//CAPITULO 33\\

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La gente comenzó a aplaudir después de que Tae y yo nos separáramos. Entrelazamos nuestras manos y nos dirigimos a la cabaña de nuevo. Tae cerró la puerta detrás de nosotros y me abrazó fuertemente. Me dio vueltas en el aire.

-He estado esperando este día desde que te vi por primera vez- Dijo y me dejo en el suelo.- Ahora ya eres solo mía.

Acunó mi mejilla en su mano.

-Siempre lo he sido.-

Me mostró su sonrisa cuadrada.

-Le puse una inscripción a tu anillo.- Me lo quite para verla.

"You will forever be my always"

Las lágrimas amenazaron con brotar. Pero las aguante.

-Dame tu anillo, yo también quiero ponerle una inscripción.- Intente quitárselo pero el levantó la mano para que no pudiera alcanzarlo.- ¡Tae!

-Quiero que sepas algo, yo nunca me quitaré este anillo, pase lo que pase.- Me dio un beso en los labios.

Mis sentimientos estaban entre el enojo y la ternura. Encontrare la forma de hacerle algo lindo.

Nos llamaron para una sesión de fotos. Tae no me quitaba la vista en ninguna de ellas. En varias salíamos sosteniendo mi barriga casi invisible.

Terminaron las fotos y fuimos a la recepción. Todo el mundo estaba bailando. Divise a Jin haciendo unos pasos de baile realmente graciosos, había varias personas alrededor de el animándolo. Cuando llegamos todas las miradas se posaron en nosotros. Comenzaron a aplaudir y la fiesta comenzó. Baile con todos los invitados y estaba exhausta. Nos llamaron para cortar el pastel y yo fui corriendo, ya que tenía hambre y me había quitado los tacones. Tae se colocó detrás de mi y ambos sostuvimos el cuchillo mientras cortábamos ese delicioso pastel de helado. Hice ademán de darle de comer a Tae pero al final me lo lleve yo a la boca. Solté un suspiro. Estaba exquisito. Tae me miraba divertido. Le saque la lengua y me serví pastel. Fui a sentarme a la mesa asignada para nosotros y engullí el gran pedazo de pastel que tenía frente a mi. Tae se sentó a mi lado.

-Veo que alguien tenía hambre.- Comenzo a reír.

-Pues...La verdad es que si.- Baje la mirada a mis pies desnudos.

Tae siguió mi mirada y otra vez río.

-¿Donde quedaron tus zapatos?- Estaba conteniéndose para no soltar una carcajada.

-No lo se, los lance fuera de la pista de baile.- Me encogí de hombros y le sonreí a mi esposo.

Baile el resto de la noche con Tae. Mis pies me dolían mucho. Nos despedimos de todos mientras subíamos al auto que nos llevaría a nuestro departamento a cambiarnos para ir a nuestra luna de miel.

Llegamos a la puerta del departamento y Tae me tomo en brazos para entrar conmigo. Le llene la cara de besos. Me deposito en la cama de nuestra habitación y comenzó a sacar su ropa. Yo también me levante y saque ropa simple para el viaje en avión.

Tae saco nuestras maletas que ya estaban preparadas desde hace días

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Tae saco nuestras maletas que ya estaban preparadas desde hace días. Salimos del departamento para volver a subir al auto. Bajamos en el aeropuerto y realizamos los trámites para poder subir al avión. Ambos traíamos cubre bocas y lentes de sol, era mejor mantener un perfil bajo.

Después de una hora de espera por fin pudimos subir al avión con destino a Hawaii, desde niña quise ir ahí de Luna de miel, y ahora mi sueño era realidad.

Estuvimos en el avión por horas, de las cuales la mayoría dormí. Al fin llegamos a nuestro destino. Era de noche, entonces nos fuimos directos al hotel a dormir. No estaba tan agotada pero no me vendría mal dormir de nuevo.

Recogimos nuestro equipaje y tomamos un taxi A el hotel. Era enorme. Y nuestra habitación era gigante. Me tiré en la cama después de haber acomodado el equipaje. Tae subió a la cama y se posicionó sobre mi.

-No sabes las ganas que tengo de hacerte el amor.- Me sonroje intensamente y el Soltó una carcajada.

Dejó besos por mi cuello y clavícula. Se sentía tan bien estar con el. Tenía que admitirlo, el es realmente bueno en estas cosas

Y así pasamos todas las noches de nuestra luna de miel. Todas las noches el me hacía el Amor y después me decía cuanto me amaba. Fue como estar en el mismísimo cielo. Pero todo termino cuando volvimos a casa. Los camarógrafos nos esperaban en el aeropuerto. Salimos lo más rápido posible.

Entramos en el departamento y pude oler ese olor que me era tan familiar.

-Hogar, dulce hogar.- Dije mientras dejaba mis maletas a un lado de el sofá de la sala.

Repare en todas las cosas de bebé que seguían ahí. De repente algo vino a mi mente.

-Tae...¿Donde dormirá SunHee?- Tae me dedico una sonrisa.

-Ya lo había pensado hace tiempo.- Fue hacia uno de los cajones de la cocina y sacó un papel.- Es mi regalo de bodas.

Tae me entregó el papel. Compro una casa. Una casa hermosa. Y yo no le compre nada.

-Se lo que estás pensando- Dijo frente a mi- Tu ya me diste el regalo más fantástico haciéndome padre.- Beso mis labios dulcemente.- Podemos mudarnos cuando quieras.

Volví a mirar la foto.

-¿Puede ser Justo ahora?-

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-¿Puede ser Justo ahora?-

El negó con la cabeza riendo.

-Llamaré a la mudanza para hacerlo lo más pronto posible.- Lo abrace por el cuello.

-Te amo-

-Yo más mi vida.-

~5 meses después.~

Estaba sentada en el sofá de nuestra habitación terminando de tejer algo. Sentí una patada en mi barriga. La acaricié levemente para calmar al bebé en mi interior. Guarde lo que había tejido en un cajón y me recosté en la cama. Empecé a sentir fuertes contracciones de un momento a otro. Intente hacer ejercicios de respiración, pero supe que no funcionarían cuando sentí un líquido que escurría desde mi parte baja.

-Ya viene- Susurré para mi misma.

Mi ángel guardián (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora