Capitulo 14

223 8 0
                                    

- Pues tendré que castigarte-
Me llevó corriendo a la cabaña, era bastante de noche, por lo que procuramos no hacer ruido y que así no nos pillasen.
Después de pasar el bosque, llegamos a la cabaña. Cada vez que la veía me enamoraba aún más de ella, era preciosa. Me cogió de la mano y me llevó dentro. Yo me senté en la cama mientras Draco cogía algo dentro del armario.
Me fui desvistiendo, mientras vi que Draco tenía una caja en la mano.
La abrió y sacó una cuerda.
- Puede que esto sea algo más diferente- dijo Draco muy travieso.
- Me encanta. - Yo ya estaba completamente desnuda.
Al verme así se acercó muchísimo a mi cuerpo y nos empezamos a besar apasionadamente. Notaba su erección y restregué mis partes contra la suya para que se excitase. Durante el beso soltábamos gemidos de placer.
- No aguantó más- dijo mientras me tumbaba en la cama, mientras se desabrochaba la camisa y se bajaba los pantalones. Su abdomen perfectamente marcado rozó mi barriga. Sus manos exploraban lentamente todo mi cuerpo, mientras yo dirigí mis labios hacia su cuello. Le besaba mientras él jadeaba suavemente. Sus manos llegaron hasta mi trasero y lo apretó suavemente.
Mi interior pedía a gritos sentirlo dentro. Él podía notar lo impaciente que estaba. Solté un gemido sobre sus labios, lo que me hizo perder el control completamente.
Me dejé llevar por la adrenalina, y abrí las piernas. Él cogió mis brazos poniéndolos encima de mi cabeza, apoyados sobre la cama, y los ató con la cuerda.
-Esto es mucho más placentero cuando alguien manda- dijo en un tono satírico, besándome. Yo me limité a reír, estaba muy excitada.
Sus dedos acariciaron mi entrada para después introducirse en mi.
-Dra...co -Gemí con intensidad.
Sacó sus dedos de mi interior, tomó su erección con su mano rozándola con mi feminidad. Eso me provocaba aún más impaciencia.
-Hazlo ya- le pedí
Él me ignoró y si siguió con los roces.
-¡Solo haz...-
Fui interrumpida por una embestida al meter bruscamente su pene sobre mi.
Sujetó mi cintura y comenzó a seguir con sus embestidas.
Yo gemía sin parar.
-Esto es genial- gimió mientras se mordía los labios. -Te quiero.
Sujetó mis pechos con fuerza, lo cual me provocó tener jadeos más fuertes.
-Estoy c-cer-ca...- Gimió Draco.
-No pares- le dije, aunque yo también estaba cerca, pero no quería dejar de sentir esta increíble sensación.
Obedeció apretando sus ojos para poder contenerse.
-¡ahhhh no puedo más! - Gimió al tiempo en el que sentí venirse dentro de mí.
Mis piernas se comenzaron a debilitar y el me soltó la cuerda que sujetaban mis brazos. Mis muñecas estaban algo rojas.
-Creo que voy a tener que portarme mal más a menudo- dije sonriendo con la respiración entrecortada.
Él se puso encima mía lentamente, besándome muy despacio, como si su vida dependiese de ello.
Estuvimos un rato más en la cabaña, en nuestro pequeño secreto. Después de estar hablando un buen rato, me llevó a mi sala común, dónde nos despedimos cariñosamente, y cada uno se fue a descansar.
Al llegar me tumbé en la cama. Había sido un día bastante BASTANTE intenso la verdad. Amaba a Draco, a mis amigos, y al nuevo integrante del grupo. Me iba a poner el pijama, cuando vi que en la repisa de la ventana, había una carta. La examiné con minuciosidad. Ponía el sello de hogwarts. La abrí, curiosa por saber que era lo q decía:

____, espero que después de todo el incidente estés bien. Quería comunicarte que la señorita Pansy y todos sus amigos están expulsados de hogwarts, al menos por un tiempo.
Cualquier problema ni dudes en comunicármelo.
Cordiales saludos, Dumbledore.

