En tus manos confío Chapter 5

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Chapter 5

Desperté recostada sobre uno de los libros que estaba leyendo. Sobre mi cuerpo había una manta que me protegía del frío, era de noche, ahora lo sabía. Miré a mi alrededor, aun con ojos somnolientos, pero mi compañero ángel no se encontraba en el salón. Me desperecé y fui en su busca. Recorrí todo el búnker llamando a Cass, pero no lo encontré por ninguna de las habitaciones. Saqué asustada el teléfono de mi bolsillo, en mi mente solo estaba llamar a alguno de los Winchester para saber si me podrían ayudar. Al ver frente a mí el par de contactos con sus nombres me imaginé en la situación en la que se pudieran encontrar. No quería ser esa distracción si se encontraban en algún momento crucial de su misión. Volví a guardar el teléfono y, desde el salón miré las escaleras que conducían a la entrada del búnker. Dean me había dicho que no saliera y no quería ser irresponsable, pero estaba muy preocupada por Cass. Tomando la precaución de buscar una daga para defenderme, me dispuse a salir del búnker. Cada paso que daba para subir un escalón hacía que mi cabeza repitiera: solo será un vistazo.

Al abrir la primera puerta, lentamente revisé el lugar. La escalera de caracol que da a la salida estaba ahí, sin otro objeto o persona. Suspiré aliviada y subí rápidamente, solo para darme cuenta de que la puerta no abría. Lo intenté varias veces, mas fue inútil. Golpeé con mi mano la puerta y llamé a Cass varias veces. Sin respuesta, apoyé mi espalda a la cerradura de mi prisión. Pensé, pero las ideas se me acababan.

"Cass, ¿dónde estás? ¿Por qué me dejaste sola?"

Una pequeña lágrima brotó de mis ojos antes de escuchar la voz de Castiel en la parte baja de la escalera.

-No te he dejado sola, Gabby. Estaba justo fuera del búnker.

-¡Cass! -bajé corriendo a abrazarlo. -Te llamé, y te busqué. ¿No me escuchaste?

-Pude escuchar tu rezo. Del otro lado de la puerta no se escucha nada. Es hermética.

-Me asustaste. -dije haciendo un puchero.

-Lo siento. Cuando te quedaste dormida no quise despertarte y necesitaba buscar un lugar para recibir mejor la información por la Radio Ángel.

-Bajemos. Quiero que me digas qué es eso de la Radio Ángel y cómo pudiste salir.

Tomados de las manos, nos dirigimos a la cocina. Me dispuse a cocinar una cena poco complicada, Cass estaba sentado en una de las sillas, apoyando los brazos sobre la mesa y mirando al frente. Aún me perturbaba eso, pero pensaba que recordarlo no ayudaría.

-Cass, cuando traté de salir, no pude. ¿Cómo pudiste tú?

-Me costó un poco orientarme, pero logré salir por el poder de mis alas.

-¿Tus alas?

-Ustedes, los humanos no pueden verlas, según me dijeron los Winchester, apenas ven la sombra de estas, pero las alas de un ángel lo hacen capaz de ir a donde quiera en un flash, mientras conozca el lugar. A veces acudo a los llamados de los Winchester por sus oraciones y aparezco así ante ellos. Dicen que les resulta un poco "creppy".

-¿Oraciones? Como cuando antes te referiste a que te llamé por mis rezos. -él asintió.

-Cuando alguien le reza a un ángel, este puede escuchar esos rezos y oraciones. Un ángel siempre sabe dónde está alguien que le reza.

-Entonces, si algo me pasara, ¿puedo contar con que escuches mi rezo?

-Por supuesto.

-¿Y qué es eso de la Radio Ángel?

-Es una especie de conexión telepática que tenemos los ángeles. Podemos comunicarnos a través de él y saber lo que otros se dicen. También recibir noticias de lo que ocurre en el Cielo, Tierra o Infierno.

En tus manos confíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora