Por poco un infarto

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Ali.

Debo de decir que extrañe un poco a Joe durante el dia, pero solo fue porque me llevaba a todos los lugares y no tenía que pelear por los taxis, ni ir al lado de una persona dormida en el camión.

Tambien debo de admitir que le menti, claro que no tenia un dia en especifico para cumplir con la lista, cuando tenia tiempo intentaba cumplir algo de la lista, aunque lo que seguía en la lista eran cosas muy difíciles para mi, sobre todo porque tendría que decepcionar un poco a mi familia, pero ya buscaría la forma de hacerlo sin que salieran muy lastimados o enojados.

Camino con decisión a un jeep que me esta esperando, tarde en planear todo esto, hoy es el día que yo...

- ¡Ali! - doy media vuelta para encontrarme con Joe, me quedo boca abierta cuando lo veo.

- ¿Qué haces aquí? - el parece ofendido.

- ¡Te seguí, porque tu te empeñas en mentirme! - respiro hondo.

- Joe, este no es tu problema. - mira el Jeep que está detrás de mí y el señor que me espera.

- ¿Para que necesitas un Jeep? – me niego a contestarle- Ya sospecho en donde estamos, mientras venía en el camino me puse a investigar qué es lo más loco que hay en esta ubicación. ¿Harás paracaidismo? - asiento.

- Como ves, es algo que mucha gente hace, no es tan loco. - camina hacia a mi.

- Pudiste decirme, yo también quiero hacer eso. - le doy un empujón.

- Tu no lo entiendes, no puedes estar aquí.

- ¿Por qué no? ¿Tu novio te acompañará? - ahora intenta alcanzar a ver quien esta dentro del jeep.

- No, solo vete por favor.

- Ali no pasará, quiero hacer esto contigo, aunque no entiendo porque no le pides a Aarón que te acompañe a él le encantaría hacer algo como esto.

- Aarón me mataría si se entera, es un sobre protector, mira Joe...

- ¿Señorita, ya nos podemos ir? - pregunta el señor que esta en el jeep.

- Claro que si, vamos Ali- me toma de la mano y me estira al jeep.- no queremos perder esta aventura.

A Joe se le olvida soltarme de la mano aun cuando ya estamos dentro del jeep, por un momento yo también lo olvido, se siente extraño sentir su mano sujetando la mía y sentirme tan cómoda, que cuando estiro mi mano para separarla de la suya, me siento tan sola, Joe mira hacia otro lugar.

Cuando miro el pequeño avión del cual nos vamos a aventar, comienzo arrepentirme. Para Joe no es nada difícil conseguir un lugar, tiene un encanto y dinero para convencer a cualquier persona, aunque muchas veces solo es un gruñón. Recibimos las instrucciones juntos como por quince minutos y nos dan un traje muy colorido para ponernos, gafas, casco y colocan los arnés, en ese momento todo esta bien, pero en cuanto veo que ya nos comienzan a subir al avión, comienzo a sentir que todo mi cuerpo tiembla, nunca creí que sentiría tanto temor, sobre todo porque cuando era muy joven pensé que haría cosas tan locas como estas.

- ¿Qué pasa, Ali? – Joe tiene una enorme sonrisa, él está disfrutando con mi temor- Oye, no entiendo que te paso, cuando eras una niña eras tan salvaje que llegue a pensar que te meterías en muchos problemas, que esto para ti no sería nada, pero ahora resulta que te convertiste en todo lo contrario y haces cosas como estas solo porque lo dice una lista.

- La gente cambia, Joe. Cuando tú me conociste estaba enojada con la vida, ahora estoy agradecida. - vuelve a tomar mi mano, la segunda vez en el día, es tan extraño que tengamos esta cercanía, jamás creí que eso pasaría entre nosotros.

- Otro sujeto se aventará contigo, no te preocupes, tu solo disfruta. - asiento.

- ¿Me regresas mi mano?

- ¿Tanto te molesta que sujete tu mano? - me suelta.

- No somos amigos- le digo antes de subir al avión. Lo escucho reír, es un maldito engreído.

Siento que mi corazón late a mil por hora, no puedo controlar mis manos que tiemblan, hasta siento que tendré un desmayo, miro a mi izquierda y veo al engreído de Joe con una enorme sonrisa, el parece disfruta de todo, en cambio yo siento que tendré un infarto. No puedo creer que a los doce años yo decía que haría esto varias veces en mi vida, también decía que tendría una moto e iría a todos lados con ella, ahora me resulta muy riesgosa. Joe, tenia razón, la niña que el conoció, era una salvaje y quería una vida llena de aventuras, cambio sus ideas por una vida cómoda, y tranquila, aunque algo desgastante, pero al final es lo que yo había decidido.

El instructor me pide que me acomode y prepare, no puedo creer que ya estamos a una altura de cuatro mil metros y que caeremos a una velocidad de doscientos cincuenta kilómetros por hora. Miro a Joe y me guiña el ojo, yo estoy por tener un infarto.

- ¡Vamos, ricitos de oro, te veré abajo! – asiento porque no tengo voz, mi instructor me sujeta y en cuanto nos acercamos a la puerta o como sea que se llame... ni siquiera puedo respirar con todo el aire que está en mi rostro, no puedo mirar abajo, pero al final todo parece terrorífico. Mi instructor comienza a contar, y yo quiero gritar que se detenga, pero tengo que cumplir con la lista, yo tengo que hacerlo. ¡Hazlo, Ali, tienes que lograrlo!

Entonces nos aventamos, y yo siento que voy a morir. Ni siquiera puedo abrir los ojos, aunque lo hago un par de veces y realmente es de locos, ni siquiera puedo ver el suelo, realmente siento que tendré un infarto, tengo mi voz atorada en la garganta. Estoy en pánico, para nada estoy disfrutando esto. Después de una eternidad, comenzamos a bajar, me asuste demasiado cuando el instructor desplego el paracaídas. Cuando veo el suelo, pienso que vamos demasiado rápido, mi instructor me dice algo que cuando toquemos el suelo corra, pero en serio todo mi cuerpo esta hormigueando y temblando, que cuando apenas toco el suelo, termino por tropezarme, el instructor cae encima de mí y yo siento un horrible dolor en el brazo.


Quédate Conmigo #5. Atrévete a quedarte (Completada) Wattys 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora