capítulo 18

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Lalín

Despierto y lo primero que veo son dos bultos de papa, hablo de los chicos no se crean, pero son demasiados grandes, me duele un poco el cuello, la verdad quiero estirarme y tomar un poco de aire, los policías se han ido así que decido salir sin hacer tanto ruido, froto mis manos en mi cara, las paso por mi cuello, tocó de nuevo mi cara, sólo puedo pensar en Tomy, a veces quisiera que el volviera, sólo quiero escapar de todo, creó que he caminado mucho pues me he alejado un poco, escucho que alguien viene decido esconderme, a lo lejos una chica corre, más atrás viene un otro chico supongo que están jugando cómo dos idiotas corriendo en el bosque, pero veo que la chica está un poco asustada tal vez corre para salvar su vida de ese chico, él logra atraparla, intenta violarla, yo sólo me quedo ahí, hay algo que me impide salir, espero a que el bastardo termine la chica no se mueve la mató, intenta despertarla pero no lo logra, ya me aburrí de este idiota y siento miles de deseos incontrolables con ese chico hago ruido con mi garganta él de asusta y se pone a la defensiva, salgo de mi escondite, muestro algo de miedo para que me crea que soy alguien inocente y que no le haría daño, me acerco a él, logró ver cómo está semidesnudo, cubierto de sangre y eso me encanta, me excita demasiado, decido hablar antes de que el hablé.

-si me dejas ir no diré nada de lo que vi

-si te dejará ir serías un cabo suelto y en algún momento podrías ir a la policía y delatarme y no puedo arriesgarme.

- Y si te doy algo a cambio me dejas ir. – llevo mis brazos detrás de mi espalda, tomó entre mis manos las navajas que guarde antes de salir, si el creé que soy un angelito que puede hacerle lo que quiera se equivocó, pues yo soy la misma hija de Lucifer.

Antes de que él pueda tocarme decido quitarme el jeans que tengo puesto la playera, luego quito mi sujetador, dejo caer las navajas, pego más piernas para que al caer no se vean y las cubro con la ropa, por último me quito mis bragas, dejo que él se me acerqué y me toque, besa mi mejilla, baja por mi cuello robándome gemidos, Me sube y me aferró a su cuello, enrolló mis piernas entre su torso, terminamos en el suelo, él quiere el control pero no, en el sexo yo sólo puedo tener el control, es sólo y siempre será sexo, esa estupidez de hacer el amor no existe, me apoderó del mando y empiezo a moverme, la verdad lo disfruto pero ya no puedo seguir con este juguetito mucho, siento un ardor en mi estómago y veo cómo empieza a salir la sangre de la herida, le quito el cuchillo y hago lo mismo en su pecho, se queja un poco por el dolor pero veo una sonrisa en su rostro, succiono la sangre que sale por su pecho y decido hacer más cortes en su pecho disfruta que lo haga, nos vinimos al mismo tiempo y la verdad lo disfrute pero es demasiado para mí y yo soy mucho para él, así que lo siento, me visto y el hace lo mismo y cuando veo que viene así a mí con intento de matarme rápidamente me doy la vuelta y lo apuñaló el cae de una al suelo, así que aprovechó y me pongo encima de él, empiezo a divertirme muevo mis navajas dentro de su estómago, veo miedo en sus ojos y están a punto de cerrarse pero no quiero matarlo me gusta este chico así que paró y le pregunto su nombre

- Cómo te llamas?

- Soy Scott- lo dice con voz ronca y casi sin vida

- Bueno Scott creíste que era un ángel al cuál podrías manejar a tú antojo, me pregunto cuántas personas habrán muerto en tus manos

- veinticuatro y tú serías mi víctima número veinticinco si no hubiera sido porque te me adelantaste y fuiste más rápida que yo

Ya casi no le queda aliento y está gastando sus últimas palabras no puedo creerlo- Te digo algo Scotty tú eres mi víctima número 15 y aún no paró- pasó mi lengua por la comisura de sus labios haciendo que se vean un poco mejor, dice algo pero no lo escucho bien cada vez se va quedando sin aliento y con menos vida, es una lástima que no quiera luchar para seguir vivo, repite lo mismo otra vez y logró escuchar creó que ha dicho que no lo llame Scotty, pero es una lástima porque nunca hago caso

AnonimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora