Bueeeeno...ya queda menos para que me marche a Austria, así que veré qué puedo hacer para poder escribir y colgar! No me mateis si no subo muy a menudo por favor! jajaja! Gracias a tod@s por comentar, votar y leer!!
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Tras la cena, Luc había dejado a su hermano y su madre en su casa, mis tíos y mi prima se habían ido a la suya y Nana y yo nos habíamos dirigido a la nuestra. Durante la reunión, habíamos expuesto cuales eran nuestros planes: volver a Hamburgo, tener a mi tío como encargado de la empresa en Madrid y abrir una sucursal en nuestra ciudad de residencia. A todos les había parecido bien la idea, así que no podíamos ser más felices.
Ahora ya estaba metida en cama, agotada por tantas emociones que había tenido ese día y esperando a mi flamante marido para poder disfrutar de él en calma. Y él no se hizo de esperar. Entró por la puerta, con tranquilidad, sonriendo ampliamente, sabiendo que lo esperaba en casa. Se deshizo de sus vaqueros y su camiseta blanca, que marcaba perfectamente sus pectorales y sus brazos, quedándose en boxers. Seguido de esto, se metió en mi cama, abrazándome y atrayéndome a su cuerpo.
-Esto si que es vida…-susurró sin quitar su sonrisa de sus labios.-Tener una cena agradable con tu familia después de un día duro de trabajo y meterse con tu mujer en la cama, para darnos unos pocos de arrumacos.-lo miré contagiada por su alegría.-¿Tú que dices? Me merezco unos pocos mimos, ¿no?
-Creo que te los has ganado, si…-me incorporé un poco y lo besé despacio, disfrutando de su calor. Acaricié su mejilla, notando su incipiente barba. El beso se fue tornando poco a poco un poco más salvaje, hasta el punto de que se puso sobre mi, devorándome con ganas. Yo por mi parte, no me quedé atrás y metí mis dedos en su melena, hasta el punto de clavarle un poco las uñas en su cuero cabelludo.-Luc…Luc…-jadeé contra sus labios, a sabiendas de que iba a protestar.-Cielo, para…no quiero que Nana nos oiga, y soy consciente de que grito un poco…
-Maldita sea…-gruñó.-Quiero hacerte mía. ¿Es que nunca vamos a tener un momento para los dos?-protestó dejándose caer en la cama.-Nos marcharemos mañana mismo a Hamburgo.-iba a abrir la boca para protestar, pero no me dejó.-Chitón. Nada de protestas. Reservaré los billetes para mañana por la tarde.
-He estado pensando en Nana…-apoyé mi cabeza en su pecho y pasé uno de mis brazos por su vientre.-Creo que le daré la jubilación anticipada. Papá ya no está, yo no estaré aquí y ella no sabe alemán. Creo que se lo ha ganado.-Luc asintió acariciando mi pelo con tranquilidad.-Le diré a mi tío que lo organice todo.
-Me parece estupendo, cielo. Se hará como tú lo digas.-asentí. Luego, apoyé mi barbilla en su pecho para mirarle.-¿Qué más has pensando?
-Esta casa…se la daré a mi tío y a mi prima. Que hagan con ella lo que quieran. Da muchos gastos, y no estaré aquí para disfrutarla. Además…no me da pena venderla ni deshacerme de ella. No tengo muchos recuerdos felices aquí.
-Vale…me parece bien. Ahora durmamos, ¿si? Tienes cara de cansada y te quiero con las pilas bien cargadas para el viaje de mañana.-asentí poniéndome de lado, dándole la espalda para que me abrazase y así poder dormir entre sus brazos. Ni a Luc ni a mi tardó mucho Morfeo en recogernos en sus brazos.
Al día siguiente, comuniqué mis decisiones a Nana y a mi tío. Ambos estuvieron de acuerdo, aunque Nana estuvo un poco reacia al principio, ya que no quería unas vacaciones permanentes. A pesar de todo, al final, la convencí de que era lo mejor para ella.
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Un matrimonio a la fuerza
RomanceCuando Alice y Luc se ven obligados a casarse, montan en cólera y se niegan a hacerlo. Pero poco a poco tendrán que acostumbrarse a ser un matrimonio y aprender a vivir juntos y quizás también a...amarse.