Capítulo 8

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Y aquí está el siguiente capi! Creo que me ha quedado bien, y estoy bastante contenta con el resultado. Gracias por todos los votos y comentarios que he recibido esta semana! :) Ahora os dejo con el capi y espero que os guste tanto como a mi me ha gustado escribirlo!! Por cierto, tiene contenido sexual jaja (El que avisa no es traidor)

            Aún estaba asombrada por lo que me había dicho mi ya suegro. Luc conducía el todoterreno por una carretera solitaria a esas horas. En cuanto habíamos acabado el postre, nos habían obligado a abandonar mi casa para irnos al hotel y pasar allí nuestra noche de bodas, en la que yo, debía de perder mi virginidad y dejar la prueba en las sábanas. Solo faltaba que tuviera que ser sin condón para poder tener un digno heredero.

            Maldito suegro el mío. ¡Parecía que estábamos en la Edad Media! Negué mirando por la ventana, haciendo caso omiso de mi ya flamante maridito. Él era tan víctima como yo de esto. Pobre. No tenía el derecho de tratarle mal. Estábamos los dos en el mismo barco y podríamos solucionar si lo hablábamos.

            -Ya hemos llegado, Alice.-vi cómo se bajaba del coche, así que le copié, bajando del todoterreno. Contemplé el gran edificio que se erguía delante de nosotros. Era uno de los mejores hoteles de toda la ciudad de Madrid. El Hotel Ritz se abría ante Luc y ante mi, con todo su esplendor.-Alice, ¿vamos?-me ofreció su mano, la cual agarré amablemente.

            Nada más entrar vi una gran entrada, con una escalinata a nuestra izquierda. Nos adentramos hacia recepción, donde una chica, bien vestida con el uniforme del hotel nos sonrió, atendiéndonos y también tirándole los tejos a mi marido. Luc o se hizo el tonto o no lo vio, pero yo si, y la miré con mala cara. No le querría y nos habían casado a la fuerza, pero iba a defender lo que es mío.

            -¿Qué suite nos han reservado, querido?-Lo miré atenta a la llave que le estaban dando.

            -La presidencial. Mi padre se ha esmerado para que pasemos una buena noche de bodas, ¿eh?-sonrió divertido.-Muchas gracias, esto…-miró la plaquita que tenía la chica en la chaqueta.-Lucía. Si necesitamos algo, ya avisamos.

            -De nada, señor Schröder. Y Felicidades por la boda. Pasen una buena noche.-comentó mirándome de arriba abajo.

            -Gracias. Vámonos a la habitación, estoy cansada…-la miré altiva, yéndome de allí con esposo.

            Subimos en el ascensor en silencio. Cada piso que subíamos, más nerviosa me ponía yo. No quería hacerlo obligada. Quería hacerlo porque yo quería y estaba enamorada o pillada por el tío con quien lo iba a hacer. Resoplé sin darme cuenta. Luc me miró curioso.

            -No me mires así…-dije en voz baja, saliendo del ascensor y caminando hacia nuestra habitación.-Abre, anda.

            -Se que estás nerviosa y angustiada, Alice. ¿Te crees que a mi me gusta tener que…hacer algo que no quieres? Quiero decir, supongo que no te imaginabas que tu primera vez sería de esta manera.-negué bajando la mirada.-Mira…ya que lo tenemos que hacer, hagamos que esto vaya bien. Seré cuidadoso, te lo prometo. Y haré que disfrutes…-asentí.-Vayámonos a dar un baño, los dos juntos, ¿si? Así nos acostumbraremos el uno al otro.

            -Claro…-me cogió de la mano, llevándome con delicadeza al baño. Allí abrió el agua para que la bañera se llenase.

            -Ahora, déjame quitarte ese vestido de novia. Es muy bonito pero parece algo incómodo para andar por la calle…-me dio la vuelta, apartando mi pelo de la espalda. Seguido de esto, desabrochó el vestido, lentamente.

Un matrimonio a la fuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora