Chapter 25
-¿Qué quieres decir con que se fue? -Sam recordó que esa misma pregunta había salido de su hermano un par de horas antes, pero ahora provenía del Rey del Infierno.
-Sí, Crowley, ella se fue, ¿O.K.? -le recalcó Dean al teléfono en altavoz. - Solo trae tu trasero gordo hasta la iglesia de... -detuvo sus palabras al ver al demonio frente a ellos.
-Creo que tienes un fetiche con mi trasero, Ardilla, pero, ya estoy aquí. -el hombre sonrió sarcásticamente. -Entonces...
-Gabby... ella... -comenzó a explicar Dean, pero se detuvo por no saber cómo enfrentar su culpa.
-Ella tuvo una especie de discusión con nosotros. -terminó de decir Sam.
-Sorpréndeme, ¿fue sobre Plumitas? -los tres muchachos asintieron. -Vamos, muchachos, conocen a la chica. Usen un poco el cerebro, es una adolescente.
-Sí, bueno, tenemos otro problema que te incumbe a ti. -Dean le hizo un ademán para que lo siguiera y todos se adentraron a la parte más profunda de la iglesia que no había sido ni un día, le había servido de refugio a la tan buscada chica.
Se encaminaron a una habitación en la cual aguardaba un hombre atado en una silla y con un símbolo de trampa de demonios bajo él. A su lado, el cadáver del cura que había trabajado con Naomi para capturar al pequeño cuervo estaba colmado de heridas de puñales, sin embargo, no estaba quemado por dentro, puesto que siempre se había tratado de un humano. Crowley entró al lugar siguiendo a Dean, luego los otros dos muchachos. El demonio atado, al ver al Rey de Infierno, perdió la valentía que les había demostrado a los cazadores cuando fue capturado.
-Mi Rey... -dijo bajando la mirada con una sonrisa de disculpas.
-Por supuesto, ¿qué más sería si no? -Crowley se acercó a él sin entrar al círculo. -Entonces, tengo que pensar, -habló pausadamente. -que tú eres parte de los traidores.
-No... no... Mi Rey... Yo... yo... -el hombre puso los ojos en blanco con molestia.
-Tanto balbuceo me desespera, ¿sabes? -el demonio acercó la silla al borde del símbolo del suelo, lo suficiente para llegar a su cabeza con su mano. -Ahora, habla.
Ante el demonio pasaron las imágenes del escondite de los traidores y el almacén que custodiaban estos de la sangre de la chica. Con una sonrisa de satisfacción, el Rey soltó a su víctima, el cual temblaba con miedo ante su posible castigo.
-Mi Rey... por favor...
-Créeme, esto me duele más a mí. -chasqueó sus dedos y el demonio frente a él se hizo polvo. -Ya me duelen los dedos de matar a tantos renegados.
Los muchachos se quedaron expectantes de lo que fuera a hacer el hombre. Crowley dio un fuerte suspiro y luego habló con su respectiva calma.
-O.K., me encargaré de los problemas en mi reinado, ustedes háganse cargo de encontrar al pequeño cuervo.
-¡Espera! -lo detuvo Jack. -Necesitamos tu ayuda con él. -el joven señaló el cadáver del cura.
-Gabby estuvo aquí, encontramos sus cosas en la sala de misas, pero cuando llegamos, tu querido súbdito ya había terminado con nuestro único testigo. -agregó Dean.
-Entiendo, solo denme unos segundos... y cuiden mi traje mientras. -el humo rojizo que conformaba al demonio comenzó a salir de la boca del Vessel.
Entró en el cadáver y estuvo unos segundos antes de regresar a su antiguo cuerpo. Al levantarse y sacudir sus ropas, terminó por dar un pequeño gruñido.
-Más allá de la pedofilia que caracteriza a este tipo de clérigos... -comenzó a decir. -Pero el ángel con complejo de secretaria se la llevó, aunque no al Cielo, y la mantiene viva. Está a tres horas de aquí, en una prisión abandonada, al Este. Iría con ustedes, pero, si lo hago, no habrá suficientes nubes sobre nuestras cabezas para conformar el Cielo.
