MELISSA ROMANOFF || Peter Parker.© [PAUSADA]

[003]

→Peter.

Acepté ir con el señor Stark y la niña bonita y mandona.

Le mentimos a mi tía diciendo que iría a una cita con Melissa puesto que acababa de llegar y quería ir a un lugar a disfrutarlo. Lo mejor que se le pudo haber pasado por la cabeza.

—Podrías dejar de grabar todo.– movió un poco mi teléfono de su cara. No había parado de grabar el trayecto desde que salí de mi departamento. ¡Dios! estaba con Tony Stark.

—Déjalo, esta emocionado.– dijo el chófer de Tony. Happy.

—Tal vez si dejará de enfocar mi cara, lo comprendería y aceptaría.– volvió a mirarme sarcástica.

—Si fueras un poco más dulce y lo pidieras de forma amable; quizá lo quite.– me molestaba la forma en la que me trataba desde que me vio.

Ella era muy bonita, casi un ángel caído. Sus pómulos resultaban un poco en su rostro, su cabello pelirrojo casi dándole al rubio; sus ojos color azul. Un azul encantador y su piel pálida. Los labios rojizos natural, siendo humectados cada vez que hablaba.

Ya cállate Peter.

—Veremos a Tony y a Natasha en un hotel en Alemania, nos iremos los tres en pocos minutos.

Happy habló por unos segundos y calló bajando del auto para coger sus maletas.

—Vamos friki, tenemos cosas que hacer.– Melissa salió también del auto sacando sus maletas por la cajuela del auto.

Salí tras ella y de igual forma saqué mis pertenencias, Happy subió a un avión privado seguido por Melissa. Después fui yo.

—Acomodate lejos.– se dirigió a mi el chófer de Tony.

—No seas grosero.– ella se sentó frente a mi, con la mesa entre nosotros.— Ahí estas bien.

Me sonrió un poco y su vista se vio atenta a la ventana, admire un poco su perfil y yo también me fijé en la ventana.

Era bonita, pero no más que Lizz.

•••

—Hey, despierta niño friki.– la mano de Melissa tocó mi hombro despertándome.— Llegamos, para ese culo y anda.

Me reí un poco, me levanté con flojera y volví a grabar bajando del avión y yendo a otro auto para ir al hotel donde veríamos a él señor Stark.

—Ay, no otra vez.– rodó los ojos al ver que seguiría grabando.

—No te enfocaré a ti, estate tranquila.– gire grabando a la ciudad de Alemania.

Llegamos no más de 30 minutos, al entrar al hotel nos asignaron habitaciones.

—Bien, Melissa la tuya esta justo enfrente de la de Peter, la mía esta al lado de la de Tony a un lado de la de Peter. La de tu madre está al lado de la tuya. ¿Entendieron?– nos preguntó a ambos y ambos asentimos.