Comienzo a extrañarla

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Joe.

-¡Maldita sea!- miro como Alejandro está tirando al suelo todo lo que había en su escritorio. Pedro está caminando de un lado al otro.

- Tranquilo- Cristina se acerca a Alejandro y pone su mano en su hombro, el respira hondo y veo que empieza a relajarse, aun así el nivel de enojo que tiene, sé que no se ha ido.

- Supongo que tu enojo, significa que Magda esta libre- digo, estoy recargado en la puerta, he estado aquí desde hace una hora. Desde que llegamos a España, toda la familia se instaló en una casa de renta, todos estamos juntos, viviendo en la misma casa, eso es un caos, pero a la vez todos tienen otras cosas que pensar, por decir, hace un momento Jane y Vicky peleaban por una habitación, esas pequeñas discusiones me parecían tan normales. Solo nosotros cuatro estábamos inquietos, esperando la llamada del abogado de Alejandro, esperando por el destino.

- Aun no entiendo cómo es posible- dice Alejandro, sin mirarnos, sigue mirando el suelo.- Ella estaba encerrada por intento de homicidio.

- Solo fue un intento de homicidio, no logro su objetivo- Alejandro me mira fríamente- Digo, es un alivio que no haya logrado su objetivo, pero esa mujer supo jugar sus cartas dentro de la prisión, ya pasaron ocho años desde que eso sucedió, debió de convencer a todos que ha cambiado, tal vez hasta tenga un acta por un psicólogo que diga que ella ya no piensa en asesinar a nadie.

- Vendrá detrás de nosotros- dice Pedro, se queda en la ventana, mirando hacia el enorme patio que hay en esta casa, sé que en realidad no mira el paisaje, sus pensamientos están perdidos en su miedos.

- Joe, tiene razón, ella supo jugar sus cartas, siempre lo ha hecho, el abogado dijo lo mismo, tiene una carta de buen comportamiento, tiene ocho años portándose bien y puede que un psicólogo diga lo mismo, convenció a todo el mundo para que le dieran una oportunidad, ella no puede salir del País, tiene libertad condicional. Nosotros también tomamos este asunto en nuestras manos, tenemos gente que cuida nuestra espalda, pero el mayor cuidado lo tendrá la familia de Pedro, sobre todo Ali.- Pedro sigue perdido en sus pensamientos, no quiero imaginar lo terrible que es para él, saber que alguien quiere hacerle daño a tu hija o a tu esposa.

- Estaremos bien, seguiremos en España por un rato.

- No podemos quedarnos aquí por siempre- dice Pedro- Nuestra vida está en México, por mientras podemos estar aquí, pero ni siquiera Tim aceptaría quedarse, menos por miedo, sin olvidar que Ali no le gustaría esa idea.

- No podemos vivir con miedo- dice Cristina- Tendremos todas las precauciones, pero no le tendremos miedo a esa mujer, ahora sabemos quién es y de lo que es capaz de hacer, pero no dejaremos que nos arrebate nuestra vida en México.- asiento.

- Ni estando aquí en España, nos sentiremos seguros- dice Alejandro- mientras esa mujer este libre, no tendremos noches tranquilas.

- Ella solo es una mujer, cuando ataco a Tim, no tenían las ventajas que ahora tienen, Magda no se acercará, no lo permitiremos.- digo y ellos parecen entender que es así, por un momento sienten confianza.

- Bien, mantendremos esto así, solos nosotros sabremos que Magda esta libre, hablaré con los guardaespaldas, ellos tienen que saberlo, pero los demás no, no les quitare su paz y tranquilidad. Quiero que frente a ellos, todo sea normal.- miro a Cristina, quien se sienta en el escritorio, toma la mano de Alejandro y pone su dedo debajo de su mentón, para hacerlo que suba su mirada hacia la de ella. Esa cercanía me incomoda, siento que estoy viendo algo muy intimido de su relación, pero a la vez es tierno la manera en la que ella lo apoya y consuela, nunca creí que mi tío, el hombre que era un amargado y era rudo como un titan, necesitará ser consolado.

- Tengo que irme a pelear por mi habitación.- salgo de la oficina, porque necesito tomar un respiro.

-¿Pasa algo?- pregunta Aarón, quien me hace dar un salto por el susto que me causa.

- No, nada, solo que Cristina y Alejandro se ponen algo cursis- ni siquiera sé dónde salió, solo sé que está aquí en el pasillo.

