Quédate Conmigo #5. Atrévete a quedarte (Completada) Wattys 2020

La boda

La noche es mágica, todo está sucediendo tal como fue planeado. Es hermoso, el lugar, la comida, la gente que está aquí. Nunca había creído que me gustaría tanto estar en una boda, pensé que sería aburrida y cuando escuche que tendría que ir a una iglesia, me imagine quedándome dormida, pero no fue así, las palabras del padre resonaron en mis pensamientos, me hizo recordar buenos momentos y malos. Luego, hice algo que hace mucho no hacía, mire a mi alrededor, encontré muchas caras familiares, vi a todos aquellos que hicieron que mi vida se convirtiera en algo diferente.

Entonces pongo atención a las personas más influyentes en mi vida, y comienzo a darme cuenta de todo el cambio que han tenido desde que llegue a sus vidas. Por decir, Cristina y Alejandro, cuando los conocí ya estaban juntos, se amaban con locura y estaban a punto de casarse, hoy, tienen dos hijos una linda niña llamada Telma de siete años y un niño llamado Andrés de cinco años, ambos niños con cabello oscuro pero con ojos color gris, los miro correr hacia su madre que no para de regañarlos, porque ambos son unos diablillos que no paran de hacer travesuras.

Miro a Jane y Aarón, con una pequeña niña de cinco años llamada Julieta, esa niña era como un obsequio, hace unos años habían alquilado un vientre para que mi adorado tío Aarón y su esposa, tuvieran una hija, Jane aun no podía creer que era madre. Julieta es una adoración, a su corta edad es una niña sensible, preocupada por los animales y muy honesta, Aarón la ama más que a su propia vida, esa niña es su retrato.

Mire hacia a donde están Vicky y Rogelio, ambos felizmente casados, esos dos nunca estaban separados, Vicky siempre había tenido carisma y aun le gustaba discutir con Aarón, pero era tierno cuando ambos reían y parecían casi hermanos. Esta linda pareja, ahora tiene una niña llamada Celeste de cuatro años, rubia como su madre y con ojos azules, también tienen un niño de seis años llamado Rodrigo.

Escucho la risa de la líder de la manada, quien ha llegado a la pista de baila para concederle una pieza a su hijo Sebastián de seis años, su única adoración. Ashley ya era encantadora pero cuando se convierto en madre, se volvió aún más dulce. Todas las parejas son muy felices, todas enamoradas, aun juntas, con descendientes que los volvían aún más unidos.

Jamás me había imaginado pertenecer a una familia así de enorme, nunca había creído que un día iba a salir de la habitación de mi madre drogadicta y llegaría a una familia así de enorme con mucha gente que se quiere. Volteo a ver a mi padre, quien está bailando con su ahora esposa, la mujer a la que considero una verdadera madre, Tim. Ella aun parece una jovencita como cuando la conocí, es la única que parece que la edad no ha pasado por su diminuto cuerpo, su silueta sigue siendo esbelta y aún podrían confundirla con una adolescente. Por fin, viste un vestido blanco como siempre había deseado, y es que los muy testarudos, no se habían atrevido a casarse, aunque aún recordaba que la propuesta de matrimonio fue hace ocho años, así lo habían decidido, aunque yo insistía que ya era el momento, ellos simplemente no estaban apurados, estaban muy seguros de que pasarían el resto de su vida juntos.

Respiro hondo, nunca pensé que una boda me gustaría, pero estaba feliz de ver a mis padres, por fin casándose, por fin unidos para siempre, aunque ellos siempre han sabido que lo suyo es para siempre, pero esta noche no solo celebran su unión, si no también ocho años de la unión de la manada, ellos celebran que están juntos, que han superado obstáculos y que siguen siendo una familia que se quieren y que se apoyan. Me es imposible no derramar unas lágrimas, esto es felicidad pura.

Me toco el corazón, todo es demasiado abrumador, ver como las parejas ahora han crecido, ver como siguen unidos. Doy un paso hacia atrás para tomar algo de vuelo, y salir corriendo a los brazos de mi padre para sacarlo a bailar, pero entonces siento que choco contra alguien.