Capítulo 7

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POV Julia

Ya han pasado tres días desde el accidente con Famous. El primer día la herida de Carlos empeoró, ni siquiera podía mover el brazo y no paraba de sangrarle. Milagrosamente esa misma tarde apareció un pequeño paracaídas con un mejungue sanador y una nota de Magalix "Las alianzas no duran eternamente: el premio es individual". Tras aplicar la crema Carlos empezó a recuperarse y ahora ya puede mover el brazo perfectamente, incluso insiste en probar a tensar el arco. Pero Alba no le deja, no quiere que se le vuelva abrir la herida o se haga más daño aún. Alba lo ha pasado mal estos días por Carlos, y Natalia ha estado pendiente de ella todo el rato. La verdad es que han forjado una relación muy bonita y si salimos de aquí todas voy a tener que mantener una pequeña charla con ella.

Ahora estoy sentada en un rincón de la cueva jugando con la nota de Magalix que aún conservo. Según ella, en los Juegos del Hambre, la traición forma parte de las alianzas. "No os sirve de nada aliaros para sobrevivir si luego os tenéis que matar entre vosotras" fue el primer consejo que nos dió. Yo al principio lo creía así también, pero actualmente no sería capaz de traicionar ni a Carlos ni a Alba y mucho menos a Natalia. A estas alturas ya somos familia y me niego a dejarles ir. Arrugo la nota y la lanzo con fuerza contra la pared.

-Nos vamos de aquí-digo levantándome decidida.

-¿A qué te refieres?-pregunta Carlos confuso.

-Este sitio no es real, es artificial, está creado por el Capitolio. Si hemos entrado podemos salir.-aseguro convencida.

-Julia tiene razón, hemos de buscar la manera de salir de aquí.-dice Alba mirando a Carlos.

-Pero es muy peligroso...podemos encontrarnos con más tributos...-titubea Carlos aparentemente nervioso.

-Al menos tenemos que intentarlo.-le dice Natalia acariciándole el brazo.

-Ya pero...

-No te va a pasar nada- le corto yo sonando más brusca de lo que pretendía.

Recojo las cosas que tenemos en la cueva y las distribuyo entre las dos mochilas, Alba coge una y yo la otra. Mientras andamos buscando una posible vía de escape vamos discutiendo que haremos si salimos de aquí. Todas estamos emocionadas pensando en planes futuros menos Carlos, que desde que dije eso en la cueva no ha vuelto a abrir la boca. Anda mirando el suelo con el arco en la espalda y jugando con una flecha en su mano. Varias veces pienso en acercarme a él y disculparme, pero no tengo nada por lo que disculparme, no le va a pasar nada y tiene que superar lo de Famous.

La única vez que alguien salió de la arena fue hace dos años y fue a causa de una tormenta eléctrica. No creo que aquí provoquen ninguna, así que tendremos que buscar alternativas. Como la arena es cerrada propongo buscar el límite y atravesarlo o romperlo. Aunque primero deberíamos inhabilitar la electricidad si no queremos terminar churrascadas. De repente Carlos se para y empieza a mirar hacia todos los lados sacando el arco preparado para atacar.

-¿Carlos?¿Qué haces?-pregunto girandome hacia él.

-Alguien nos lleva siguiendo desde que hemos salido de la cueva. Estoy seguro.-dice muy convencido.

Alba, Natalia y yo investigamos los alrededores pero no hay rastro de nadie, ni huellas ni nada.

-Carlos -dice Alba tocándole el brazo.- Aquí no hay nadie, no te preocupes. Y si hubiese alguien nos encargaríamos de que no te hiciesen daño.

Carlos asiente un poco más calmado y continua caminando junto a Alba. No estoy muy segura de que Carlos llegue a superar lo que ha hecho y eso me preocupa. Desde lo que sucedió, le tiemblan ligeramente las manos y no se las para de mirar como si fuesen las manos de un asesino. En cierta manera lo son, pero nosotras no se lo echamos en cara nunca, hizo lo que debía hacer y le admiro por ello: no todos tendríamos el valor para hacer tal cosa.

Después de andar una media hora más creo que por fin hemos llegado al límite de la arena. Natalia y Alba van detrás cogidas de la mano hablando mientras que Carlos va delante mío en silencio. Empiezo a escuchar un ruido muy leve, como un susurro constante. Cuando me doy cuenta de que es la red eléctrica del límite ya es demasiado tarde. De un momento a otro Carlos sale volando por los aires provocando que miles de chispas salten a su alrededor dejándole inconsciente en el suelo. Ahogo un grito y me agacho a su lado para buscarle el pulso. Alba y Natalia vienen corriendo y Alba, al ver el panorama, empieza a llorar cogiéndole la mano a Carlos.

-¡No respira!¡¿Porque no está respirando?!-solloza Alba.

-El límite de la pista está electrificado con mucha potencia, eso debe de haber frito su sistema...-explico intentando no llorar.

Alba le intenta reanimar pero es inútil, nunca lo habíamos intentado antes y sin experiencia previa es muy complicado hacerlo bien, sobretodo bajo presión. En ese momento unos arbustos de detrás nuestro se mueven, y Natalia y yo nos colocamos a modo protección alrededor de Carlos y Alba.   Del arbusto sale un chica, creo que es la tributo del 7, Sabela. Enseguida Natalia y yo sacamos lo cuchillos para atacar, pero Alba nos para.

-¿Sabela?- pregunta Alba entre lágrimas.

La chica se acerca cuidadosamente hacia nosotras y Natalia se aparta para dejarla llegar hasta Carlos. Yo no me muevo, no me fío, no quiero que se acerque a él. Si embargo en el fondo sé que quizás si me aparto conseguimos salvarle la vida, así que termino cediendo.

-Como le hagas algo...-susurro al borde de las lágrimas.

-Está muerto.-asegura ella.

Justo suena el cañonazo y se me cae el alma a los pies y rompo a llorar. ¿Puede estar muerto de verdad? ¿Porque me afecta tanto su posible muerte? ¿Puede una persona llegar a importarme tanto alguien en tan pocos días como para llorar su muerte? Todas esas preguntas cruzan mi mente en un instante. No tengo respuesta para ninguna de ellas. Lo único que sé es que no quiero perder a Carlos.

-Pero le debo la vida. Literalmente.-dice Sabela girándose hacia Carlos.

Coloca sus manos en su pecho y le abre la boca para devolverle el aire. Sabela presiona con fuerza su torso co regularidad. Al principio no parece hacer efecto y yo estoy cada vez más destrozada, pero de repente Carlos se estremece y se incorpora de golpe tosiendo y escupiendo un poco de sangre. Instintivamente me lanzo a sus brazos y le abrazo hundiendo mi cabeza en su cuello. Mis lágrimas ya no son de dolor, son de alivio y felicidad.

-Que no me iba a pasar nada eh.-dice a duras penas poniendo una media sonrisa y acariciándome el pelo.

-Lo siento.-consigo decir levantado mi cabeza.

-Anda exagerá, no ha sido culpa tuya.

-Idiota Carlos. Vaya susto nos hemos llevado.-le reprocha Alba también llorando.

Carlos me da un beso en la mejilla que me hace ruborizar y después me aparto para dejar a Alba y Natalia abrazarle también. No soy capaz de describir lo duros que han sido estos últimos minutos y lo mal que lo he pasado. Sabela le ha dado una segunda oportunidad a Carlos y no estoy dispuesta a dejar que la estropee. Me giro hacia ella y me disculpo.

-Gracias por salvarlo.

-Él me salvó primero.-dice ella dándose la vuelta para irse.

-No te vayas-exclamo cogiéndola por el brazo.

-¿Como dices?

-No sabemos cómo va a reaccionar el Capitolio después de esto. Acabamos de revivir a un tributo y no conocemos las consecuencias de eso. Lo mejor es permanecer unidas y buscar una salida.-explico.

Ella asiente y se queda con nosotras. Nadie discute está decisión así que le enseñamos nuestra cueva. Congeniamos bastante bien con ella. Hemos decido que mañana buscaremos a los tributos restantes y les explicaremos nuestro plan. Sólo funcionará si todas estamos de acuerdo, así que es importante que estemos todas unidas. La parte mala es que probablemente sus primeras intenciones al vernos sea matarnos. Por eso vamos a tener que ir desarmadas y con mucho cuidado.

Los Juegos de OT || ALBALIA || JULRIGHT ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora