Salí de la farmacia, una que estaba cerca de su casa, él me esperaba afuera recargado con los brazos cruzados ansioso.
—¿Y bien?— se acerco a mi haciendo notable su altura —¿Ya vas a decirme?
—Nop— sonreí —Cosas de chicas— seguí caminando.
—Todo lo que tenga que ver con mi hermana es de suma importancia que yo lo sepa— se reincorporo a mi lado para empezar el trayecto de regreso a casa.
—Tranquilo, solo le llego la regla— confesé para tranquilizarlo, ya lo había torturado bastante en el camino hacia acá.
—Y...
—Y es completamente normal y natural a su edad Kim, relájate.
Su postura se relajó al igual que su semblante. Volvió a ser Kim el despreocupado.
—Lleve ciencias naturales no soy estúpido.
—Deberías pintarme las uñas un día, escuché que eres bueno— solté una carcajada y vi como este apretaba los labios.
—¿Que tanto platicaron ahí adentro?
—Ya te lo dije, cosas de chicas. Controlador.
—Solo me preocupo.
—Sabes Kim, aparentas ser despreocupado pero eres un hombre muy tierno— confesé.
El silencio hizo presencia en aquella caminata donde subía y bajaba de la banqueta para entretenerme, pateaba cosas y evitaba pisar las rayas del pavimento.
—Escuché lo de tus padres... lo lamento mucho Kim— lo vi bajar la cabeza y sentí mi corazón apachurrarse.
—El abuelo se hizo cargo de nosotros, Suomi no los recuerda porque estaba muy pequeña, pero yo si, prometí a papá que la cuidaría y eso es lo que hago, o bueno es lo que intento.
Lo hice por la persona que amo.
Suomi es la persona que él ama.—El abuelo parece un hombre muy bueno, seguro cuido bien de ustedes— sonreí hacia él recibiendo una hermosa sonrisa de vuelta.
—Hasta que crecí e hice todas esas estupideces— río sin gracia.
—¿Como cuáles?— pregunte curiosa.
—Sabes perfectamente de lo que hablo, robe cuando no había comida en el refrigerador, hice favores a unos matones a cambio de dinero, me metí en peleas, fiestas donde... donde hice cosas de las que me arrepiento mucho.
Abandone la escuela un semestre para trabajar pero el abuelo me presionó para volver, hoy en la tarde conseguí un empleo de medio turno en un estudio de fotografía, la paga es pésima, pero son pocas horas y eso me da tiempo para seguir con mis estudios.Estaba sin palabras, había confiado en mí para contarme su historia, una que nadie sabía.
—Pero eso no te importa— continuo y acelero el paso caminando frente a mi, lo detuve de la chamarra, nuestros ojos se conectaron por unos segundos, sus ojos brillaban y estaba segura que los míos lo hacían también.
Envolví su torso con mis brazos y hundí mi cabeza en su pecho, su calor me invadió de inmediato al igual que su aroma varonil.—Taehyung, estoy aquí, escuchando.
Lentamente subió sus brazos para envolver mi torso con uno y colocar su mano contraria en mi cabeza. Lo sentí suspirar y ambos apretamos aquel abrazo que lejos de ser incómodo se sentía como dos piezas que embonaban perfectamente, el abrazo pudo durar más pero múltiples timbres de mi celular resonaron en aquella vacía y oscura calle separándonos solo un poco para volver a sentir el frío.
