Esté capítulo va dedicado para ThomasGarrido17 y MatEvans747
Gracias por apoyarme.
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.Marcos
Desde que leí esas malditas carta no he hecho más que buscar a los responsables de la muerte de mi familia, sólo me quedan tres personas por matar, aunque acabo de matar a uno, entonces faltan dos, ya es menos, voy de camino a su departamento, llamo a la puerta y una señora me abre la puerta en sus brazos carga a un bebé, lo siento tanto por ese niño pero va a crecer sin papá, pero hay algo raro la mujer tiene miedo y muchos moretones en su rostro y cuerpo, algo anda mal.
- Mujer quien es- Grita alguien
- Solo es alguien que quiere que le compre algunas cosas.
- Pues dile que se vaya y prepara mi cena que tengo hambre a menos que quieras que se repita lo de ayer maldita perra- vuelve a gritar aquel hombre con tanta seguridad.
Me lleno de tanto odio que empujó la puerta, sólo quiero matarlo y salvar a esta mujer y niño.
Camino hasta donde está aquel hombre, me detengo a unos cuantos metros de él y le dijo - pensabas golpear a tú mujer e hijo- aquel hombre se para de golpe y responde.
- Quien te crees que eres pequeño malcriado.
- Soy la justicia- y dicho aquel hombre saca un arma, pero antes de que el dispare yo disparó primero en su hombro, sacó un cuchillo de unos de mis bolsillos y me abalanzó contra él, entierro mi cuchillo una y otra vez contra su cuerpo, aquel hombre grita de dolor y se retuerce, no puede defenderse y su mujer no para de gritar, aquel hombre ha muerto, pero aun así sigo encajando perfectamente mi cuchillo en su cuerpo, como si mi cuchillo fuera una pieza cuadrada y su cuerpo un orificio rectangular, jamás encajaría, pero nunca me cansaría de intentarlo.
Aquella mujer miraba la escena muy aterrada, se abalanzó contra mí y lloro, me dijo que ese hombre la tenía secuestrada junto a su hijo y por fin era libre.
Salí de aquel lugar con la cabeza en alto pues había matado a uno los últimos hombres que más le hicieron daño a mi familia, sólo me faltan uno y podría tener justicia para mi familia.
Uno más, uno más me repetía una y otra vez, cuando llegue a la casa del último hombre me encontré con una escena digna de admirar, aunque para muchos sería aterradora y muy sangrienta, se encontraban seis cadáveres mutilados, me pregunté quien se había adelanto a mi trabajo, escuche unos gritos que provenían de arriba, salí corriendo y me encontré al último hombre que buscaba sentado en una silla y detrás suyo una misteriosa persona, llevaba cubierto todo su cuerpo y rostro, sólo podía ver sus ojos, él o ella sostenía un afilado cuchillo justo en el cuello de mi víctima, yo estaba tan asombrado con esos ojos que para mí eran tan conocidos y lejanos a la vez, pero ya sabía quién era, no pude moverme, no pude hacer nada pues me había quedado en shock, sus ojos, sus ojos lo repetí muchas veces, corto el cuello de aquel hombre y saltó por la ventana, quise alcanzarlo pero fue más rápida y muy ágil.
Salí de aquella casa y sólo podía pensar en esos ojos una y otra vez, no podía creerlo, cómo sería eso posible, eran demasiado parecidos.
Andrew
Dos días.
Dos días han pasado desde que me encontré con aquellos ojos que no se salen de mi cabeza, esos hermosos ojos, que me cautivaron desde la primera vez en que los vi y que hasta el día de hoy no han dejado de hipnozarme.
Pienso mucho, tanto que he perdido ocho horas y media, pero debo volver a la realidad y hacer dos paradas, se donde murió Lalín tal vez pueda llevar algunas flores, escribirle algo y luego quemarlo, pueda que así me despida de ella para siempre.
Adelanto de la carta de Andrew
He estado en un lugar extraño, particularmente familiar, he estado conmigo con mi yo de hace 23, con quien reviví, con quien recuerdo y recuerdo que había olvidado, olvide cuando imaginaba un corazón rasgado que me acuerda a ti, me lo rompiste en mil pedazos cuando decidiste irte, dejaste los pedacitos por ahí rasgados, desconectados, tuve que desaprender a quererte, aprender a ver, a caminar, a quererme, a querer con límites, con fuerza, con un corazón pegado con goma, aprendí y comprendí de dónde vienen mis palabras, de donde venían las tuyas, del allá tal vez; De un más allá donde la noción del tiempo es distinta, donde tal vez es iridiscente; Tal vez por el espacio, la nostalgia, tal vez la migración estaba escrita en proposiciones descomunales, Europa, Irlanda, Lima, Bogotá; Tal vez en otra vida fue interplanetaria. Donde había un donante universal...........
Fin del adelanto.
Tomó el auto y hago mi primera parada, es donde murió Lalín, me da escalofríos este lugar, está lleno de mucha neblina, soledad, al menos Lalín murió en lugar donde a ella le hubiera encantado morir.
Levanto la carta a la altura de mi rostro le doy un suave beso al papel y le prendo fuego, el olor a humo es evidente, las pequeñas partículas de papel manchadas se las lleva el viento y soy feliz en ese momento, siento que ella está conmigo y por fin me despido de ella; tomó otro papel y cuando quiero prenderle fuego esté sale volando, intento alcanzarlo, pero no me doy cuenta que estaba justo en la orilla hasta que caigo al vacío y me doy cuenta que éste es mi fin.
Continuará.......
Feliz lectura.
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Anonima
FantastiqueUna chica esquizofrénica que trata de justificar su deseo de matar en su supervivencia entre la realidad y lo imaginario. Bienvenidos a su infierno. El infierno de Lalín. Los invito a leer mi historia siempre y cuando respeten a los demás lectores...