Capítulo 38

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Aquí estoy yo de nuevo, sentada en el mismo lugar que una vez compartí con los chicos, cierro mis ojos inhaló exhaló, repito esto varias veces pues busco conseguir paz, tranquilidad no sé qué es lo que tengan escrito estás cartas, pero aquí voy.

Tomó la primera carta está escrita por Robert Abinarduch

Robert Abinarduch

02 de enero de 1994

Mi nombre es Robert Abinarduch soy un mercenario, mantengo a mi familia, hago lo que sea por grandes sumas de dinero y la verdad no es algo de lo que me orgullece, estoy seguro de que si tuviera la oportunidad en ser alguien más en otro vida o elegir mi futuro hubiera elegido ser una gran científico, un genio matemático o tal vez un gran ingeniero mecatrónico, soy muy bueno para las matemáticas y es que para ser un mercenario tienes que saber un poco de física y matemática para no fallar nunca al momento de disparar, mi familia son todo para mí, yo sólo soy un padre más, un hermano más, un hijo más, un esposo más, mi vida nunca fue la mejor siempre tuve que elegir entre malas decisiones.....

Es momento de contar el origen de Robert Abinarduch.

Origen VIII

En la vida siempre me tocó elegir por malas decisiones nunca vi un destello de luz, hasta que alguien me ofreció un trabajo, era un niño al igual que yo en las mismas condiciones de pobreza, pero al contrario de mí él optó por las mejores decisiones, mientras yo me pasaba mi vida estudiando física y mucha matemática para convertirme en el mejor mercenario, el hacía lo mismo, pero por el lado positivo él se preparaba para ser uno de los mejores empresarios.

Y así fue, el tiempo pasó, cada uno siguió por su lado, los hermanos Clark habían emprendido su propia empresa y yo por otro lado ya era todo un mercenario, a mis diecinueve años ya llevaba diecisiete muertitos encima, había estado arrestado por drogas, tráfico de armas, robo a mano armada y muchas otras cosas, pero mi vida cambio cuando alguien me contrató para matar a un tipo importante que se estaba volviendo muy rico de una manera veloz, cómo ráfagas de viento, por su cabeza daban ciento cincuenta millones de euros, con todo ese dinero podía convertirme en un tipo muy rico, me iría de este país con mi familia a Irlanda y tendríamos para vivir un largo tiempo, lo pensé mucho, sólo era ir, subirme aún techo apuntar y disparar al blanco sin que nadie más salga herido, pero es que son ciento cincuenta millones de euros por un sólo hombre eso es mucha plata, en mi vida se me había pasado esa cifra por mi cabeza y sólo por matar aún hombre, algo más había, algo más escondían, así qué pedí la plata por adelantado pero cómo era de esperarse sólo recibí la mitad.

Ahí estaba en el techo de un edificio con un fusil m4, un sólo disparó a la cabeza o al corazón de ese hombre y estaría muerto en menos de dos minutos, puse mi vista en el objetivo, quería concentrarme sólo tenía una oportunidad, observe el objetivo y cuando estaba a punto de disparar se dio la vuelta mostrándome su rostro, no podía creerlo, hacía mucho tiempo que no lo veía y no pude creer ambos habíamos cumplimos nuestros sueños de hacer lo que queríamos para nuestras vidas a futuro, aunque no sé si esto es lo que yo quiera para mi futuro, no puedo hacerlo, no puedo matar al que fue mi mejor amigo por dinero, aunque ese dinero mejoraría mi vida económicamente no podría vivir sabiendo que yo lo mate.

Habían pasado dos días y estaba dispuesto hablar con él, iba bien presentado, tenía mi cita para las dos de la tarde, así qué he decidid llegar diez minutos antes, ya solo faltaba un minuto, una hermosa señorita se me acerco diciéndome que pasara, entre al lugar y vaya que, si era bonito estaba lleno de libros, muchos muebles de cuero y su toque peculiar, paredes y adornos pintado de un color carmesí cómo el de la sangre.

- Te ha gustado el lugar, es muy lindo y el color carmesí le da un toque de belleza absoluta- dijo una voz que provenía de mi lado izquierdo, di media vuelta para encontrarme con él cara a cara.

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