni que lo digas— arrebate su cigarro y di una calada.
—¿Entonces en serio te gusta?
—Es detestable.
—¿Y que más?— exigió su cigarro de vuelta.
—Siempre se mete en problemas, su estúpido cabello siempre está lacio, su estúpida sonrisa en forma de cuadro, ugh, tiene las manos demasiado grandes y es tan torpe, analiza mal los libros y tiene una manía por brincar de la nada, sus comentarios son incoherentes, su familia me adora y huele como a crema de bebé, aprieta demasiado mis costillas cuando me abraza— sonreí —Tiene la voz más hermosa que haya escuchado jamás ¿sabes? Su risa es tan contagiosa, la manera en que envuelve mi mano en la suya haciéndola ver tan pequeñita, la seguridad con la que me siento andando por su casa, lo suave que se siente su cabello, es divertido estar con el, siempre me hace reír y me entiende, ha leído los libros que he leído, se mete en problemas para ayudar a los que ama, es tan jodidamente... anormal, como yo Yoongi, le dio risa el chiste del pollito.
—Debe ser muy jodidamente anormal— río —Si bueno, o estás enamorada hasta los huesos de Kim, o eres una maldita bipolar— tiro su cigarro al suelo y lo piso extinguiéndolo.
—Bipolar, debo ser bipolar.
—No tienes remedio Ji, el chico se saco la lotería.
—Yoongi...
—Y no lo digo solo por... tu sabes.
—¡YOONGI!
—Baja la voz— señaló a la casa donde mi familia se encontraba dormida.
—Kim no me interesa.
—Si como no.
—¿Que haces aquí?— cambie el tema.
—Salí a fumar, estoy durmiendo con Hoseok.
—Por dios ¿tu y mi hermano?— tape mi boca y fingí asombro para molestar.
—Cállate— recibí un empujón y me puse de pie seguida por el.
[...]
La escuela, al no ser una persona mañanera casi me quedo dormida en la primera clase, de no ser porque debía sentarme hasta enfrente en esta, lo hubiera echo.
Salí rápido del aula cuando la clase se dio por terminada, había preparado algo para el abuelo, una simple sopa, no soy una experta en la cocina pero mamá me dijo que ponerle, camine con la lonchera verde hasta las aulas de canto, vi por la ventana a Kim, vocalizaba en grupo, incluso entre 20 personas podía detectar su voz de inmediato esperé acerca de 10 minutos afuera recargada en uno de los pilares hasta que por fin salió solo para echarme una mísera mirada y seguir con su camino.
—Kim— me acople a su paso —Hice esto para el abuelo— extendí mis brazos y tomó la pequeña lonchera.
No dijo una sola palabra, él solo siguió caminando dejándome parada como planta, una chica corrió por un lado haciendo resonar sus tacones mientras corría.
—Tae, ¿audicionaras no?— sonrío tomando su antebrazo —podemos practicar en mi casa.
¡¿Quién es esta?!