—¡Contéstame! Te pregunté que está pasando.Estaba muda, veía con preocupación la escena aferrada de mi hermosa flor, Jungkook salió haciendo que Kim diera unos pasos hacia atrás.
—Si sabes que ella no es tuya, ¿verdad?— soltó Taehyung con un tono de burla haciendo enojar más a Jungkook, quien después de escuchar aquello apretó los puños y tensó la mandíbula de tal manera que las venas en su cuello resaltaron y frenó —Nunca lo fue Jeon— dio un paso al frente —Y nunca lo será— hizo un puchero sarcástico y se alejó unos pasos atrás.
—¿Que intentas? ¡Eh!— miro la flor que sostenía entre mis manos y la arrebato —Aléjate de ella— tiro la hermosa flor al suelo y dio una fuerte pisoteada en esta dejándola destrozada.
—No— conteste seria, me moría internamente de nervios, era un remolino, había sentido algo extraño cuando lo vi llegar con la flor y ahora todo esto con Jungkook sentía mi estómago revolotear, actuaría por impulso —No se va a alejar de mi— mis ojos se encontraron con los de Jungkook ahora cristalinos, estábamos armando una tremenda escena digna de un drama afuera de mi casa.
Jungkook se acercó a mi y me tomo por los hombros —¿Quieres saber cual es mi problema con Kim Taehyung? ¿Quieres saber lo que me ha echo?
Se notaba el dolor en su mirada, me sentía muy mal, mi semblante debía ser igual que el suyo, triste y serio.
—Tu...— me soltó —tu lo sabes— sus ojos se expandieron en asombro.
—Y tu no me lo dijiste— conteste en un sollozo —¡Eres mi mejor amigo Jungkook!
Su boca se abrió, era dolor, no sollozaba pero sus lagrimas caían una tras otra, una sonrisa ladeada tomó lugar en su rostro, sorbió por la nariz y negó con la cabeza —Hasta luego Jihae— dio la vuelta.
Me percaté de estar sola, Kim no estaba, Jeon arrancaba eufórico en su carro, solo estábamos yo y mi rosa destrozada, esa rosa y yo tenemos mucho en común en este momento.
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—Desátame, amor mío, hoja por hoja— cite a Jaime Sabines en el poema "Se ha vuelto llanto este dolor ahora" mientras guardaba cuidadosamente los maltratados pétalos de la flor en una cajita.
—¿Te gusta? Escuche al filo de mi puerta.
—Hoseok...
—Pensé mucho, en ti— se adentró sentándose a mi lado en el suelo abrazando sus rodillas—No eres una niña— sonrió amargo dándome la cara —Hermanita, si alguien te lastima voy a romperle la cara, pero tu— tomó mi mano —vas a tomar las decisiones que quieras, estoy aquí para ti si me necesitas, para siempre, pero solo si tú me necesitas.
Por segunda vez en el día mis lágrimas rodaron sin parar, asentí muchas veces y me lancé hacia el sofocándolo con mis brazos.
—Te adoro hobi.
—Te adoro Ji— correspondió a mi abrazo de oso —Al chico también le gustas.
—¿Eh?
—Lo vi ir y venir por la banqueta hablando solo por 20 minutos desde mi ventana con la rosa en la mano— soltó una risa nasal que me contagió tal vez por los nervios.
—No se que problemas tenga con Kook, pero depende totalmente de ti,¿te gusta?— se notaba que era la primera vez que hablábamos de chicos, la conversación era algo extraña, pero me encantaba el repentino cambio.
Resumí la situación de aquellos dos haciéndolo lo más entendible posible.
—Me cae bien, digo, siento empatía, lo que hizo por su hermana yo hubiera echo lo mismo por ti.