La verdad es que me sentía mucho más aliviada. Ahora supongo que nuestra vida sería mucho más tranquila. Me puse el pijama y me miré en el espejo. De pronto una duda surgió en mi cabeza. Durante estos días en los que había tendido relaciones sexuales con Draco no habíamos utilizado métodos anticonceptivos.
Después de estar dándole vueltas al tema durante un buen rato, decidí dejarlo pasar, y me fui a dormir algo preocupada.

Al día siguiente
Me desperté, y fue un día normal. Desayunamos todos juntos y Draco y Blaise se veían muy felices juntos de nuevo. Cada uno se fue a sus respectivas clases, y una vez finalizadas quedamos todos juntos a pasar la tarde. Nos habíamos enterado de que en un par de horas jugaban hufflepuff contra slytherin en un partido de quiditch, así que decidimos ir a por comida para después acomodarnos en las gradas. Blaise y yo fuimos a una chuchería con golosinas y dulces con encantamientos muy divertidos, dónde compramos varios caramelos y robamos dos bombones. Me sentí un poco mal pero fue muy gracioso, además de que estaban buenísimos.
Mientras todo esto sucedía, Draco, Neville y Luna fueron a una panadería cerca de olivanders, donde compraron unos pasteles increíbles.
Después de comprar la comida nos sentamos en las gradas. Blaise y Draco victoreaban a slytherin sin cesar, y Luna Neville y yo nos reíamos al ver su entusiasmo.
No paraba de fijarme en Blaise... ¿qué me pasaba?. De pronto él puso su mano en mi pierna, lo que provocó en mariposas revoloteasen en mi estómago.
Draco se había ido a por más comida, y Neville y Luna se habían ido a dar una vuelta por los jardines del castillo. Blaise y yo todavía seguíamos en el partido.
Todo sucedió muy rápido. Él me besó, yo le seguí. El beso fue muy apasionado, notaba como su mano subía por mi muslo hasta pasar por debajo de mi falda. Nos separamos debido a la falta de aire.
Fue todo muy descarado, me tocaba los pechos y yo su masculinidad, parecíamos muy desesperados. Me llevó hasta un rincón del jardín, donde había un pequeño escondite tapado por la vegetación, el lugar donde Draco me había citado para el baile de slytherin. Blaise comenzó a besarme, yo le seguí, levantó algo mi falda y comenzó a meterme mano. Yo gemía de placer.
Al instante cerramos nuestros ojos. Era como si nos hubiésemos olvidado de todo. ¿Qué demonios acababa de pasar?
- ¿que hacemos aquí?- pregunté confusa.
- No lo entiendo- me dijo Blaise- volvamos al partido, igual los demás saben algo. Estoy algo confuso.
Cuando llegamos al campo el partido ya había acabado. No entendíamos nada... ¿cuando tiempo llevábamos en aquel sitio? ¿Y que había pasado ? Era como si algo nos hubiese borrado la mente.
Blaise fue a hacer los deberes a la biblioteca, mientras yo fui a buscar a mis amigos. De repente me encontré a Luna, caminando por los pasillos.
-Creo que debes una explicación- me dijo nada más verme aparecer, yo no entendía nada.
- No... no sé de que me hablas. - ella se quedó perpleja ante lo que había dicho.
-¿qué? ____, yo te quiero, pero creo que necesitas hablar con Draco urgentemente, él fue el que lo vio todo y no quiero decir cosas que pueden no ser ciertas. - dijo Luna, con la mirada algo apagada al decir el nombre de Draco.
Yo salí corriendo en su búsqueda mientras mi cabeza andaba a mil por hora. ¿Qué habría podido pasar para que Luna estuviese tan preocupada y decepcionada?  No lo encontraba por ninguna, así que decidí mirar en su habitación.
Después de entrar en su sala común, me dirigí hacia su dormitorio. Escuché que había alguien dentro, así que llamé a la puerta.
-¿quién es? - dijo muy frío.
-Draco soy yo- dije preocupada.
-VÉTE DE AQUÍ- dijo él con una voz quebrada, parecía que había estado llorando. Un sentimiento de miedo se apoderó de mi, me quedé paralizada. No quería enfadarme por algo que no sabía ni lo que era, y sin querer, varias lágrimas brotaron de mis ojos. No me podía quedar así, no podía no saber que le fue lo que le hice a la persona que más quiero.