-Gracias, Crowley. -dijo Jack sinceramente.
-Recuerden que no hago esto por ustedes... -luego desapareció.
Los tres muchachos regresaron al auto y condujeron al lugar descrito por el Rey del Infierno. Dean conducía, por supuesto, y Sam buscaba la locación en su laptop. Jack se quedó pensativo sobre lo ocurrido.
-¿Por qué Naomi no la ha matado? -preguntó el más joven. -Ese era su objetivo al capturarla.
-Quizás el pequeño cuervo no se haya dejado tan fácilmente. -dijo Dean.
-No, Dean, Jack tiene razón. Para Naomi matar a Gabby es resolver su mayor problema en este momento. Si la mantiene con vida... será que no... ¿la puede matar?
-No seas tonto, Sammy, ¿qué rara bendición le pudo haber dado Chuck al pequeño cuervo que la pone en manos de Naomi, pero no deja que la mate? O, ¿qué pasa? ¿Chuck le dio vacaciones a Billy?
Esa celda era tan oscura que no podía distinguir cuánto tiempo pasaba en ella. Si eran horas o minutos, no tenía forma de saberlo. Solo podía esperar. Escuchando eventualmente pasos del otro lado de la puerta. Pensaba en mi ángel, en lo preocupado que debía estar si sabía que Naomi me había capturado. Tenía que escapar como fuera, pero todas mis pertenencias se habían quedado en la iglesia.
Otra vez la puerta se abrió, pero no era Dumah. La imponente mujer se acercó a mí y me tomó de la ropa. Tiró de mí por todo el corredor mientras yo intentaba liberarme. Más de una vez lo logré, pero ella se colocaba frente a mí para retomar nuestro camino. Llegamos a otra celda que me hizo detener mi resistencia por completo. Frente a mí, Castiel estaba en una condición deprimente. Herido, golpeado y atado de manos indefenso.(Ya sé que es de la serie, pero no encontré ningún fanart con esta escena. Perdón por la falta de originalidad.)
Quise hablarle, pero noté que había sido víctima de una tortura, por lo que callé para no ser escuchada por él.
-Ahora me dirás por qué no puedo matarte. -Naomi cerró la celda, me dejó en el suelo y se acercó a Castiel con su espada de ángel en su mano.
Ella apuntó la punta de la espada a su cuello y yo no soporté más el verlo sufrir así. El semblante cansado de mi amado se notaba confundido, le era imposible saber qué ocurría. Yo no dije nada, lo que motivó a Naomi a hacerle un leve pero doloroso corte en el brazo a Castiel.
-¡No! ¡Para, no lo lastimes! -el ángel se sorprendió ante mis palabras.
-¿Esa voz? ¡Gabby! -Castiel intentó sin éxito zafarse a de sus cadenas al reconocerme. -¡Huye! ¡Regresa con los Winchester! ¡Olvídate de mí!
-No le hagas daño, por favor... -yo solté mis lágrimas a más no poder.
Verlo así por defenderme me partía el corazón en dos. Caí de rodillas sintiéndome miserable, como humana no tenía oportunidad contra un ángel, y menos alguien dispuesta a matarme como Naomi.
-No sé por qué no pudiste matarme... pero, por favor, no le hagas nada más a él... no tiene la culpa de nada... -balbuceé en mi llanto mientras lo veía apretar sus dientes con furia e impotencia.
-Si no te puedo matar de la forma humana, lo haré a mi manera. ¡Como ángel!
-¡No! -Castiel se estremeció en sus amarras.
De Naomi surgió una luz brillante que hacía ver sus alas. El brillo se fue intensificando cada vez más frente a mí mientras escuchaba la voz de mi ángel decirme que cerrara los ojos, pero su advertencia llegó tarde.
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En tus manos confío
FanfictionEste es un fanfic de Supernatural, incluyendo a un personaje ficticio. Al salvar a una chica de unos demonios, Castiel queda accidentalmente ciego sin remedio. Esta chica se siente comprometida con el ángel y le insiste a los Winchesters que la deje...