Bueeeeeno....un regalito por Navidad. He adelantado bastante la historia y ando ya con los retoques finales. Quedan pocos capítulos, pero espero que los disfrutéis tanto como yo. Muy feliz navidad a tod@s! gracias por leer, por votar y por comentar. Me hace muuuuy feliz!!! OS QUIERO!!
Intenté reanimar a Luc, mientras esperábamos a la ambulancia. ¡Que llegara ya, joder! Le di golpes en la mejilla, esperando a que reaccionara, abriendo un poco los ojos o algo. Pero era inútil. No pasaba nada. Escuché las sirenas, así que corrí a abrir la puerta y luego volví junto al cuerpo de Luc, para taponar la horrible herida que le habían causado.
-Luc, por favor…vuelve conmigo. Dime que me quieres. Tenemos muchas cosas que vivir. Mi vida, te lo suplico, cariño. ¡Por favor!
-Señorita…-miré a Luc con los ojos llenos de lágrimas.-Señorita, por favor. Ha hecho ya bastante. Déjenos hacer nuestro trabajo. Ha hecho bien en taponar la herida.-uno de los asistentes me cogió apartándome de mi marido. Me llevó hasta el sofá, donde me tapó con una manta y se quedó conmigo hasta que estabilizar y pusieron en una camilla a Luc.
-Quiero ir…necesito ir…-dije en un susurro, totalmente en shock. Me ayudaron a levantarme, acompañándome hasta la ambulancia, donde me dejaron entrar y colocarme donde no molestase.
Miré atentamente cómo atendían a Luc. Su pulso era débil al parecer y le tuvieron que reanimar con las palas, porque estuvo durante el trayecto, unos segundo muerto. Lo veía todo lejano, pero sabía que estaba allí. No salía de mí una reacción de desesperación. El shock era mayor que mi sentido común.
Cuando la ambulancia se detuvo en el hospital, rápidamente acudieron a buscar la camilla, la cual se la llevaron sin que yo me pudiese despedir. Me quedé sentada dentro de la ambulancia, con la mirada perdida, sin saber qué hacer. El asistente que me había atendido a mi en casa, me ayudó a salir del vehículo. Me llevó a una sala de espera, donde habló con una residente.
-Señorita…A su marido lo van a operar de urgencia. La llevarán a una sala para hacerle unas pruebas y que se sienta mejor. ¿Tiene a alguien a quién llamar?-me preguntó la enfermera. La miré sin mediar palabra, aún sin volver en mi.-¿Me escucha, señorita?
-Liam Schröder…-susurré. Ella asintió indicándole a una de sus compañeras, que buscase el número de Liam.-Mi marido es Luc Schröder…
-Bien. Usted, ¿cómo se llama?-dijo mientras me ayudada a levantarme y a andar, hacia uno de los boxes de urgencias.
-Alice…Alice Leichmann…no tengo nada aquí. Ni tarjetas, ni móvil, ni dinero…-comencé a reaccionar.
-No se preocupe por eso ahora…-me sentó en una camilla.-Aquí está el doctor Schmidt, que la atenderá y la ayudará, ¿vale?-asentí viendo como ese doctor entraba con su bata blanca, resaltando el moreno de su piel y el rubio de su cabello.
-¡Muy bien! ¿Se encuentra bien, señorita…Alice Leichmann?-preguntó tras mirar una carpeta.-¿Le duele algo?
-La cabeza…la barriga…tengo ganas de vomitar…-El doctor cogió un cubo y eché todo lo que tenía en mi estómago. Jadeé comenzando a notar que la tripa cada vez me dolía más y más, así que gemí desesperada.
-Ya estás saliendo del shock. Eso es bueno.-apartó la bolsa con mi vómito.-Dígame, Alice. ¿La puedo llamar Alice, verdad?-asentí mientras me hacían tumbar.-¿Y puede estar embarazada Alice?-lo miré confundida.
-No lo se…¿por qué? ¿Qué pasa?-gemí llevándome una mano a la tripa.
-Porque creo que usted está teniendo un aborto debido a los nervios, pequeña.-abrí los ojos sorprendida.-Vamos a tener que sedarla, ¿si? Para que no sufra.-negué. ¡Tenía que salvar a mi bebé, si es que estaba embarazada! Pero cada vez los párpados pesaban más y más, y aunque quisiera luchar, no pude hacer nada…
ESTÁS LEYENDO
Un matrimonio a la fuerza
RomansaCuando Alice y Luc se ven obligados a casarse, montan en cólera y se niegan a hacerlo. Pero poco a poco tendrán que acostumbrarse a ser un matrimonio y aprender a vivir juntos y quizás también a...amarse.