MELISSA ROMANOFF || Peter Parker.© [PAUSADA]

[016]

→Melissa.

Desperté agitadamente, no reconocí donde había despertado pero enfoque mi vista tratando de ver con claridad.

Estaba en el lago donde recogí la flor que le había regalado a mamá.

—¡AH!

Grite tanto como mis pulmones me dieran aliento, el sentimiento de perder a una madre es horrible. Mis lágrimas cayeron y sentí como llegaron a mi cuello.

El suelo comenzó a temblar y se cuartió.

—Mamá...

Volví a gritar pero ya no con tanta fuerza porque ya no tenía casi voz y si seguía así hiba terminar muerta gracias a mis poderes y la muerte de mi madre sería en vano. Con la mirada borrosa vi una hermosa flor en el mismo lugar donde había arrancado la anterior.

Era una hermosa rosa roja. Roja como la cabellera de mi madre.

—Mamá...–susurre tomándola cuidadosamente.

Mi mano derecha brillaba y entonces al abrirla estaba ahí la gema, de un color miel y bastante brillante.

Seguí llorando hasta llegar a la nave, la guarde haciéndola miniatura y viaje al reino cuántico de nuevo. El viaje fue corto y en dos segundos ya estaban reunidos todos al rededor de la máquina del tiempo.

—¿Las tenemos todas?

—¿Lo hicimos? ¿En serio funcionó?

Me dejé caer y el sonido que provoque alerto a todos y su sorpresa fue aún más cuando no vieron a mi madre al lado y solo mi rostro empapado en lágrimas.

—Meli, ¿Y Nat?–pregunto Bruce pero no era capaz de mirarlo a la cara.

—Melissa... ¿Dónde esta Natasha?

Pregunto esta vez Steve pero tampoco contesté, mi voz había desaparecido.

—Enana donde...–hablo Tony pero no termino de decir nada.

—Melissa por favor...–se acercó el tío Clint y sostuvo mi rostro entre sus manos, no pude evitar abrazarlo y llorar.

—Mamá...–grité llorando y aferrándome a los brazos de mi tío.—Tío ella...–trate de hablar pero el nudo en la garganta no me dejaba.

—Shh...–sentí la mano de Tony en mi cabello.

Quede de rodillas mientras me aferraba a los brazos de mi tío. Nadie hablaba en la sala y eso lo hacia más triste. Solo escuchaba mis lloriqueos.

· · ·

—¿Tenían familia?

—Ustedes.–dije con simpleza. Mi cabeza estaba en otro lado.

—¿Cómo preguntan eso?–escuche a Thor.

—Es que...–Tony trato de tranquilizarlo.

—Tenemos las gemas, podemos traerla de vuelta, por Díos somos Los Vengadores.