Hola a todos y todas. He decidido dejaros por aquí el prólogo de la versión mejorada de la novela Un matrimonio a la fuerza. Espero poder publicarla pronto y que la podáis disfrutar.
Prólogo.
Alexandra Leichmann se despertó aquel día de muy mala manera. O bueno, más bien la despertaron, dado que su Nana, una mujer de 60 años, entrañable, bajita y cariñosa, la fue a avisar de que su padre, el empresario alemán Christian Leichmann, famoso en el mundo entero por su empresa de carburantes, la requería inmediatamente en su despacho.
La joven de 24 años, tapó su cara con la almohada, queriendo evitar aquello. Sabía que iban a discutir pero no sabía la razón de esta vez. Nana le dio unos golpecitos en las piernas, animándola a levantarse, cosa que Alex hizo de mala gana.
Se sentó en la cama, estirando todos los músculos y huesos de su cuerpo, saliendo del entumecimiento que causaba dormir unas 12 horas seguidas, después de una gran fiesta. Tras tomarse la aspirina que Nana había dejado encima de la mesilla para el dolor de cabeza y cansancio, se recogió su larga melena rubia en un moño alto, cogió una sudadera para cubrir la camiseta de tirantes del pijama y se enfundó sus zapatillas negras con calaveras. Ahora solo le faltaba el café, pero eso sería después de la gran charla que tendría con su padre en su maravilloso y ostentoso despacho.
Salió de su cuarto con dirección a donde se ocultaba su padre días y días, trabajando sin descanso. En eso había que aplaudirle. Había levantado la empresa con dedicación, esfuerzo y sin ayuda. Se quitaba el sombrero por todo lo que había conseguido.
Cuando estuvo delante de las puertas correderas negras que separaban el pasillo de la estancia más valiosa para su progenitor, respiró hondo, calmándose antes de la nueva batalla. Alzó la mano para llamar con sus nudillos y escuchó la ronca voz de su padre dándole permiso para que entrase. Así que eso fue lo que hizo. Movió las puertas hacia los lados y, tras entrar, las volvió a cerrar, sabiendo que necesitarían intimidad.
Una vez que estuvo frente a él, comprobó que los oscuros ojos del hombre al que tenía delante, echaban chispas de la rabia y del enfado. Creo que va a ser peor de lo que pensaba, se dijo para sí misma la joven. Se sentó en una de las butacas negras, último modelo, que su padre había conseguido, esperado a que la reprimenda llegase.
Pero esta nunca llegó. Extrañada por el comportamiento de su padre, logró alzar la mirada hacia él, viendo cómo le lanzaba un periódico abierto con un titular bien grande en negrita. La primogénita Leichmann se va de juerga...Otra vez. Alexandra agarró el periódico con sus manos, leyendo lo que el pequeño artículo ponía. Borracha, que se le había visto consumir drogas, que se había caído varias veces hasta llegar al coche de sus acompañantes... Todo esto, acompañado por una foto de ella, con una cara de bebida que tiraba para atrás. Sin embargo, lo que ella hacía no era incumbencia de toda España o Alemania.
─Odio a estos periódicos amarillistas.─ Comentó dejando el noticiero en la mesa de cristal de su padre.─ La mayoría de lo que dicen son sandeces, padre.─ Intentó justificarse, aunque ella sabía que todo lo que allí estaba escrito era verdad.
─Me da lo mismo si es verdad o no, Alexandra. Ya estoy cansado de todas estas tonterías tuyas.─ La miró con dureza. En su voz se notaba el enfado, pero también el agotamiento que sentía.─ La gente se lo cree, y mis acciones han bajado desde que tus juergas salen en periódicos y programas de televisión. Las cosas van a empezar a cambiar, hija. Te guste o no.─ La advirtió con severidad.
ESTÁS LEYENDO
Un matrimonio a la fuerza
Roman d'amourCuando Alice y Luc se ven obligados a casarse, montan en cólera y se niegan a hacerlo. Pero poco a poco tendrán que acostumbrarse a ser un matrimonio y aprender a vivir juntos y quizás también a...amarse.