- Siempre pasa- asiento.- ¿Hablaste con Ali?

- Si, ella parece que tiene todo un plan.

- ¿Qué plan?- miro a Aarón, sé que tiene una esperanza de que Ali regrese y se quede con la familia, es más prefiere que ella me elija para que de esa manera ella se quede o algo por el estilo, aun no sé qué es lo que pretende.

- Al parecer ya está pensando en decirle que si a Yahir... ser su prometida.- Aarón pone los ojos en blanco y se recarga en la pared.

- Es terca, quiere alejarse de nosotros, o tal vez ya se dio cuenta que la familia de Yahir es muy rica y eso conviene.

- ¿Crees que ella se casaría por que le conviene?- no puedo creer que Aarón crea eso.

- No, lo dije porque estoy un poco molesto. A veces creo conocer a Ali, digo yo soy el que tuvo una unión muy fuerte con esa niña, me hizo recordar mi infancia, también la de Tim, desde entonces me prometí que ella nunca pasaría por nada por lo que tuvimos que pasar Tim y yo, ella sería feliz, tendría una buena educación, nunca tendría que trabajar en un bar, ni desvestirse para ganar dinero.- estoy algo sorprendido de lo que Aarón me está contando, no esperaba que fuera tan sincero conmigo, en realidad aun creía que me odiaba.- Pero tampoco quiero que sea infeliz, creo que si le hicimos daño a Ali, creo que entendió mal lo que queríamos enseñarle. Solo espero que tome la mejor decisión, para ella.

- Créeme, si ella decide casarse con Yahir, sé que lo hará porque ya lo pensó mucho y tomara la mejor decisión.- Aarón ni siquiera me contesta, solo se va sin decir nada más, él está pasando por un momento de transición, parece que aún no quiero asimilar que Ali ya no es una niña, que no siempre podrá cuidarla, tiene que soltarla, y al parecer le está costando más que a Pedro.

Cuando subo al segundo piso de la casa, la cual es una casa con un estilo victoriano, todo es elegante, algo antiguo pero sofisticado, en realidad me gusta mucho. Cuando llegamos, la persona que nos mostró la casa, dijo que había en total doce habitaciones, eso debería de estar bien para cinco parejas y para seis niños, pero en realidad no fue tan fácil.

Alejandro y Cristina, tomaron la habitación principal, ellos ni siquiera la pidieron, fue algo como una decisión silenciosa entre todos, ellos están pagando esta casa, era lo menos que podían hacer. Tarde unos minutos en encontrar una habitación sola, todas las que quería estaban ocupadas. Apenas me estaba acomodando en la cama para dormir un rato, sentí cuando mi celular vibro, estaba por ignorarlo cuando vi que era un mensaje de Ali.

"Estoy descubriendo cosas de la familia de Yahir"- rápidamente le conteste.

"¿Su familia lava dinero?"

"No jaja, bueno no lo sé, pero al parecer su madre es algo famosilla y su padre muy reconocido en la medicina"

"¿Eso es malo?"

"Cuando tienes que salir huyendo de las cámaras, si lo es. Aparte mi suegra es una mujer directa, ya me dijo que es preferible que su hijo este casado con una mujer importante que tenga un puesto en la empresa de Alejandro o si no, que solo sea una ama de casa"- eso si me sorprende no esperaba un ataque tan directo de su suegra.

"Vaya, esa Señora tiene otras costumbres. ¿Qué le dijiste?"

"No quise pelear, Yahir me dijo que él se encargara de ese asunto"

"Espero que lo arregle, si no tendrás una familia política más pesada que tu familia biológica"

"¿Cómo van las cosas allá?"- realmente lo estaba pensando, decirle que Magda ya era libre, que tendríamos que cuidar nuestra espalda tal vez por el resto de nuestra vida.

"Bien, la casa es enorme, Alejandro se lució, hubo algunas discusiones cuando elegían habitaciones"

"Espero que me hayan guardado una"

"No te preocupes, hay habitaciones de sobra"

"Te dejo, al parecer tengo que arreglarme para una cena de emergencia, creo que quieren presentarme con el resto de familia"- suspiro, no puedo dejar de pensar en ella y una parte de mí, comienza a extrañarla. 

Quédate Conmigo #5. Atrévete a quedarte (Completada) Wattys 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora