Estaba jugando con SunHee en el suelo. Rosé y Jennie estaban a mi lado, riendo por la ternura de mi hija. Jennie dirigía ocasionales miradas de odio a Tae, quien estaba mirando la televisión conmigo recargada en sus piernas. Jennie seguía sin superar su infidelidad, me repetía que no confiara en el, pero yo en verdad creo que ha cambiado. El timbre interrumpió mi momento madre-hija. Me levante a atender. Encontré a una mujer con ropa demasiado reveladora y maquillaje exagerado.
-¿Quien eres tú?- Me señaló con sus gigantes uñas en cuanto abrí la puerta.
-Hola, en que puedo ayudarte.-
Rodó los ojos.
-¿Está aquí Kim Taehyung?-
-Si ¿Quien lo busca?-
-Su novia, dile que lo espero afuera.- Dio la vuelta y bajo los escalones del porche.
Mi corazón comenzó a latir rápidamente al oír a esa mujer ¿Es verdad?. Las lágrimas salieron de mis ojos sin control alguno. Volví a la sala de estar y llame a Taehyung al cuarto. Mis dos amigas sabían que algo andaba mal.
-¿Que pasa mi amor?¿Por que lloras?- Limpio una lagrima con su pulgar.
-¿Me engañas de nuevo?- Dije intentando no desmoronarme frente a él.
-¿Que? No ¿Que te hace pensar eso?-
-No lo se, tal vez el hecho de que una mujer se apareció en la puerta reclamando ser tu novia.- Sollocé.
-HaeRin.- Susurró.
Lo empuje fuertemente y fui al closet por mi maleta. Metí toda la ropa que Rosé y Jennie acababan de traerme. Antes de terminar, Tae me tomo por las muñecas para detenerme.
-Déjame en paz.- Forcejé para que me soltara.
-T/N, cálmate, conozco a esa chica, pero no es mi novia.- Me relaje al instante. Iba a cuestionarlo pero al parecer leyó mi mente.- Ella...Ella fue la mujer con la que te engañaba, nunca formalizamos nuestra relación, pero cuando me pediste el divorcio le dejé en claro que no quería volver a verla.- Me atrajo a su pecho y pasó sus largos dedos por mi pelo.- Te amo a ti, solo a ti.-
Me relaje un poco y deje salir unas cuantas lágrimas más, Tae acariciaba mi cuerpo para calmarme, pero yo seguía llorando, el miedo a que volviera a romperme el corazón era inmenso. Alguien azoto la puerta de la habitación. Era esa mujer de nuevo. Jennie y Rosé aparecieron detrás de ella con la respiración agitada.
-Intentamos detenerla.- Dijo Rosé.
-¿Taehyung?¿Me estás engañando con...esta simplona?-
Tae me sostuvo en sus brazos y se volteó a encarar a la mujer.
-HaeRin, deja de hacer el ridiculo y vete, te dije que no quería volver a verte, casi pierdo lo que más amo por estar contigo, eso no volverá a suceder.- Todo el cuarto estaba en silencio, solo se escuchaban mis sollozos.
-Volverás conmigo Taehyung, no me importa si alguien sale lastimado, tu eres mío.- Salió de la habitación.
-Los dejaremos solos.- Rosé jalo a Jennie fuera de la habitación, interrumpiendo su intento por matar a Tae con la mirada.
-L-Lo siento.- Dije con la respiración entrecortada.
-No hiciste nada, te entiendo. Ahora solo necesito que te calmes un poco, me parte el corazón verte llorar.- Acaricio mi espalda.
-Lo siento, parezco un bebé.-
-Pero eres mi bebé.- Hizo énfasis en la palabra "mi".
Lo estreché entre mis cortos brazos, no podía rodearlo completamente.
-Todo esta bien.- Me repetía.
De repente sentí unos brazos rodear mis piernas.
