XXIV

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Narrador.

Stiles sentía su corazón retumbar en sus oídos.
Le dolía todo el cuerpo, gracias a los golpes que recibió de Theo.

– P-Por favor...

Estaba sollozando.

– Vamos, si me dices que si, te aseguro que lo disfrutarás...como la última vez...
– ¿U-Ultima vez?

Se estaba empezando a asustar más...¿Cómo que última vez?

El contrario se rió.

– Es broma, ¿acaso piensas que te haría el amor sin tu consentimiento...?

Theo posó una mano sobre su mejilla.

– Además, podemos...aunque sea divertirnos un poco...

Theo comenzó a tocar las partes de Stiles, este comenzó a removerse.

– ¡Déjame...ya!
– Vamos solo esto y un beso...y te dejaré para que puedas dormir ..

El contrario intento besar al castaño, pero este le dió un cabezazo y comenzó a gritar.

– ¡Ayuda, ayuda!

Las lágrimas se estaban presentando.

Pero fue callado por una mordaza improvisada.

– ¡Mmmph!
– No quería forzar esto, pero me estás obligando a esto...

Theo se colocó encima de Stiles, comenzando a desvestir a ambos.

Stiles comenzó a negar.

No podía hacer nada más, ya que Theo le había atado las manos.

– ¡Mmmph!

Cerró los ojos esperando lo peor.

– ¡Aléjate de él!

De la nada sintió como el peso extra encima de él era alejado.

Abrió los ojos con temor y escuchó como algo era golpeado.

– ¡M-Mmph!

Comenzó a removerse en la cama, intentando torpemente deshacerse de las ataduras.

– Sabía que había algo malo contigo, sabía que teníamos que haberte matado antes de que hicieras de las tuyas...

Esa voz...la reconocía.

Y solo un nombre invadió su mente.

"Derek..."

Tenía tantas ganas de ir a abrazarlo, pero las ataduras se lo impedían.

Solo podía ver a Derek atacar a Theo, este sólo se reía.

– Él me ama a mi....es mío...

Decía entre risas, Derek estaba hecho furia.

– ¿¡Cómo te atreviste a lastimarlo!?

Derek sentía su sangre hervir.

– Por que él es mío...mío...mío...

Repetía sin cansarse.
A los minutos, llegaron Scott y Lidya, quienes se encargaron de Theo, levandoselo de la habitación.

Derek se acercó a Stiles y lo desató.

– ¿No te hizo algo?

Derek no se refería a lo de los golpes, por qué esos sobraban en ambos.

Stiles se quitó la mordaza y dijo.

– N-No...todo está bien...

Derek suspiró tranquilo.

Stiles temblaba de los nervios, así que Derek se sentó a su lado y lo abrazó con cuidado.

– Ya todo está bien...

Y Stiles no pudo aguantar.

– Gracias...

Lo abrazó con todas sus fuerzas.

Sentía que si aflojaba su agarre, Derek se iría.

– Te lo dijimos...
– Y-Y no los escuché...lo...lo lamento...

Sus lágrimas no paraba de salir.

– No...fue mi culpa...debí secuestrarte cuando Denisse me lo recomendó...

Stiles lo miró serio.

– Nos hubiéramos ahorrado esto...te llevaste el susto de tu vida y yo sentía que me iba a dar diabetes por el susto que tenía por tu seguridad...

Stiles se acomodó en su pecho y dijo.

– Me duele la cara...
– Y como no...tienes moretones en los moretones...

Rió por su comentario, Stiles intentó reírse, pero su cuerpo le reclamó por eso.

– Au...
– ¿Te llevó al hospital?
– Agh ..no, creo que...

Intentó reír, pero otra vez sucedió lo mismo.

– No, será mejor que me lleves al hospital...por favor...
– Si, vamos ..


Después de un par de horas.

Stiles se encontraba con unas cuantas costuras en sus brazos, con vendas y con unos parches de gasas cubriendo unas heridas abiertas.

– Ay...¿Y mi papá?

Preguntó ya calmado.

Derek sonrió.

– Está a salvó, Peter lo está vigilando...
– Gracias...

Stiles suspiró aliviado y sintió como de golpe todo el cansancio se le vino encima.

– Estoy tan cansado...
– Lo supuse, duerme un poco...lo necesitas...

Derek se iba a retirar, pero Stiles le dijo.

– Derek...
– ¿Si Stiles?

El menor sonrió y dijo.

– Gracias...por salvarme...
– Lo haría de nuevo...solo por ti...

Stiles se sonrojó un poco, y Derek soltó una pequeña risa mientras se acercaba al rostro de Stiles.

Ninguno dijo nada, solamente unieron sus labios.
En un beso breve y tierno.

Cuando se separaron, Stiles dijo.

– Lo sabía...

Y cayó dormido.
Derek le dio un beso en la frente y se fue.

Una vida común para nada comúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora