MI PRÍNCIPE. (VEGETA X BULMA)

Capítulo 2

"LA ELEGIDA"
Después de un largo viaje Vegeta y sus secuaces llegaron al lugar, era lejano a la ciudad, bajaron completamente su ki para no ser percibidos por Goku. Todos esperaron para que los hombres trajeran a sus hijas y vegeta eligiera a su mujer.

Bulma se tomó la ducha más larga de su vida, quería quedar perfecta para el príncipe pero también natural, se puso crema en su cuerpo, se perfumo, y luego se puso un bello vestido rojo que resaltaba mucho su tez blanca. Se maquilló naturalmente y salió con su padre para ir allá.

—Todas son hermosas — expresó nappa quien es la mano derecha de Vegeta.
—Así es, pero aún no me convenzo.
El siguió viendo a todas las chicas, realmente son bellas, las miraba de arriba a abajo, veía cada parte de su cuerpo, camino para ver a las demás elegidas, era una gran fila llena de bellas mujeres. Hasta que sus ojos se posaron en unos grandes ojos azules que lo miraban con emoción y una sonrisa al natural. —¿Como te llamas terrícola?. Se acerco a ella y le acaricio el cabello—Bulma— dijo sonrojada.
Vegeta rodeo su mirada a su cuerpo, ese cuerpo que se notaba que era muy inocente, y se podía ver que no había sido tocado, era una piel lisa, su cuerpo se veía bastante desarrollado, se quedó varios segundos observándola e hizo una mirada maliciosa.  Volteo a ver a nappa quien movió la cabeza, sin decir nada, Vegeta tomo a la chica en brazos y le sonrió, ella volteo a ver su padre quien le hacía una seña de adiós. Bulma quería llorar de emoción, estaba en los brazos del príncipe, no podía creer lo guapo que es y lo fuerte que se veía, claramente vio que era mayor que ella pero aun así quedó encantada por su belleza. —Descansa— le dijo el príncipe. Bulma se acosto y se imaginó lo maravilloso que sería estar con el.

Al llegar al planeta, varios de los esclavos le hicieron honor a la ahora mujer de vegeta. Ella solo sonrió tiernamente. Sintió como Vegeta la tomaba con fuerza, no el delicado vegeta que en la tierra la había tocado.
—Auh — exclamó bulma al sentir como Vegeta la llevaba a un gran balcón, los aposentos del príncipe. Al momento la  soltó. Bulma dejó de lado el comportamiento de Vegeta y miró lo grande y hermosa que era la habitación. —Ire a entrenar — dijo un arrogante Vegeta.
—¿Entrenar?. —Si, somos los guerreros mas fuertes del universo — dijo orgulloso vegeta.
—Esta bien —. Contesto bulma y vio como Vegeta se acercaba demasiado —Para ti, soy tu príncipe. Entendiste — la agarro de la mandíbula mientras esta se sonrojaba a su presencia. —Si mi príncipe. Jadeo. Vegeta salió de la recámara, —llego en la noche, quiero que estes lista para mí — dicho esto vegeta se marchó.
—¿eh?- que quiso decir con eso. Pensó la azulada, pensando-será que quiera que tengamos una cena romántica. -expresó feliz.
-Sí eso quiere, le haré una hermosa cena en la recámara. Se llevará una gran sorpresa

Llegó la noche.
Vegeta estaba bastante cansado por su entrenamiento, pero lo que esperaría en su recámara era saciar sus ganas de deseo de batalla. En su entrenamiento no podía de dejar de pensar en la joven, que en tan solo segundos hacia que el príncipe se le remarcara ese gran bulto. Deseaba ya tenerla a su merced, ahora tenia que esperar, su entrenamiento era esencial para así volver a la tierra en busca de goku y derrotarlo. Ahora ya estaba en su momento deseado, las luces estaban apagadas y al prenderlas vio una mesa adornada con flores al igual que la cama, con un plato de comida exquisita que aprobaban sus fosas nasales.
—Principe-dijo bulma detrás de el. —¿Que es esto?- dijo vegeta poco sorprendido.
—Tu me dijiste que estuviera lista, y te prepare algo romántico. Vegeta no resistió reír por su inocencia que el pronto acabaría, bulma estaba bastante confundida, y en un segundo vegeta había lanzado la mesa con su pie. —Vegeta que hicis….— antes que terminara, vegeta la pegó contra la pared, y olió su cuello. Bulma se estremeció al sentir sus respiración.
—En serio creías que me refería a eso- dijo incrédulo mientras subía el vestido de la peliazul para ver sus largas piernas blancas y suaves.
Sentía como mi cuerpo era una descarga de electricidad, recorría cada parte de mi, sus manos me transportaban a otro nivel, una sensación diferente.
Ella lo sabía, dejaría de ser virgen, sintió como ambos brazos recorrían ambas piernas, bulma no entienda bien, pero tenía en claro algo, quería más, quería que su príncipe le arrebatará su inocencia, quería ser de el, apenas lo conocía, es más ni siquiera a tenido una plática decente con el, pero con solo ver a ese hombre majestuoso caía rendidamente a sus pies.
—Ah!- gimió bulma, su primer gemido, al sentir como su príncipe, recorría su trasero blanco y débil, —ahhhh, vegeta. Jadeo al sentir como el apretaba su ahora rojo trasero, vegeta soltó su trasero y con mirada maliciosa, lanzó sus manos alrededor del cuello de bulma casi ahorcándola. —¿acaso se te olvido como debes llamarme terrícola?- exclamó azotándola más contra la pared, —P…erd..on.…príncipe- dijo con dificultad. Vegeta bajo su fuerza y acerco más a su cuerpo a la pequeña azulada quien tomaba aire en su pecho, tan sólo bajo unos centímetros. —Tienes que obedecerme en lo que te diga- pronunció acariciando su espalda. —Si mi príncipe- contestó la rojiza bulma. Vegeta se separó un poco de ella. —¡Besame!- exigió. Bulma quedó estupefacta por varios segundos, tenia miedo ahora de vegeta porque no hacia nada al respecto, vegeta fruncio el ceño y la pequeña bulma para no hacer enojar a su príncipe se lanzó a el a horcadas y una inexperta bulma roso sus labios con los de el, no sabía besar pero solo se dejó llevar por lo que sentía al sentir su presencia, el príncipe se pudo dar cuenta de aquello, bulma solo movía levemente sus labios y aún así al príncipe parecía gustarle. Río levemente, y se inundó en los labios de la azulada, quien seguía el ritmo tosco del príncipe, quien jugaba con sus labios mordiéndolos fuertemente haciendo que gritara pero al momento fuera callada por la cavidad bucal de vegeta, quien no para de besarla, estaba totalmente prendido, quería a la terrícola, la quería adentro.