Scandal in the office *TERMINADA*

Capítulo 38

  Apartó sus manos y ella se dejó caer sobre la cama. Sus sandalias cayeron al suelo.

-Me estás volviendo loco -gruñó él. Empezó a desnudarse.

Ella, apoyada en un codo, le sonría, aparentemente embriagada por la pasión que se respiraba entre ellos.

-He dejado la píldora -le dijo, cuando se quitó los calzoncillos.
-Fantástico. Pasaré la información a los doscientos millones de tipejos interesados.

Ella emitió un sonido que fue mezcla de risa y exclamación.
El deslizó una mano por su pierna, desde el muslo hasta la rodilla, para luego seguir pantorrilla abajo.
Levantó la pierna, le besó el tobillo y después la planta del pie. Con la otra mano investigó las curvas ocultas bajo la mata de rizos oscuros.

-¡Siwon! -______ se retorció en la cama.

Eso era justo con lo que él había soñado: ______ desnuda, deseándolo.

-Sí, di mi nombre -dijo, bajando la diminuta prenda de encaje blanco. Quería que recordara quién le estaba haciendo sentirse tan bien.

Se tumbó junto a ella y la colocó sobre él.
Ella se sentó a horcajadas sobre él y algunos mechones de su cabello, que se habían soltado, le cosquillearon el rostro.

Su mirada topacio sostuvo la de él mientras descendía lentamente sobre él, centímetro a centímetro. Cuando por fin estuvo completamente dentro de ella, ambos exhalaron un suspiro de satisfacción.
El empezó a moverse y ella se acopló a su ritmo.

Arqueó la espalda y su cabello oscuro enmarcó como tinta china la piel suave y marfileña de su rostro.
Subieron y subieron, hasta llegar al pico más alto; los gemidos de ______ se mezclaban con la respiración agitada de él.

Cuando por fin sintió que llegaba el orgasmo de ______, en oleadas largas e intensas, sintió un inmenso placer por haber conseguido rendirla.
Entonces emitió un gruñido y se dejó ir él también, con una explosión que lo lanzó al vórtice de un torbellino.

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-¿Hola? -llamó Siwon, cerrando la puerta a su espalda.

Era miércoles y había decidido regresar pronto a casa para sorprender a ______.
En realidad, no era cierto. Había regresado pronto porque necesitaba ver a ______, estar con ella.
Durante las dos semanas que habían pasado desde que regresaron de la breve luna de miel, notaba que su mente se perdía con regularidad en fantasías eróticas. No podía sacársela de la cabeza, y no deseaba hacerlo.
Dejó el maletín de cuero en la consola de la entrada y se aflojó la corbata.

-¿Hola? -repitió.

Tal vez ______ estuviera fuera. Trabajando, de compras o visitando a una amiga. Sintió un pinchazo de decepción. Se había acostumbrado a volver a casa y encontrar a alguien.
La casa de Pacific Heights había cobrado vida desde que ______ se había instalado en ella.
Tras el fin de semana largo que pasaron en Napa, un equipo de mudanzas había trasladado las pertenencias de ______ desde su piso en Russian Hill a la mansión de Pacific Heights.

En cuanto ______ decidiera qué quería hacer con el resto de sus muebles, él se ocuparía de alquilar su piso.
No tenía ninguna prisa. La había apremiado para llevarla al altar, pero podía tener toda la paciencia del mundo mientras se acostumbraban a estar casados.

Oyó una música distante y se quedó inmóvil. Parecía ser una pieza clásica.
Miró escalera arriba. La música parecía provenir de la segunda planta.
Se soltó la corbata del todo y subió los escalones de dos en dos.

En el descansillo, echó un vistazo a las puertas cerradas. Un momento después, caminó con decisión hacia uno de los dormitorios de invitados que aún seguían sin estar amueblados.

Giró el pomo y abrió la puerta. La sorpresa lo dejó clavado en el sitio.
______ saltaba, se agachaba y extendía los brazos en la habitación vacía, sin ser consciente de su presencia. Llevaba unas mallas negras y zapatillas de ballet a juego, y tenía el pelo recogido en una cola de caballo.
En un rincón había un reproductor de MP3, situado en una base de altavoces. La música, etérea y bonita, flotaba en la habitación mientras ______ se ponía de puntas, con los brazos abiertos.

Siwon contuvo la respiración. Sabía que había tomado lecciones de ballet durante años, pero no que había seguido bailando.
Observándola, sintió que su cuerpo se tensaba y excitaba. Ella parecía delicada y aérea en cada uno de sus gestos.