MASSIMO
Una vez todo en casa estaba solucionado y Mónica estaba preparando el desayuno, me dirigí a casa de mis padres, necesitaba hablar con ellos.
-Qué cojones estás haciendo hijo? – me preguntó mi padre nada más entrar
-Ya te han avisado no? – mi padre estaba al corriente de todos los movimientos que yo hacía.
-Sí y estoy muy decepcionado contigo, una prostituta barata hijo, enserio? – mi madre entró en el despacho en silencio.
-Pues me voy a casar con ella.
-La quieres? Es que quieres a una prostituta barata en tu vida? No puedes elegir nada mejor?
-Papá, es prostituta porque necesita mantener a su familia.
-Massimo – intervino mi madre – déjalo.
-Pero Ada, es una prostituta. – mi madre negó con la cabeza
-He dicho que lo dejes.
-Mamá, me gustaría que fueras mi madrina – ella se echó las manos a la cara y las lágrimas salieron de sus ojos.
-La has encontrado hijo, la has encontrado – yo dudaba de su palabra pero mi instinto me decía que a aquella mujer que no ha parado de estar en mi cabeza, necesitaba de mis cuidados y mi protección.
Mi padre no volvió a hacer ningún comentario, no volvió a decir nada más mientras mi madre me enseñaba la habitación de pánico que habían hecho en su casa, por sí sucedía cualquier cosa o había una visita inesperada, ella entraba ahí, hasta que el peligro dejara de acechar, peligro que yo mismo estaba buscando.
Después de comer con ellos me fui junto a mis hombres a esperar a Francesca. La vi despidiéndose de un chico rubio y eso me dolió, debía saber quién era aquel muchacho y que relación tenían.
-Hola – saludó y la dejé entrar en el coche – Carlo, llévanos a la mejor clínica de psiquiatría.
Ella estaba muy callada mirando los apuntes que había hecho en sus clases, yo cogí el móvil y estaba mirando los mensajes que recibí durante lo largo de la mañana.
-Señor, ya hemos llegado.
Los dos bajamos del coche y pasamos a hablar con un médico. Mañana por la mañana recogerían de casa a la abuela de Francesca. Volvimos al coche y esta vez a casa. Ella en el coche no me dijo nada más, hoy estaba pensativa o alomejor le sucedía algo y yo necesitaba saber que.
-Hola – saludó al entrar en casa y le dio un beso al pequeño que corrió hacia ella – qué tal vuestro día?
-Bien hija – contestó la abuela
-El pequeño ya ha cenado – le habló Pamela. – Max nos ha comprado ropa nueva a todos. Espera que veas la de tu vestidor, es preciosa.
-Podemos hablar? – me preguntó y yo asentí siguiéndome ella al despacho – Porque haces esto?
-No te entiendo.
-Porque me ayudas con mi familia ¿
-Porque eres mi prometida y quiero que no te preocupes por nada. Por cierto – saqué la cajita que llevaba en el bolsillo – este es el anillo de compromiso.
Cogí su mano y le puse el anillo y ella me volvió a dar las gracias.
-No necesito que me des las gracias, solo quiero que seas feliz – el corazón se me hinchó de un sentimiento desconocido para mí al verla sonreír. Nuestras cabezas quedaron tan cerca que aproveché y la besé. Nuestro beso fue interrumpido por Pamela.
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Hijo de la Mafia
RomanceFrancesca D'Agostini una policía encubierta lleva tres años intentando que Max de Luca, el hijo del mafioso Massimo y Ada de Luca, se fije en ella. Tres años en los que ha olvidado como realmente se llama, tres años en los cuales su hijo ha pasado a...