Susurré el hechizo de alohomora para abrir delicadamente la puerta. Draco miró hacia mí
Tenía los ojos vidriosos y algo rojos. Verlo así me mataba por dentro.
- Véte... no quiero verte- dijo muy furioso y con una mirada muy triste.
-Draco... - dije apunto de llorar- puedo prometer que no sé lo que ha pasado.
-¿No lo sabes? Pues te fuiste del partido sin avisar, te fui a buscar por todos lados hasta que te encontré en el banco de piedra cerca del invernadero de herbología, mientras Blaise te besaba y te metía mano. Y ahora mismo te estas riendo de mí en mi cara, diciendo que no sabes que me acabas de engañar ya que te has enrollado con mi mejor amigo - dijo en un tono de voz muy alto, y llorando.
Yo comencé a llorar también, estaba sufriendo muchísimo ya que yo no recordaba nada de eso, y nunca, bajo ningún concepto, le haría eso a Draco.
- Draco, de verdad... No sé de lo que me estás hablando - dije muy sincera, llorando desconsoladamente.
-¿puedes parar de hacerme daño? - me dijo muy apenado.
- Prometo que no recuerdo nada de eso- dije todavía con lágrimas en mis ojos.
- LARGO- me gritó
- TIENES QUE CREERME - le dije desesperada.
- CÓMO VOY A CREERTE, LO VI CON MIS OJOS.- dijo levantándose muy agresivamente.
- ¿TE HE MENTIDO ALGUNA VEZ?- le dije llorando sin cesar.
No obtuve respuesta.
-Voy a utilizar la oclumacia-dijo después de estar varios minutos pensando- así sabré si dices la verdad.
El ambiente estaba muy tenso, los dos estábamos muy serios. Podríais pensar que me podría haber sentado mal lo de que utilizase oclumacia, pero en un momento así, todo el mundo dudaríamos.
Él se concentró, cerró los ojos y se quedó callado durante mucho rato. Parecía que estuviese analizando cada uno de mis pensamientos.
-Piensa en todo lo que hiciste en todo el día, recuerda cada pequeño detalle- me dijo muy serio.
Yo hice lo que me pedía, y recordé todo lo que había hecho. Recordé todo lo que pasó a la mañana, en las clases y cuando fuimos a comprar la comida para ver el partido.
-LO TENGO- dijo Draco con una sonrisa de oreja a oreja.
-Ahora si que lo entiendo nada- dije todavía con los ojos llorosos y bastante irritados.
Él se acercó a mí y me secó las lágrimas. Me explicó que el bombón que Blaise y yo habíamos robado tenia una poción de amor especial, que consistía en sentirte atraído sexualmente por la primera persona que vieses después de tomar el bombón, y que en tres horas perdía su efecto haciéndote que te olvides de todas las acciones que hiciste bajo esa poción.
-Siento haber dudado de ti- le dijo abrazándome, muy arrepentido.
-Tenía mucho miedo de perderte Draco, eres la persona que más quiero y nunca se me habría ocurrido hacerte algo así.
Después de ese disgusto con final feliz, le contamos lo que en realidad había pasado a Luna, Neville y Blaise. Luna y Neville se disculparon por pensar cosas antes de saber lo que había pasado de verdad. Y Blaise nos pidió 927329 de veces perdón. Obviamente Draco le perdono ya que él no tenía la culpa y se le veía muy muy arrepentido.
Estuvimos juntos el resto del día. Draco y yo avanzamos como relación ya que nos prometimos no desconfiar tanto el uno del otro. Neville y Luna eran muy monos, eran muy especiales y se reían mucho juntos. Y a Blaise le gustaba Cho Chang, una niña de ravenclaw.
-Prometemos ayudarte a conquistarla- dijo Neville guiñándole un ojo a Blaise.
Todos nos reímos ante ese comentario, aunque en verdad era totalmente cierto, ya que ahora era otro de los nuestros.
En resumen, el final del día estuvo genial, Draco y yo nos queríamos mucho y los cinco nos reímos un montón.
Pero... al día siguiente...

Draco y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora