Capitulo 15

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Pero al día siguiente...
Me desperté, tenía un dolor en la barriga insufrible. Al instante las ganas de vomitar se apoderaron de mí, fui corriendo al baño. Me encontraba muy mal, estaba muy pálida.
Entonces una idea se me vino a la cabeza. ¿Estaría embarazada? No pude evitar sentarme, mis piernas tambaleaban debido a la noticia. Debía calmarme, las lágrimas estaban a punto de salir, pero decidí pensar en frío y avisar a Luna, ya que tiene muy buenas soluciones.
Llegué a la sala común de Ravenclaw, y pese a que era muy pronto, me la encontré leyendo en una silla color azul, que daba hacía una ventana. Me acerqué, ella notó mi cara de preocupación:
- _____ , ¿Qué ha pasado? - me preguntó algo alterara.
Le conté lo sucedido, todo lo que creía que podría pasar. Estaba verdaderamente asustada. Mientras hablaba mis ojos cristalinos delataban mi preocupación. Nada más contarle todo lo que pensaba, la abracé. Ella siempre había sido una gran amiga y de verdad necesitaba su apoyo.
- Tenemos que hacer un test, no podemos sacar conclusiones sin antes comprobar las cosas- Me dijo Luna, muy calmada, mirándome a los ojos. Sin duda ella sabía como tranquilizarme.

Angelina, una chica de Ravenclaw, tenía varios test, nunca supimos la razón, pero tenía varios años más que nosotras, y nos dejó uno sin ningún problema.
Fuimos corriendo al baño, notaba como mi cuerpo se tambaleaba, sin duda la peor sensación de mi vida.
Me senté, después de rellenar la prueba. Estuve agitando aquel test. Mi corazón andaba a mil por hora.

Positivo +

Me derrumbé en el suelo, no paraba de llorar. Mi vida estaba acabada. Luna tomó el test, se acercó a mí y me abrazo, acariciándome la cabeza. Quería gritar de rabia, me sentía demasiado culpable. Luna se acercó a mí y me quitó las lágrimas
-debemos ir al hospital, sabes que estas cosas pueden dar lugar a error- dijo Luna, algo preocupada pero con una voz risueña intentando calmarme.
Tenía razón, así que decidí que podíamos ir ahora. No podría vivir con esa duda. Mientras nos dirigíamos al despacho de Mc Gonagall, pasamos por la sala común de slytherin.
-Creo que deberías contárselo a Draco, en el peor de los casos, en el cual si estuvieses embarazada, él sería el padre. - dijo Luna mirándome a los ojos.
Tenía razón.
-Lo sé- dije con la voz cortada- No tardaré- dije mientras entraba en su sala común.
Estaba muy nerviosa, era una noticia muy difícil. Nada más entrar sentía que mis piernas temblaban y mi piel se ponía mucho más pálida. Decidí calmarme. No estaba en la sala principal, así que decidí ir a su dormitorio.
Toqué la puerta.
-¿si? Me estoy vistiendo Blaise- dijo él con voz de dormido.
Estaba tan nerviosa que sentía que me iba a desmayar en cualquier momento. Entré sin decirle nada. Estaba con unos jeans, mientras se echaba desodorante.
-Ey princesa- me dijo con una sonrisa- ¿qué pasó? - cambió su cara de alegría al verme tan pálida y los ojos rojizos.
No lo pude evitar, mis ojos cristalinos me avisaban de que en breve las lágrimas acabarían por caer, y así fue. Él me abrazó todavía sin saber que pasaba, acariciándome con ternura la cabeza. Estaba bastante preocupado, hundí mi cabeza en su pecho, él estaba sin camiseta y podría notar su corazón bombear bastante rápido. Le agarré de la mano, Draco me secó las lágrimas y me dispuse a contárselo, no sin antes tomar una bocanada de aire.
-Creo... creo que estoy embarazada Draco- dije con el corazón apunto de estallar.
Él se quedó callado, su piel blanquecina se tornó aún más pálida.
-ESTOY SEGURO DE QUE FUE BLAISE VERDAD- dijo en furioso.
- ¿De-de que hablas Draco?- le dije desconcertada.
-EMPECÉ A NOTARTE ALGO DISPERSA Y CON SÍNTOMAS DESPUÉS DE LO OCURRIDO CON ÉL- Lo que me estaba diciendo no concordaba nada con su personalidad sobre protectora y cariñosa.
- ¿DRACO QUE COJONES TE PASA?- le dije gritando y llorando- ME ESTÁS DICIENDO QUE VENGO AQUÍ A DECIRTE LA NOTICIA MÁS DIFÍCIL DE MI VIDA, QUE NOVIA ESTÁ EMBARAZADA, Y EN VEZ DE AYUDARME, EMPEORAS LA COSAS DICIENDO QUE SOY UNA PUTA POR TOMARME UNA POCIÓN INVOLUNTARIAMENTE- no cabía más tristeza en mi interior, me daban ganas de mandarlo todo a la mierda- NO TE QUIERO VOLVER A VER EN MI VIDA DRACO MALFOY.... ¿ME ESCUCHAS?- le dije a la vez que me iba.
-No... _____ yo...- le corté dejándolo solo en esa habitación, mientras la rabia y la impotencia recorrían mi cuerpo.
Nada más salir de la habitación miles de lágrimas acumuladas en mis ojos salieron sin previo aviso. Después de contarle todo lo sucedido a Luna, me abrazó intentando calmarme, y nos fuimos rápido al despacho de la profesora.

Una vez allí le comentamos que tenía fuertes retortijones de barriga. Desde pequeña los había tenido, y mis padres que son muggles, tienen un amigo médico, que siempre me puede atender antes estos casos y sabe que hacer. La mayoría de esa historia era mentira, excepto dos cosas: mis padres sí que son muggles, y que ellos prefieren que vaya al doctor de siempre, ya que es un fiel amigo y siempre tiene las mejores soluciones.
Mc Gonagall le envió una carta a mis padres para corroborar la historia, y en unos minutos llego otra de vuelta indicando que era verdad, y que tenía el permiso de venir acompañada.
Si no le hubiésemos dicho todo esto, probablemente tendría que ir a la enfermería del colegio, en donde todos los profesores y alumnos se enterarían de lo de mi embarazo.
Empacamos rápido en una mochila un par de mudas de ropa, ya que nos quedaríamos en Londres Dios días. Y nos marchamos hacia allá en un coche mágico (sin conductor) el cual nos llevaría hasta el hospital.

NARRA DRACO

Draco y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora