XIII

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Narrador.

Todos siguió normal.
O eso les gustaba pensar a Stiles y a Alberto, hasta que llegó el dichoso viernes.

– Alberto, no crees que vengan a buscarnos, ¿verdad?
– Ppffr...claro que no vendrán, son solo acosadores, que les gusta estar jodiendo...

Dijo para dar vuelta en el pasillo.
Pero se toparon con alguien a quien no tenían en mente.

– ¡Profesores!

Ambos voltearon a ver, y se encontraron con.

– ¿Dennisse?, ¿que haces aquí?
– Iba caminando por la calle, cuando de pronto vi a alguien ser atacado, me asuste y entre, pensando en encontrar ayuda...¿podrían ayudarme?

Ambos se miraron.

– Bien...¿podrías guiarnos?...

La muchacha asintió y comenzó a caminar.

Un rato después.

– ¿Donde están?

Preguntó Stiles.
Alberto volteó a todos lados y dijo.

– No hay nada aquí...
– Ni rastros de sangre o algo...

Ambos miraron a Denisse, ella sonrió nerviosa y dijo.

– Lo siento...

Stiles dijo.

– ¿Como que lo sientes?

No estaba enojado, ni mucho menos decepcionado, estaba confundido.

Cuando volteó a ver a Alberto, vio todo oscuro.








Un par de horas después.

Despertó atado a una silla.

– Aahh...¿pero que?

Volteó a la derecha y se encontró con Alberto, atado.

– ¿Alberto?...hermano... despierta...

El contrario, se quejó y dijo.

– Espero que no sea una de tus bromas Stiles...
– Al...no es una broma...abre los ojos y mira...

El contrario abrió los ojos y volteó a la izquierda.

– Ay...no...esa niña va a reprobar mi clase...
– ¡Denisse!, ¡estas en serios problemas señorita!

Gritó Stiles.

Para después escuchar una puerta abrirse.

– Oh, no hermano...no quiero morir, soy muy joven para eso, aun quiero tener una esposa e hijos...solo tengo 27 hermano...
– Y yo 23, oh cielos, yo quería un mini Stiles correr por ahí...

Ambos se callan al escuchar una voz.

– No los vamos a matar...

Stiles mira a Alberto y luego al frente, encontrándose con el moreno de ojos verdes.

– Oh...diablos..¿que quieres de nosotros ahora?

Dijo Stiles enojado.

– Quiero que pasen una tarde con nosotros...para poder aclarar las cosas...
– Ah...¿Al?, ¿que dices?

El mencionado lo voltea a ver.

– ¿La comida esta buena?

El moreno dice.

– Claro, lo hicimos nosotros, siguiendo las recestas que Stiles nos dejó...

Stiles grita.

– ¡Que no los conozco!
– No nos recuerdas, mejor dicho...vengan...

Una vida común para nada comúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora