Me fui a la inmobiliaria.Lógicamente traería a Ángela de vuelta pero no sería en un hotel sino en nuestro nuevo hogar. La chica que se encontraba ahí me enseñó varias casas, pero elegí dos, una al lado de la otra. Una para mis padres y otra para mi.
La mia era todo de color blanco, tanto fachada como el interior. El salón se separaba del comedor por un marco en la pared simulando una puerta y la cocina estaba comunicada con el comedor por una puerta en el lateral. Las habitaciones estaban arriba, cinco habitaciones, una sería mi despacho. Todas tenían un vestidor y el baño interior.
Fui a la bodega, donde mis padres y África se encontraban.
-Estás bien? – mi madre me abrazó
-Si, y vosotros?
-También, están buscando la bomba en casa.
Una llamada me volvió a interrumpir. Atendí la llamada de mi suegro y me alegré aunque estaba agotado ahora mismo.
-Ángela está dando a luz. – froté mis ojos – debo irme a España
-Estaba embarazada?
-Si, perdona mamá, con todo esto se me olvidó contároslo.
-Se te ha olvidado decirme que tendrás otro bebé – gritó mi madre llamando la atención de todos – pero como eres tan desgraciado Massimo de Luca. Vas a ser padre otra vez y se te olvida decírnoslo?
-Vale Ada – la tranquilizó mi padre – han sido unos meses muy duros, es normal.
-No Massimo, no lo disculpes. A tú hijo se le ha olvidado decirnos que seremos abuelos otra vez.
-Qué más te da mamá? – intervinó África – si tienes ya cuatro o cinco nietos, por uno más. Como si fuera el mío.
-África de Luca, retira ahora mismo lo que has dicho – ahora estaba con ella – por muchos nietos que tenga me gusta enterarme de que me harán abuela otra vez, cada uno es único.
-Hijo – resopló mi padre viendo que mi hermana y mi madre se enfrascaban en una discusión – ve con tú mujer, eso sí, llámanos antes de que cumpla el año – sabía que él estaba bromeando porque me guiñó el ojo.
Unas horas de vuelo que aproveché para dormir. Cuando llegué al aeropuerto tenía ya coches preparados que me llevarían al hospital.
-Cuánto tiempo llevan? – le pregunté a mi suegra nada más entrar en la sala de espera.
-Le están haciendo una cesárea, tardarán un poco más.
-Les pasa algo?
-El niño venía de nalgas y no lo han conseguido colocar.
Una hora, dos, tres. No paraba de dar vueltas en circulo en aquella minúscula sala de espera hasta que una enfermera salió.
-Familiares de Ángela de Luca – me acerqué corriendo a ella – es usted su marido? – yo asentí, no podía formular palabra – tienen un precioso niño.
-No dais una ehh – habló mi suegro – aunque viendo el carácter de Ángela, yo tampoco quisiera tener niñas.
Nos hizo reír con su comentario y con la colleja que mi suegra le dio. Nos dejaron pasar a la habitación donde Ángela descansaría los siguientes días.
-Estoy soñando – sus ojos estaban entrecerrados – te odio Max y nunca más te vas a acercar a mi, nunca más me vas a dejar embarazada.
-Es la anestesia – habló la enfermera – pero si nos gustaría hablar con usted. La paciente tuvo una cesárea, por lo que ella misma nos comentó, su útero ha descansado entre parto y un nuevo embarazo, dos meses – yo asentí – es muy importante que en caso de que quieran tener más hijos, solo conciba a partir de los 18, 23 meses después del parto. El postoperatorio va a ser muy difícil, hay que tener cuidado con infecciones, bultos, puntos que se escapen. Aparte ella no puede hacer esfuerzo alguno, de la cama al sofá y del sofá a la cama.Respecto al sexo, hay que esperar 40 días como la vez anterior pero si es necesario esperar más tiempo, depende de la mujer.
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Hijo de la Mafia
RomantikFrancesca D'Agostini una policía encubierta lleva tres años intentando que Max de Luca, el hijo del mafioso Massimo y Ada de Luca, se fije en ella. Tres años en los que ha olvidado como realmente se llama, tres años en los cuales su hijo ha pasado a...