-No llores Omma.-
Baje la vista para encontrarme con mi hija abrazada de mi pierna. Me separé de Tae y la tome en brazos.
-No pasa nada hermosa, ya estoy bien.- Le di besos en su naricita.
Me abrazó el cuello y así nos quedamos un rato. Sentí que su respiración se volvía más pesada. Se había quedado dormida. La lleve hasta su cuarto y la arrope. Después de eso volví con Tae.
-¿Todo bien?- Se acerco a mi y Acaricio mi mejilla.
-Si.- Sostuve su mano en la misma posición.
-Creo que Rosé y Jennie ya se fueron, escuche la puerta cerrarse hace unos minutos.- Asentí levemente.- Oye...tengo que irme a mi cita con la...psicóloga.- Parecía que le costaba trabajo pronunciar esa última palabra.
-¿Te acompañó?-
-No. Necesito hacer esto solo.- Dejó un beso en mi frente y salió de la habitación.
Sabia lo que era estar sola en esos momentos, no es bonito, no quiero dejarlo solo, pero es su decisión y tengo que respetarla. Fui a la cocina y tome una manzana. Me la termine y volví a mi habitación. Tome un libro y me sumergí en el. El tiempo voló y sin saberlo Tae ya había vuelto.
-¿Como te fue?- Fui a la entrada a saludarlo. Tenía una bolsa de la farmacia en la mano.
-Bien, tendré que tomar medicamentos por un tiempo, pero estaré bien.- Me dio un beso y dejo la bolsa en la isla.
Saco varios medicamentos, demasiados a mi parecer. Tomó una tableta de cada uno y fue por un vaso de agua. Me acerqué a ver las cajas de medicina. Había algunos medicamentos que yo había usado, eran demasiado fuertes, sumándole los otros esto iba a convertir a Tae en un sonámbulo. Pero no puse objeciones, la psicóloga es una profesional y yo solo soy alguien con poco conocimiento en esta área. Tae se tragó sus medicinas y volvió a mi lado.
-Vamos a dormir, estoy cansado.-
-Te alcanzo en un rato.- Asintió.
Me prepare un Té para dormir, pensé en prepararle uno a Tae, pero sus medicinas lo harán dormir como una roca. Tome mi té y volví a la habitación. Tae se había quedado dormido sobre las sabanas aún con su ropa de calle. Intente despertarlo pero no reaccionaba. Le quite la ropa yo misma y le puse el pantalón de la pijama como pude. Lo metí en las sabanas con bastante trabajo y me cambie para recostarme a su lado. Me acurruqué en su pecho y dormí plácidamente.
~~~~~~
Desperté por la alarma de mi celular, indicándome que tenía que arreglarme para ir a mi trabajo. Me levante del pecho de Tae, que aún seguía dormido, y fui al baño. Me di una ducha rápida y me puse ropa cómoda. Salí del baño y Tae ya estaba despierto, bueno a medias, tenía los ojos entre abiertos.
-Buenos días cariño.- Me acerqué y le di un beso.
-Hola.- Dijo con voz pesada.
-¿Te sientes mal?- Puse mi mano en su frente. Todo normal.
-Solo cansado, vete ya, llegarás tarde.-
-Tae te escuchas muy mal ¿Quieres que me quede?-
-No, está bien.-
Se escuchó el sonido de la cerradura y de repente se abrió la puerta. Mi hija entró corriendo y se puso encima de Tae. Era diminuta sobre su pecho. Tae llevó su mano lentamente a la espalda de SunHee.
-Hola princesa.- Esbozó una sonrisa débil.
-Ya me tengo que ir.- Les di un beso a los dos y salí de casa, aún preocupada por el estado de Tae.
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Mi ángel guardián (editando)
FanfictionAquella sonrisa, su sonrisa, era capaz de hacer brillar hasta el cuarto más oscuro. Aquella sonrisa, fue capaz de hacerme brillar de nuevo.