Los Juegos de OT || ALBALIA || JULRIGHT ||

Capítulo 26

POV AITANA

Todo el Capitolio lleva alterado desde el final de los Juegos. Cuando las tropas de Snow entraron en la arena y me vieron allí no dudaron en arrastrarme hasta una sala de interrogatorios. Contesté todas sus preguntas lo mejor que pude, aún recuerdo la rabia y ira que sentí en ese momento por la muerte de Amaia. Ni siquiera he tenido tiempo para llorarla, por eso me he convencido de que lo mejor que puedo hacer por ella es vengarla matando a quien la mató a ella: Carlos. Cuando anuncié que Katniss, la chica en llamas, sigue viva, Panem entró en estado de shock. En la mayoría de distritos eso les dio esperanza y decidieron retomar la revolución pero Snow tomó fuertes represalias que consiguieron extinguir la pequeña llama de esperanza que había dado fuerza a los rebeldes. Snow me recompensó por la información dándome un puesto fijo en su ejercito y un lugar para dormir en el Capitolio. He estado aprovechando al máximo las clases que me han impartido, la próxima vez que vea  a Carlos tendrá que matarme primero si no quiere que lo mate yo a él. Hace unas horas el presidente nos ha llamado para que nos reunamos en su cuartel alegando que tenia que explicarnos el plan que nos llevaría a la victoria. El cuartel está en los niveles inferiores de la mansión presidencial, por lo que debo coger un ascensor y bajar aproximadamente unos diez pisos. Cuando se abren las puertas me espera otro soldado que me señala el camino que debo seguir. El final del pasillo desemboca en una sala de paredes metálicas que consta con varios objetos y artilugios que no necesitan un cartel para saber que no hay que tocarlos. 

—Aitana, te estabamos esperando—Coin me indica que me situe alrededor de la mesa en la que está Snow junto a otros seis soldados más.

—Como bien sabéis, no debemos subestimar a Katniss y por mucho que no quiera admitirlo, no podemos vencer solos—confiesa Snow.

—Pero señor, estamos equipados y preparados—se queja uno de los soldados.

—Pero desconocemos a cuanta gente nos enfrentamos, debemos ser cautelosos-

—Si, señor—convino el soldado.

No me había fijado en la caja que habia encima de la mesa hasta ahora. Más que una caja parece un cofre y emana una tenue luz roja, como si alguien se hubiese dejado la nariz de rodolfo el reno dentro. 

—¿Que es eso?—me atreví a preguntar.

—Eso es nuestra mejor baza para ganar—dice levantando la tapa del cofre.

Dentro de él hay una piedra roja, aunque más que una piedra diría que es una gema, un rubí quizás. A pesar de saber que no debería tocarla no puedo evitar acercar mi mano hacia ella hasta que Coin me aparta la mano.

—No toque eso soldado—me advirtió—A menos que quieras que esa cosa absorba toda tu energía vital.

—¿Que es?—pregunto intrigada.

—Verás, hace tiempo comprendí por las malas que no estamos solos en el universo—suelta como si fuese la cosa más normal del mundo—También descubrí que existen seis gemas poderosas capaces de acabar con mucho más que un ejercito entero. 

—¿Vamos a usarla para matarles?—pregunto un comandante.

—No, no poseemos las cualidades para usar la gema—explica—Esta gema es la gema de la realidad, si la intentásemos usar nos arrebataría la energía vital poco a poco.

—Entonces ¿que vas a hacer con ella?—digo aun sin saber por donde van los tiros.

—Conozco a alguien que necesita esta gema, la intercambiaré por un ejercito y ayuda—dice examinando la gema roja—Con un poco de suerte mañana tendremos aquí al titán y la orden negra.