Capitulo 18

151 6 0
                                    

Nos despertamos a la mañana siguiente muy emocionados, acababan de empezar las vacaciones de Navidad.
Luna y Neville quedarían algunos días, Blaise iba a casa de su abuela y yo, a casa de Draco. La emoción no cabía en mi pecho. Tenía toda la maleta lista. Como todavía era muy pronto, decidí darme una ducha rápida. Después me vestí con algo cómodo, ya que el viaje a la estación podría hacerse tedioso.
Una vez lista fui a por Luna, ya que quería que fuésemos juntas en el tren, es decir, estar en el mismo vagón junto con nuestros amigos.

Después de varias horas, y numerosas charlas, llegamos al tren. Cada vez que lo veía me gustaba más. Nos despedimos de los profesores, y nos subimos al tren. Como ya dije, coincidimos todos en el mismo vagón.
Blaise nos contaba lo enamorado que estaba de Cho, mientras Neville lo escuchaba, Luna leía una revista un tanto curiosa, y yo estaba apoyada en el regazo de Draco.
El viaje no fue tan largo como esperábamos. Al estar todos juntos charlando y riendo, el tiempo pasó rapidísimo.
Vi la estación por la ventana, mis nervios comenzaban a dejarse ver.
-Tranquila- me dijo Draco mientras me besaba.  Me pillo algo de sorpresa, porque estaba demasiado concentrada en mis pensamientos.
-Lo sé, gracias a ti me tranquilizo, pero... tengo miedo de no caerles bien o que no me acepten. - dije mientras agachaba la mirada, él me cogió de la mano y entrelazamos nuestros dedos.
- No pienses en lo negativo, todo va a salir bien- dijo dedicándome una sonrisa muy sincera- Además, lo que importa es disfrutar de las vacaciones estando juntos, no te amargues haciendo suposiciones que pueden ser falsas.
-Te quiero- le dije acurrucándome en su pecho.

El tren había parado. Draco y yo nos despedimos de todos nuestros amigos, y nos prometimos escribirnos de vez en cuando. Les quería un montón.
Draco me tomó de la mano, mientras andábamos llevando nuestras maletas y buscando a los padres de Draco.

Y allí estaban. Narcissa y Lucius Malfoy. Mi corazón estaba apunto de pararse. Nos acercamos hacia ellos. Narcissa nada más verme dibujo una amplia sonrisa y me abrazó cariñosamente.
-Eres muy guapa, estamos encantados de conocerte. Espero que estés muy a gusto con nosotros. - la verdad es que era muy agradable. Su voz era muy cálida, y la verdad es que me sentí bastante cómoda.
-Muchísimas gracias...
-Puedes llamarme Narcissa cielo - me dijo con una sonrisa. Yo asentí devolviéndole otra de mis mejores sonrisas.
Lucius se me acercó. Tenía bastante miedo la verdad. Siendo sinceros, se le veia muy serio, daba mucha impresión.
-Encantado- me dijo mientras me daba un apretón de manos muy cordialmente, sin cambiar ni una sola expresión de la cara. -Soy Lucius Malfoy, y tú eres ____ Avery ¿verdad?
- Si señor - dije sonriéndole y lo más calmada que pude.
-Padres muggles... interesante.
Narcissa y Lucius se fueron porque tenían que hablar. Supuse que sería porque Narcissa le prohíbe sacar el tema de la sangre, así que estarán debatiendo sobre el tema.
-Les has caído genial - me dijo Draco muy feliz mientras me agarraba de la cintura.
- La verdad es que espero ganarme la aprobación de tu padre- dije algo desilusionada. Él me acarició la mejilla y me besó.
-No te preocupes, a mi padre le cuesta conocer a gente nueva. - me dijo él todavía sonriente, y me llevó de la mano hacia los aparcamientos de la estación.
Draco me dijo que si quería que fuésemos en su moto, ya que sus padres iban a tardar algo en ir a casa. Yo la verdad es que nunca había montado en una, así que accedí muy emocionada.
El trayecto fue genial, me agarre a su cintura después de ponernos los cascos. La sensación de libertad y alegría invadían nuestros cuerpos. Éramos tan felices.
Pronto llegamos a aquella mansión. Era increíble, además de preciosa. Puede ser que a mucha gente le parezca algo tenebroso, pero con el sol iluminando cada uno de sus ventanales, el jardín con numerosos colores causados por la diversidad de vegetación, y el increíble diseño del edificio, me parecía algo precioso.
- Dios Draco, es preciosa.- le dije refiriéndome a su casa.
- Pues dentro es aún mejor.
Nos recibieron unos elfos domésticos. Me cayeron todos genial, eran graciosos y se portaban muy bien conmigo. Después de ver numerosas estancias me enamoré completamente de la casa. A Draco le entusiasmaba que me pareciese preciosa.
Al poco rato de estar charlando en el sofá del inmenso salón, llegaron los padres de Draco.
No quería que los elfos trabajasen, así que Draco y yo les preparamos una cena a sus padres, como agradecimiento de mi invitación. La verdad es que sobretodo a Narcissa le encanto la idea. La comida nos había quedado muy bien, y habíamos decorado la mesa muy acogedora, para que los cuatro cenásemos cómodamente.
La cena resultó muy entretenida. Contamos anécdotas del colegio, como nos conocimos Draco y yo, y tocamos diversos temas interesantes. Y por una vez en todo el tiempo, vi asomar una pequeña sonrisa en el rostro de Lucius.
- Gracias _____, no me extraña que nuestro hijo se haya enamorado de alguien como tú. - Me dijo Narcissa muy feliz. Yo me ruborice mientras Draco me miraba feliz.
Me ofrecí a recoger la mesa, pero Narcissa se opuso totalmente, y dijo que ella se encargaría de todo. Draco y yo dijimos las buenas noches y nos fuimos a nuestro dormitorio.
Narcissa y Lucius, estarían fuera esta noche y la mañana siguiente por temas de trabajo. Así que después de un rato de acabar de cenar, nos quedamos solos en casa.
-¿Sabes? Creo que vi a tu padre sonreír en la cena- dije feliz.
- JAJAJAJ, eres adorable, estoy seguro de que le caerás bien. - me dijo acercándose a mi.
Cogí mi mano y la entrelace con la suya. Le susurré un Te quiero al oido, noté como su piel se erizaba. Le comencé a dar besos en el cuello. Él se lanzó a mis labios, previa que se moría por hacerlo.
-Una cosa- me dijo Draco de repente.
-Dime - dije apoyándome en su pecho.
- Me he dado cuenta de que mis padres mañana vendrán a la hora de comer, pero estarán ocupados este fin de semana... así que he pensado que podíamos organizar una fiesta. - me dijo Draco mirándome con ternura.
Me pareció una idea genial. Pensábamos en todos y cada uno de los invitados. Obviamente los principales serían Neville, Luna, Blaise y Cho, pero pensamos que también podría ser divertido si venían unas cuantas personas más.
El resto de la noche nos la pasamos viendo una película. Era genial estar a su lado. Cada momento era único.
Nos quedamos profundamente dormidos en el sofá, acurrucados y con una manta encima de nosotros.

Draco y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora