Capitulo 8

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NARRAS TÚ
Después de lo ocurrido en la fiesta me fui a mi habitación, estaba destrozada. Luna me había ayudado muchísimo. Acompañamos a Neville a la enfermería, ya que se había desmayado. Yo estaba bastante deprimida, así que decidí irme a descansar, ya que a Luna no le importaba quedarse con Neville.
Me puse el pijama, quería estar cómoda. Estuve escuchando música, cuando apareció la canción de Your the best thing about me de U2, aquella canción que cambio mi forma de ver a Draco para siempre. No me contuve, ¿como pudo ser así de cruel conmigo?. Suelo ser fuerte y no llorar por tonterías. Pero esto me superaba. Me sentía rota, triste y utilizada. Estuve llorando un rato, cuando de repente escucho que llaman a mi puerta. Pensé que sería Luna. Pero nada más preguntar quién era, veo como el que abre la puerta es Draco. Me quedé sorprendida. Le dije que se vaya que no quería estar con él, no podía ni verle. Pero algo me decía que tenía que seguirle la corriente. Me cogió suavemente de las manos, y volví a sentir ese cosquilleo en mi barriga. Me gustaba mucho. Me llevo fuera de la habitación.
- Solo déjate llevar, no quiero que hables hasta que veas algo - Yo asentí desconcertada a la vez que él me limpiaba una lágrima que caía por mi mejilla - No puedo verte así - dijo en un susurro casi imperceptible.
Yo le hice caso, y ni si quiera pregunté. De vez en cuando me daba cuenta que miraba hacia los lados para asegurarse de que nadie nos veía. Estuvimos andando un buen rato por el castillo. No soltó mi mano en ningún momento. 
- Bien, ahora que hemos llegado hasta aquí, necesito que corras hasta llegar al despacho de Dumbledore - Yo asentí, y fuimos corriendo hasta las puertas del despacho. Me condujo hacia una pequeña fuente con un agua un tanto peculiar. Era el pensadero, un objeto mágico situado en el despacho del director. Se utiliza para poder contemplar recuerdos que estén retenidos en nuestra mente, o en ciertos casos, para despejarla. Sabía que si alguien nos veía ahí nos esperaban unas largas e intensas horas de castigo. Pero seguí callada.
Draco sacó su varita, y con un solo movimiento sacó un pequeño hilo brillante de su cabeza, el cual depositó en aquella agua que descansaba en la pileta mágica.
- Mete la cabeza, quiero que veas la verdad - En aquel hilo se encontraban los verdaderos recuerdos. Recuerdos que son muy difíciles de cambiar, por lo tanto debían de ser verdaderos. Así que sin dudar demasiado, decidí saber lo que paso en realidad.
Vi cada escena con detenimiento. Desde el momento en el que nos besamos, hasta que me buscó desesperadamente. Pese a todo, estaba feliz, ya que Draco seguía queriéndome, seguía siendo él. Nada más salir de los recuerdos de su mente, le abracé.
- Te quiero - dije entre sollozos - perdón por haber dudado de ti.
- ey, tranquila, no fue culpa tuya, sabes perfectamente quien tuvo la culpa. - dijo secándome las lagrimas.
Salimos del despacho del director, y decidimos ir a la enfermería para ver qué tal estaba Neville. Cuando llegamos ya estaba consciente. Además no tuvimos que explicarle nada, ya que  Greengrass le contó todo su plan mientras le insultaban, para hacerle ver que alguien como ella nunca saldría con Neville.
Estuvimos hablando los cuatro. Al principio fueron todo disculpas. Pero con el tiempo la conversación fue muy divertida. Decidimos acompañar a Neville un par de horas, así que estuvimos hablando de divertidas historias y anécdotas. Éramos muy felices. Draco se integró muy fácilmente en el grupo. Era genial estar los cuatro juntos. Después de varias horas de risas y bromas, él dijo:
-Bueno chicos, tengo que ir a hacer una cosa que seguramente os guste, así que nos vemos mañana- dijo incorporándose de una de las camillas en la que estábamos sentados él y yo, situada en frente de otra en la cual Neville estaba tumbado y Luna estaba sentada al lado de sus piernas. - quería agradeceros que seáis tan buenos amigos conmigo, de verdad - todos le dijimos que no había de que, ya que siempre era bienvenido a pasar tiempo con nosotros.  Me dio un beso muy tierno y se despidió de los demás agitando la mano mientras salía por la puerta de la enfermería. Luna y yo decidimos quedarnos en la enfermería a dormir, ya que queríamos apoyar a nuestro amigo.
La mañana siguiente todo el mundo se encontraba contemplando un artículo, colgado en el pasillo central del castillo, pegado al gran comedor. Era un pergamino grande, en el cual ponía que los hechos ocurridos en la fiesta, los cuales ya sabían todos los alumnos, fueron causados por ciertos alumnos de Slytherin. En el artículo ponía los nombres de los culpables, y en la parte final del pergamino estaba la firma de nuestro director. Neville, Luna y yo al acabar de leer eso estábamos asombrados. No parábamos de reírnos y de preguntar cómo había sido posible, hasta que rato después Draco apareció victorioso por el pasillo. Muchos de los alumnos le pedían disculpas por pensar cosas que no eran ciertas sobre él, y él respondía muy humildemente, diciendo q se tranquilizasen, ya que es normal pensar eso en una situación así.
- ¿Qué os ha parecido chicos? -Dijo Draco mientras me rodeaba los hombros con su brazo.
- Un momento, ¿lo has hecho tú?- pregunto Neville sorprendido. Draco asintió - Pe-pero cómo.
- Es lo que tiene llevarse bien con el director y contarle la verdad- dijo haciendo que se apartaba el pelo, como hacen las personas pijas. Todos nos reímos y abrazamos a Draco. Estaba segura de que esta amistad iba a ser genial.
Estuvimos todo el día hablando, pasamos la tarde en el río, tirando piedras o haciendo el tonto. Vimos el atardecer los cuatro, yo estaba apoyada en el regazo de Draco. Éramos muy felices. Draco y yo queríamos estar un rato solos, así que Neville y Luna quienes me conocen perfectamente pillaron la indirecta, y se fueron a la sala común de Ravenclaw, a charlar un rato.
- ¿No crees que hacen muy buena pareja? - dijo Draco mientras veía cómo se iban hablando y riendo.
- TE JURO QUE IBA A DECIR LO MISMO- dije riéndome.
Estuvimos hablando de nuestros gustos. Hasta que se acordó de algo.
- Ya que no pude dártelo en su momento, toma, espero que te guste- me dijo sacando una pequeña cajita negra aterciopelada. La abrí cuidadosamente. En su interior estaba aquel collar que había visto en sus recuerdos. Era precioso. Le dije que me lo pusiese, él apartó mi pelo cuidadosamente y me abrochó el colgante.
-Eres preciosa - me dijo cariñosamente mientras me miraba a los ojos, yo notaba que estaba muy roja. - por cierto, casi se me olvida lo más importante JAJA, me gustaría que salieses conmigo ____.
Me quedé sin palabras, me abalancé hacia él dándole un beso en la boca, lo cual provocó que acabásemos tumbados en la hierba.
- ¿Eso ha respondido a mi pregunta? - el me sonrió muy feliz y me volví a acostar en su regazo. Estuvimos en silencio un ratito, pero la verdad es que nunca eran incómodos. Un rato después me dijo que tenía que irse, ya era bastante tarde, y no quería meterse en más problemas. Me acompañó hasta mi sala común y justo antes de irse después de besarme, me dio una nota que debía leer cuando estuviese a solas.
Entre en mi sala común tras decir la contraseña, y Nada más llegar a mi dormitorio, leí la nota, en la que ponía:

Draco y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora