Los Juegos de OT || ALBALIA || JULRIGHT ||

Capítulo 16

POV María (cuando aún estaban en Chicago)

Tris me acababa de decir que podía visitar el complejo de Verdad cuando quisiese. A pesar de que hay más facciones yo estoy convencida de cuál voy a elegir, sobretodo si lo que me requieren en esta es honestidad y sinceridad.

África se ha ido a dar una vuelta por las instalaciones y a buscar las duchas. Mientras, yo me dirijo a la sala principal del piso. En uno de los sofás está Alba sentada con los codos sobre las rodillas. No me he hablado mucho con ella, pero me parece que vamos a ser buenas amigas. Me acerco a ella y me siento a su lado.

—¿Alba?—susurro tocándole la espalda.

Ella levanta la cabeza, no tiene los ojos rojos, así que no ha llorado, pero sí que se la nota angustiada.

—Se que no me conoces mucho, o casi nada, ¿pero quieres hablar?—me ofrezco.

Alba en seguida asiente y se coloca bien sentada delante mía.

—¿Que te pasa?—le pregunto.

—Hay algo que me ronda por la cabeza desde los primeros días en la arena. Pensaba que si los Juegos terminaban me matarían y no tendría que pensar en ello, pero no ha sido así.—admite.

—Bueno, al menos estás viva.

Alba ríe un poco. Según lo que me está contando ya se por dónde van los tiros. Últimamente ha estado muy pegada a Natalia, eso me lleva a pensar que ese algo que le ronda por la cabeza es más bien alguien. Pero no quiero decírselo yo, quiero que me lo diga ella.

—Quizas si me cuentas qué es ese algo te sientas mejor.—la animo.

Al principio se resigna a contármelo, pero tras un rato intentando convencerla de que si se lo guarda será peor, decide contármelo.

—Verás, los primeros días de entrenamiento estábamos solas Carlos y yo, pero luego nos juntamos con Julia y Natalia. Nos empezamos a llevar muy bien entre las cuatro, en especial yo con Natalia...—toma aire para continuar.—Al principio simplemente pasaba tiempo con ella para aprender técnicas de supervivencia y a tirar cuchillos, pero en ese tiempo nos volvimos muy cercanas. Yo estaba, y estoy, muy a gusto con ella, me hacía reír aún sabiendo que estaba allí para morir, me cuidaba y me protegía...Y entonces, en mitad de los Juegos, pensé que eso no tenía sentido, que no podía encariñarme con alguien allí dentro, si total iba a morir. Estaba tan convencida de ello que, ahora que estamos vivas aquí, no sé qué hacer.—confiesa.

—Tu lo que estás es bien enamorada de Natalia.—le digo.

—Pero nos conocemos de hace muy poco...

—Eso no importa, lo que importa es que os hacéis bien, os cuidais y os queréis.—afirmo.

—¿Como sabes que me quiere?

—Por como te mira, como si fueses la octava maravilla.

Alba se sonroja en seguida. Está claro que se quieren muchísimo, pero las circunstancias las echan para atrás. Sólo necesitan un pequeño empujón.

—Tienes que decírselo a Natalia.

—No puedo.—niega ella.

—Claro que puedes. De hecho, hoy vas a dormir con ella.—digo convencida.

—¿Ah sí? Pero si ella duerme con Julia.

—Pues que Julia duerma con Carlos, que también vaya dos...

—Bueno, quizás duerma con ella, pero no se lo voy a decir. Aún no.

—Diselo cuando te veas preparada, pero hazlo. No te arrepentirás.

—Gracias María.

Alba me abraza y yo le doy un beso en la mejilla. Realmente esto de ser alcahueta no se me da tan mal, o eso espero.