En tus manos confío Chapter 18

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Chapter 18

Luego de hablar con Jack, el nephelim se sentía más tranquilo. Nunca fue su intención lastimarme, pero sus sentimientos le jugaron una mala pasada. Todos nos dirigimos a la cocina a comer algo. Noté el ambiente bastante cargado tras la conversación, pues, si los Winchester tenían razón, podía ocurrir otra guerra que acabara para siempre tanto con ángeles como con demonios. Y, aunque para los cazadores era preferible un mundo sin demonios, era necesario mantener el equilibrio del mundo sobrenatural.
Todos estaban en silencio, hasta que Dean colocó frente a mí un plato con una hamburguesa. Yo la tomé en mis manos y le di un buen mordisco. Sentía cómo los aros de cebolla y el kétchup resbalaban por los costados de mis labios.

-¿Esta es tu idea de alimento? –dije con la boca llena.

-No veo que tus acciones muestren desagrado. –respondió Dean causando en todos una sonrisa.

En serio tenía hambre, no recordaba sentirme así. Ah, sí, ahora recuerdo, cuando ocurrió lo de mis padres. Ese recuerdo hizo que bajara la mirada. Sam y Jack estaban comiendo también, pero ante mi reacción, se intrigaron. Ambos conocían mi pasado y sabían que era normal que a ratos estuviese melancólica. Por ello, Sam intentó animarme dándome conversación.

-Gabby, estoy un poco intrigado contigo. -me dijo.

-¿Por qué?

-Porque casi todos los jóvenes que hemos conocido Dean y yo han querido convertirse en cazadores por la emoción de esa vida, o, por el contrario, hacen lo posible por olvidarlo todo y vivir una vida normal. Quiero decir, ¿cómo pudiste encontrar un punto medio en la vida sobrenatural?

-Yo, pues,… no lo sé. Bueno, supongo que es porque ya conozco sobre este mundo, no puedo darle la espalda y pretender que no existe, pero tampoco me gusta hacer daño. Me gusta ver las cosas buenas en lo malo. Quizás sea por eso que me llevo tan bien con Crowley.

En ese momento, justo antes de que Dean probara su hamburguesa, su teléfono celular sonó. Era el timbre de Garth, últimamente no era muy normal que se comunicara por otro medio que no fuera cara a cara, por lo cual, esta llamada era importante. Dean soltó un leve refunfuño y contestó. Los demás nos quedamos callados para saber de qué iba la llamada.

-Hey, Garth, ¿qué pasa? Aham… aham… aham… solo mantente ahí, amigo. Estamos en camino. -no era como que Dean fuera muy comunicativo, apenas asentía.

Cuando colgó, todos nos quedamos expectantes de lo que había ocurrido, pero Dean es difícil de leer.

-Tenemos trabajo que hacer. -le dijo a Sam mientras se llevaba la hamburguesa en la boca sostenida por su mordida.

-Espera, al menos dime qué te dijo. –replicó Sam.

-Dice que hay demonios revueltos por su zona, pero que no quiere arriesgarse a ir solo.

-¿Demonios? ¿Quieres decir Crowley?

-No lo sé, Sammy, pero no me enteraré aquí.

Ambos salieron de la cocina a recoger sus bolsas con las armas. Jack y yo fuimos tras de ellos. Solo los observamos en silencio, ambos sabíamos que no nos dejarían ir por más que se lo pidiéramos. Por mi parte, no quería que, si era Crowley, lo lastimaran; pero Jack quería demostrar que podía ser útil ante un enfrentamiento.

-Niños… -Dean se quedó en blanco por un momento, nos miró a cada uno fijamente muy pensativo. –Jack se queda a cargo.

-¿Qué? –repliqué. –Pero si no llega al año de nacido y yo en dos meses cumplo los 16.

-No te preocupes, pequeño cuervo. Si algo pasa, Jack te protegerá. –me dijo Sam con ese tono tan suave y convincente.

-Está bien. –suspiré resignada.

En tus manos confíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora