Y aquí finalmente está. Perdón por el retraso y espero que comentéis y votéis mucho. Me hace muy feliz que la gente lo haga. :)
Al poco tiempo, decidimos volver a la mesa con nuestros padres. Luc no me volvió a dirigir la palabra, pero me daba igual. Era un idiota y no aguataba a ese tipo de gente. Nos sentamos tranquilamente, mientras ellos terminaban de firmar unos papeles que se suponía que eran del reciente negocio que habían cerrado en ese mismo momento.
-Hija, he tomado la decisión de que mañana hagamos una cena con todos nuestros amigos y ellos estarán invitados, por supuesto. Ahora son uno más en la que es nuestra gran familia.-dijo mi padre sonriendo. Asentí encogiéndome de hombros. La verdad es que me daba igual todo eso.
-Muy bien, papá. Lo que digas. ¿Ahora nos podemos ir? Estoy cansada y creo que ya habéis acabado de firmar todo eso que tenías que firmar, ¿no?
-Claro que si, preciosa.-dijo el señor Schröder mirándome.-Mañana nos volveremos a ver, así que ve y descansa. Ponte guapa para la cena de mañana.-asentí levantándome de mi sitio y cogiendo mi bolso.
-Chao Liam.-me sonrió ampliamente a modo de despedida.-Luc, hasta mañana.
-Hasta mañana, chicos.-se despidió mi padre estrechándoles las mano, pero yo ya no me quedé para ver nada más, ya que salí del restaurante y me monté en la limusina, que ya estaba esperándonos en la entrada.
Nos fuimos a casa tras la comida. Nana ya nos esperaba en la puerta. Mi padre apenas la miró. Siempre hacía igual y no sabía la razón exacta. Parecía que estuviese enfadado con ella o algo. Yo sin embargo, era mi mamá postiza. Ella me había criado y con quien había tenido las conversaciones que no había podido tener con mi madre. Así que la abracé y ella besó mi pelo dulcemente.
-¿Qué tal en la comida, preciosa?-me quité los tacones mirándola y a la vez resoplando, y no por el dolor de piernas.-Mal, ¿eh?
-Ni bien ni mal. Simplemente aburrida. Los hijos de la familia Schröder…uno majo y encantador y el otro…juzga a la gente sin conocerla y eso ya no me gusta. Me cayó mal la verdad. Así que no quiero hablar de ellos. Y el padre…ese tal Michael…en fin. Demasiado rintintín en sus palabras.
-Ya veo…no habéis empezado con buen pie entonces, ¿no?-negué mientras subía las escaleras hacia mi cuarto. Quería tumbarme y descansar.-¿Algo más que quieras contarme, mi amor?
-No. Solo que mañana hay una cena. Y ellos están invitados. Son la nueva parte de la empresa y como de la familia, según ellos. Así que te harán trabajar más por culpa de esa estúpida comida. Menos mal que Nicholas y Mathias estarán aquí. Creo que sus familias estarán invitadas.
-No pasa nada. Es mi trabajo, mi vida. Ahora descansa.
-Si…buena falta me hace. Gracias, Nana. Te quiero.
-Y yo a ti, mi ángel. Y yo a ti.
Mientras en el restaurante, el cabeza de familia Schröder, pagaba la cuenta y hablaba con sus hijos sobre la comida.
-¿Qué os ha parecido Alice y su padre?-preguntó Michel con gran interés a sus gemelos.
-Es una chica maja, papá. Me cae bien. ¿Por qué?-Preguntó Liam tranquilo.
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Un matrimonio a la fuerza
RomanceCuando Alice y Luc se ven obligados a casarse, montan en cólera y se niegan a hacerlo. Pero poco a poco tendrán que acostumbrarse a ser un matrimonio y aprender a vivir juntos y quizás también a...amarse.