CAPÍTULO 2, PARTE 2

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-          ¿Qué vamos a hacer?

-          ¿Se supone que esto es el fin?

-          ¡Callad! Dije intentando poner un  poco de orden. – Necesitamos un plan.

-          ¿Y se supone que tú lo tienes? Dijo Richi

-          Tú no tienes nada así que cállate

-          ¡Parad! No es tiempo de vuestras tonterías. Deja hablar a René.

-          Gracias prima- suspire- he pensado que no nos podemos quedar mucho tiempo aquí, así que ahora saldremos y nos iremos a mi casa, solo estábamos Mel y yo. Allí hay sitio para todos, ya que es un hotel.

Todos, excepto Richi, nos miraron a Mel y a mí asustados, como si nosotras no lo estuviéramos, pero teníamos que parecer fuertes o todo se iría a la mierda.

Salimos, yo primero y luego todos detrás de Mel, pasamos por un callejón que daba a la calle dónde estaban la casa de Mel, la de Fer y también la de Liam. Escuchamos un gran jaleo, les pedí que se quedaran dónde estaban, yo me acercaría a ver qué era lo que estaba pasando.

Me pegué a la pared todo lo que pude, el coche que estaba en el callejón de Liam no me dejaba ver bien lo que pasaba. Observé que Jerry corría hacia las sillas de plástico y cogía una, me acerqué, Liam estaba atrapado en los rosales de la esquina, el que parecía el abuelo de Kail le intentaba atacar y Jerry quería impedirlo. La curiosidad obligó a todos, incluida Mel, a acercarse y ver qué pasaba.

A pesar  de lo poco que habíamos pasado, sabía bastante sobre los soñadores. Parecía que no querían dormirse y para ello hacían lo imposible, se hacían daño a ellos mismos y a otros como ellos, arrancándose miembros. Y nos atacaban tan solo por eso. Lo difícil es matarlos, ya que si no aciertas en un punto vital, ellos se regocijaran de dolor y no morirán. Puedes llegar a acabar con ellos dándoles fuerte en la nuca o pegándoles un tiro en el corazón o en la cabeza.

En ese momento no sabíamos que hacer para liberar a Liam de Manolo. De repente, vimos bajar a alguien la cuesta, era Kail e iba armado. Vino corriendo hacia nosotros.

-          Chicos os he visto desde mi terraza a todos en la placeta. ¿Sabéis que está pasando?

-          Es largo de contar, tienes que ayudarnos - Dijo Ángel.

Él vio lo que estaba pasando y se quedó paralizado sin saber qué hacer. Por un lado su amigo estaba en peligro pero por el otro era su abuelo el que le estaba atacando.

Entonces, en un arrebato de valentía, me acerqué para tenerlo a tiro, y así evitar darle a los otros, y disparé. Le tendí la mano a Liam para ayudarle a salir de entre los rosales, Jerry nos siguió y todos juntos nos pusimos en marcha hacia el hotel.

Cuando llegamos a la puerta yo le dejé mi escopeta a Aron para poder abrirla mientras todos esperaban en las escaleras. Escuché como alguien comenzaba a respirar de manera acelerada y acto seguido Fer dijo…

-          ¿Qué te pasa, Richi?

En ese instante Richi cerró los ojos y cuando los volvió a abrir reaccionó de una manera extraña… empujó a Fer, comenzó a gritar y quería atacarnos a todos.

Aron y yo nos miramos y sin articular palabra el ya supo lo que debía hacer… respiro hondo, trago saliva, dijo – Te quiero hermano- y disparó. Después de esto se produjo un silencio sepulcral durante unos segundos hasta que conseguí abrir la puerta. Todos entramos y la atrancamos. Estando ya dentro Mel exclamó…

-          ¡René! ¿Y Lydia?

-          No podemos hacer nada, después de la fiesta volvió a su pueblo de madrugada.

Mel suspiró aliviada y de repente se escuchó un ruido…nos giramos todos de golpe y vimos a Martín, mi hermano, que nos miraba extrañado.

-          ¿Pero qué coño hacéis aquí?- preguntó con la boca llena ya que se estaba comiendo un bocata.

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