No te necesito, Alec Mason.Mira, mi plan fue de mal a peor y de peor a catastrófico.
Creo que eso describe mi día.
Cuando subí a mi cuarto, toda decidida en cambiar mi vida y sueños, me cambié con la falda que me regaló Adara para mi cumpleaños.
Una falda corta rosada que jamás hubiera usado a no ser una emergencia de chicos. La cual es ahora.
Bajé con el cabello suelto y moviendo mis caderas quizá demasiado y me senté en las escaleras.
—¿Qué te pasa? — me siseó Alec desde su lugar en la silla.
Lo miro desinteresadamente.
Entonces sus ojos azules brillan con amabilidad y siento que este papel de "olvídate de Alec" está volviéndose inútil.
—¿Por qué? — le pregunto. —Sólo me sentía incómoda.
Él eleva una ceja y se cruza de brazos.
—¿Qué? — me quejo. —Ya que no voy a ir con ustedes tengo otros planes.
Él abre la boca pero mi hermano, quien viene bajando las escaleras, lo interrumpe.
Ahora parece Alec el interrumpido. No ha dicho una frase coherente desde ayer. Sólo miradas tímidas, avergonzadas y pensativas.
Parece idiotizado.
—¡Entra al auto, Cat! — mi hermano gruñe.
Me paro de un salto y camino a la salida pero una mano gigante en mi brazo me detiene.
Me giro y veo a mi hermano, con su perfecto rostro de chico popular, fruncirme el ceño, de esa forma sobre protectora particular de él.
Su cabello rubio está despeinado y sus ojos verdes en desacuerdo.
—¿Qué? — me cruzo de brazos, alejando su mano de mi.
—Estás loca si crees que te dejaré ir así.
Con su barbilla, señala mi atuendo.
—Estás demente si crees que me lo quitaré. Permiso.
Me doy la vuelta e intento abrir la puerta cuando un pie se interpone.
Me giro, cabreada.
Es Alec, frunciendo el ceño y al lado de él, mi hermano cruzado de brazos.
—Lo digo en serio. — dice Bill. —Dile cómo se ve, Alec.
Alec mira a Bill como si acabara de pedirle que mate a su mascota.
—¿Qué...? — pregunta, jalándose el cabello oscuro con una mano.
Bill mira a Alec como si acabara de decir la peor broma del universo.
—Se honesto con ella y dile cómo se ve.
Miro a Alec.
Él me mira.
Me ruborizo furiosamente.
Él se pone pálido.
—Honesto. Soy honesto. — dice. —Te ves...
—Como una chica sin respeto. — termina Bill. —Ve y cámbiate. Y quítate el labial.
Miro a Bill furiosa y luego a Alec. Él está cada vez más pálido.
—¡No lo haré! Tengo 16 años, Bill, no vas a tratarme como a una niña pequeña.
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Los Sueños de una Chica Enamorada
Teen FictionMe he enamorado del mejor amigo de mi hermano, Alec Mason. Es como el chico de mis fantasías. Es amable, tranquilo, genial y guapo. Y solía fantasear mucho sobre él. Hasta que me volví loca cuando lo vi besándose con Paige Millers. Decidí que b...