NARRA DRACO
Mierda, que había hecho, por qué dije eso. Después de esto nunca me perdonará. He perdido al amor de mi vida por ser completamente gilipollas. No entiendo que me ha pasado, sentí miedo y la ira se apoderó de mí, diciendo cosas que jamás pensaría.
Me niego a perderla, la amo demasiado. "Seguramente esté hablando con algún profesor", pensé, así que fui junto ella.Llevaba bastante tiempo buscándola, y para mi sorpresa, Mc Gonagall me dijo que estaba en un hospital muggle, que ahora mismo estaba de camino hacia allí.
Por suerte, el ser tan popular me hizo conocer a gente y aprender cosas nuevas, así que con la moto que me regalaron hace algunos meses, podría desplazarme hasta donde estuviese. Puede decirse rápido, pero para no llamar la atención de alumnos y profesores, Blaise se quedó al cargo, poniendo excusas creíbles. nos había costado planear cada una de las posibles mentiras, convincentes claro está.
Cogí aquella moto que me había regalado Pansy hace un tiempo, negra y sencilla. Había aprendido Gracias a Blaise, quien sabía algo debido a su fuerte pasión por los artículos muggles. Lo malo es que solo la podía utilizar en las vacaciones.
Arranqué el motor, el miedo de perderla me hacía más fuerte. Deje atrás el castillo y después de unas horas, estaba adentrándome en el interior de Londres.NARRAS TÚ
Todo se había derrumbado tan de repente. Ahora mismo estaba en un coche mágico, con mi mejor amiga y un silencio intenso. Este último me hacía recordar todo lo vivido con Draco. Cada vez que pensaba en él la pena se apoderaba de mí. Debía de ser fuerte. A Neville le notifiqué de lo ocurrido por una carta, y supongo que Blaise lo sabría gracias a que Draco se lo habría contado.
Después de varias horas de trayecto, podía vislumbrar Londres por la ventanilla de aquel curioso automóvil. La verdad no se me hacía nada raro. Mis padres son muggles, así que para mí era algo natural. Pero en Luna había un brillo muy intenso en sus ojos, llenos de curiosidad y admiración.
Llegamos a un edificio blanco. Parecía que cada una de las letras que conformaban la palabra hospital querían burlarse de mí. Mi corazón andaba a mil por hora. Las posibilidades de que estuviese embarazada eran muy altas. Pero siendo sinceros, lo que más me consumía por dentro era como mi corazón se había roto por culpa de un subnormal. Eso sí que era dolor.
Luna me agarro de la mano nada más llegar a la sala de espera, me encantaba tenerla cerca, me proporcionaba seguridad.NARRA DRACO
Llevaba mucho tiempo encima de la moto. No paraba de pensar en _____, en cada sonrisa, tiempo y momentos que me había prestado. Todo lo aprendí gracias a ella. Perderla no estaba en mis planes. A veces unas cuantas lágrimas salían de mis ojos.
Ya estaba en Londres. Me gustaba este sitio. Las calles y la gente eran algo completamente diferente a lo que estaba acostumbrado a ver. Tenía la dirección del hospital apuntada en una pequeña hoja. Estaba bastante cerca, y no me costó encontrarlo.
Después de aparcar, mi cabeza ignoro el dolor de mis piernas, las cuales habían estado en la misma postura durante horas, y me fui corriendo a las puertas de aquel gran edificio.
Estaba muy nervioso, mi corazón quería salir de mi pecho. Después de recorrer varias salas, vi a Luna sentada en una silla, con cara de circunstancias. Me acerqué hacía ella y me senté a su lado.
-Sabia que vendrías -dijo ella, con su voz risueña.
- Soy completamente estupido, fue un gravísimo error, no supe controlarme, me niego a perder al amor de mi vida Luna, estoy profundamente arrepentido, ¿Donde esta?- pregunté con los ojos cristalinos.
-Se fue al baño, llevamos aquí quince minutos y estaba muy nerviosa, así q se fue a despejarse y a lavarse la cara. -dijo ella con tono de preocupación.
- Voy a por ella- le dije mirándola muy serio.
Me tocó el hombro y me dijo que estaba segura de que todo volvería a estar bien. Yo le sonreí, sin duda Luna tiene un don especial para calmar situaciones complicadas.
Nada más entrar en una puerta en la que ponía "baños" nos encontramos cara a cara. Mi corazón latía a mil por hora, verla me llenaba y perderla no estaba en mis planes. Me miró, sus ojos rojos me mostraban que estaba destrozada. Sin decirle nada la abracé, pensaba que se iba a apartar, pero se acurrucó en mí mientras sollozaba.
-¿Por qué me odias?- dijo sin apartarse de mí. No pude evitar no llorar, había hecho daño a la persona que más quería en el mundo.
-Lo siento tanto... estoy tan arrepentido.... fue un ataque de rabia, no controlaba ni lo que decía y ni lo que hacía. Soy tan poco maduro que no supe controlarme, pero juro que te voy a cuidar siempre y si al final tenemos un hijo estaré siempre que lo necesites. Te quiero muchísimo y no me perdonaría el perderte. - ella se despegó de mi, apartándome las lágrimas, yo le besé la mano y los abrazamos, aliviados porque todo se había arreglado.NARRAS TÚ
Ahora estaba mucho más segura. Draco se las había ingeniado para ir de hogwarts hasta aquí sin levantar sospechas, sin duda fue un completo gilipollas pero le creía perfectamente después de ver lo arrepentido que estaba.
Volvimos a la sala de espera de la mano, Luna al vernos sonrió y de pronto, una enfermera dijo mi nombre indicando que podía pasar a la consulta.
Mis amigos no podían pasar conmigo, así que me despedí de ellos. Luna me dio un cálido abrazo y me dio ánimos, y Draco me beso cariñosamente, acariciándome la mejilla.
Nada más entrar, me tumbe en una camilla blanca que había en el medio de la sala. El doctor me acomodó y me indicó que me levantase la blusa. Seguidamente me puso un líquido en mi vientre, con el cual gracias a él veríamos si la prueba de embarazo era correcta. Después de un silencio sepulcral, mientras pasaba un aparato extraño por mi barriga, me dijo lo siguiente:
-No estas embarazada- añadió revisando otra ves la pantalla donde se mostraba el interior de mi barriga.
-QUEE!! pero como-dije sorprendida.
-hay en ocasiones en la que cuando estas paranóico o preocupado con algo, tu cuerpo reacciona y padeciste un embarazo psicológico, tenías síntomas pero no tienes un bebé.
-Oh Dios mío-añadió con una sonrisa. -Gracias de verdad- dije muriéndome de alegría mientras abrazaba al doctor
-Esta vez tuviste suerte pero procura utilizar preservativos- dijo riéndose contagiado por mi felicidad.
-Lo haré, lo prometo. -añadió mientras me vestía.
Salí de la consulta y....