Estaba temblando en la silla mientras la estilista me peinaba. Estaba demasiado nerviosa. Todo el tiempo estuve jugueteando con mi anillo. Después del peinado vino el maquillaje y al final me puse el vestido. Me veía asi:
Mi vientre se veía un poco abultado, pero no se notaba a menos que lo miraras de cerca. La puerta del salón se abrió y entró una señora de mediana edad. Deduci que era la madre de Tae.
-Señora Kim- Me levante de la silla e hice una reverencia.
-Oh Vamos querida, llámame mamá.- Me dio un abrazo. Me sorprendí por su calidez pero aun así le devolví el abrazo.
De repente mi madre vino a mi mente. Desearía tenerla conmigo ahora. Retuve las lágrimas para que no arruinaran mi maquillaje.
Lisa llegó una media hora después de la madre de Tae, cuando me estaban haciendo manicure.
-Hola hermosa.- Saludo con una reverencia a mi suegra, quien estaba siendo peinada.- ¿Como me veo?- Comenzó a dar vueltas. Estaba muy bella.
-Más guapa de lo normal.- Ella río y la mamá de Tae también. Había un leve temblor en mi voz.
-Tranquila querida, yo también era un manojo de nervios el día de mi boda.- Dijo ella con dulzura. Reí por lo bajo.
Terminaron de arreglarme y también a la mamá de Tae. Subimos a un auto que nos llevaría a el lugar de la boda. Tae me dijo que sería una sorpresa para mi. El auto tomó un camino por el bosque hasta llegar a una cabaña. Así que será aquí. Me dijeron que esperara en la cabaña hasta que todo estuviera listo. En ese corto tiempo la madre de Tae me habló de él cuando era pequeño. Supe que siempre ha sido adorable. Y que su madre lo ama, mucho.
Yoongi entró a la cabaña junto a Sehun. Yoongi iba a acompañar a Lisa, mi dama de honor, por el altar ya que el era el padrino de Tae. Y Sehun me iba a entregar. Los salude a ambos con un abrazo. Me llenaron de halagos sobre lo bella que me veía. Alguien toco la puerta.
-Ya es hora.- Dijo un hombre vestido de negro.
Mis manos comenzaron a temblar. La madre de Tae salió primero, luego Lisa y Yoongi. Al final nos indicaron a Sehun y a mi que saliéramos. Caminamos por un sinuoso camino hasta llegar al altar. Todo era más hermoso de lo que pude haber esperado.
Y ahí estaba Tae, al final del altar, sonriente como siempre.
//NARRA TAEHYUNG//
Cuando vi a T/N mi corazón se detuvo. Era como ver a una criatura traída directamente del mismísimo cielo. Estaba hermosa. Mi pecho se lleno de orgullo al saber que esa mujer sería mi esposa.//NARRA T/N//
Tae se veía especialmente guapo con el traje negro. Tenía el pelo desordenado. El sabía que me encantaba cuando estaba así. La marcha nupcial comenzó a sonar y me sostuve aun más fuerte del brazo de Sehun. El solo sonrió y comenzó a avanzar conmigo. Escuche los sonidos de las cámaras disparándose. Seguro que esto estaría por todo internet mañana. Ignore todo a mi alrededor y me concentré en no vomitar de los nervios.Llegamos frente a Tae, quien tenía una sonrisa pintada en la cara. Sehun me dio un beso en la mejilla y puso mi brazo entrelazado con el de Tae. Avanzamos unos pasos hasta quedar frente al padre. Lisa tomó el ramo de flores que llevaba en la mano. Le di ambas manos a Tae. El también estaba temblando. El padre comenzó a recitar esas palabras que había visto miles de veces en las películas. Me perdí en los oscuros ojos de Tae.
-¿T/N?- Me dijo Tae sonriendo.
-¿Si?- Yo aún tenía cara de boba y seguía mirando sus ojos.
Me señaló con los ojos al padre, quien me miraba expectante con una sonrisa.
-¿Disculpe?- Todos los invitados rieron.
-¿Aceptas a Tae como tú esposo?- Reaccioné.
-Oh, si, si, lo siento.- Tome el anillo designado para Tae y lo coloque en su largo dedo. El sonrió aun más ampliamente si es que era posible.
-¿Y tu Taehyung, aceptas a T/N como tú esposa?-
-Si- Tae puso el anillo en mi dedo con delicadeza.
-Entonces los declaró marido y mujer, puede besar a la novia.- El padre no termino de decir esa frase y Tae ya me estaba besando.
Fue el beso más dulce que ha existido. El mundo entero desapareció. Solo éramos el y yo. Para siempre.
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Mi ángel guardián (editando)
FanfictionAquella sonrisa, su sonrisa, era capaz de hacer brillar hasta el cuarto más oscuro. Aquella sonrisa, fue capaz de hacerme brillar de nuevo.