Chapter 27
No me agradó mucho ser arrastrada por el vuelo del ángel que me había alejado de mi prisión, pero me había convencido de que tendría las respuestas que tanto yo como Naomi buscábamos. Cuando me percaté, estaba en medio de un bosque con la única compañía de Dumah. Miré a mi alrededor en busca de Cass, pero fue en vano.
-¿Dónde estamos?- pregunté al sentirme tan aislada de todo lo que conocía.
-En este bosque, Dios le encargó a su escribano que ocultara sus notas con respecto a ti.- me dijo ella con una mirada triste.
-Espera... ¡¿Qué!? ¿Notas sobre mí?- ella asintió y me señaló un árbol hueco frente a nosotras.
-No te sientas mal cuando lo leas.- su comentario me asustó.
Me acerqué al agujero e inserté mi mano, palpé un rollo de papeles. Los saqué y desaté la cinta que los mantenía juntos. Comencé a leer mi historia... y la de Castiel. Cómo había sido nuestro destino tras yo ser maldecida, cómo sufría mi ángel cada vez que me perdía, cómo la eternidad se encargaba de reunirnos nuevamente y cómo Dios lo había cegado como último recurso para no perder a su mejor soldado.
Las lágrimas tenían que salir, no había forma de retenerlas. Todo por lo que mi querido amor estaba pasando había sido por mí. Sufrí, quería verlo, abrazarlo, besarlo y decirle que todo iría bien, pero no sabía dónde estaba ni él ni yo. No sabía la distancia que nos separaba, tampoco el tiempo, aún así, tenía la esperanza de que nuestro reencuentro fuera feliz.
Leí la última hoja y mi respiración se cortó. Mi reacción fue cubrir mi boca de la sorpresa, solté el pergamino con los ojos muy abiertos y miré a Dumah.
-Eso no puede ser cierto. ¡Dime que es mentira, Dumah! ¡Castiel no puede ser sometido a una decisión como esa!- grité desesperadamente.
-Lo siento. Es la única forma que Dios encontró, pero es elección de Castiel.
-¡No puede ponerlo en una situación así! ¡Es muy cruel!
Resultaba que el último papiro se estaba escribiendo solo según lo que estaba pasando en el presente. Tanto mi lectura de este como la conversación que Castiel estaba teniendo con Chuck. Me sentí culpable por ser tan entrometida en su corazón como para hacerlo tener que elegir. Por mucho que lo amara, me arrepentía de ser la poseedora de la maldición que lo llevó por tantos siglos a sufrir por amor. Tomé los papeles y los leí varias veces intentando encontrar una forma de no hacer que Castiel sacrificara su vista por estar conmigo o nuestros recuerdos y que en mi otra vida, todo volviera a empezar. El agua de mis ojos no me dejaba leer bien, mas no le di importancia, me sentí en la obligación de buscar una forma de que ninguno sufriera y pudiéramos estar juntos. Pero la impotencia me hacía dudar de poder hacerlo, pues esta torpe humana no hallaba nada útil entre tantas letras y lágrimas.
-No puedes interferir en su decisión. Sea cual sea, uno de los dos se verá afectado.
-Prefiero mil veces que sea yo...- dije limpiando las lágrimas que no se detenían.
-Mi trabajo es mantenerte alejada de Castiel para que no interfieras.- Dumah me sujetó por el hombro mientras yo despojaba mis manos de aquellas malditas hojas.
Caminé unos pocos pasos lejos del árbol mientras veía cómo las escrituras se enrollaban por sí solas y se metían en el agujero. Al parecer, se seguían escribiendo solas y así lo harían por el resto de la eternidad.
-Te llevaré con tus amigos. La elección de Castiel puede que afecte tus recuerdos y los de tus amigos, pero...
-No son mis amigos, -Dumah me miró sorprendida.- son mi familia. Solo... llévame con ellos...
La mujer solo calló. Tomó mi brazo y, al abrir mis ojos, me encontré junto al Impala estacionado fuera de la prisión. Estaba sola y aún procesando mucha información. El solo hecho de recordar a Cass me hizo perder el control de mis piernas y caer arrodillada en pleno llanto.
A los pocos segundos, las voces que más quiero en este mundo gritaron mi nombre a lo lejos mientras corrían hacia mí.
-Sam... Dean... -ambos llegaron hasta donde estaba y me ayudaron a levantarme entre revisiones en busca de heridas y abrazos.
-¿Estás bien, Gabby?- me preguntó Sam y yo solo asentí.
-¿Qué pasó, pequeño cuervo? ¿Dónde estabas?
-Lo siento mucho, Dean... Yo...-rompí a llorar otra vez apoyando mi cabeza en su pecho.
-Hey, está bien. Estás bien y con nosotros, eso es lo que importa.
-¡Lamento haberme ido! ¡Siento mucho todo esto!
-Gabby, eres familia. Todas las familias tienen sus momentos difíciles.- Sam me habló con una sonrisa cálida y yo asentí limpiando mi cara.
-Muy bien, pequeño cuervo, ¿qué sabes de Cass?
-Es una historia larga. Les diré de regreso al búnker... ¿Dónde está Jack?
-Está con Naomi. No quisimos arriesgarnos a que escapara.- respondió el mayor.
-Dumah se encargará de ella. Vamos, -abracé mis brazos con mis manos.- solo quiero volver a casa.
Abrí la puerta del Impala y me senté dentro. No le di importancia a lo que ocurría afuera, solo quería regresar a mi habitación en el búnker. Unos cuantos minutos después, los tres cazadores montaron en el vehículo y mientras mis entrecortadas palabras contaban lo ocurrido, el rugido del motor me daba una sensación de paz y calma, de la que solo ves en un hogar. Estaba en mi hogar y con mi familia. Solo me faltaba Cass.
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En tus manos confío
FanfictionEste es un fanfic de Supernatural, incluyendo a un personaje ficticio. Al salvar a una chica de unos demonios, Castiel queda accidentalmente ciego sin remedio. Esta chica se siente comprometida con el ángel y le insiste a los Winchesters que la deje...