Capítulo 41

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  ______ miró a la doctora con horror.

Era una soleada tarde de jueves y había ido a lo que creía sería un examen ginecológico rutinario. Pero en cambio, habían dejado caer una granada en su regazo.
Había sido paciente de Leticia Bainbridge durante casi una década. Su doctora era una mujer enérgica de poco más de cincuenta años, casada y madre de dos adolescentes.
Observaba los labios de la doctora Bainbridge moverse, pero era incapaz de procesar las palabras. Quedaban ahogadas por el sonido de las campanadas a muerto que en ese momento tocaba su fertilidad.

-Fibromas uterinos... esperaremos a ver... Cirugía. .. Una posible miomectomía...

Un examen rutinario había llevado a su doctora a descubrir que tenía el útero levemente agrandado.
La habían trasladado a otra sala de examen, donde un ultrasonido abdominal había confirmado la presencia de crecimientos anómalos en su útero.

-¿Cómo ha podido ocurrir algo así sin que yo lo notara? -preguntó-. No he tenido ningún dolor.
-No todas las mujeres experimentan síntomas -le explicó la doctora Bainbridge con amabilidad.
-No has mencionado la histerectomía -se obligó a decir ______.

Se sentía temblorosa e inestable.
Si le quitaban el útero, cualquier posibilidad de quedarse embarazada desaparecería para siempre.

-Hoy en día hay otras opciones, aparte de la histerectomía -dijo la doctora Bainbridge- Podríamos intentar encoger los fibromas mediante radiología o embolización, o realizar una miomectomía, que en tu caso seguramente sería la mejor opción. Mediante una miomectomía, retiraríamos los fibromas quirúrgicamente, dejando el útero intacto.
-Aun así -persistió ______-, esto significa que mis posibilidades de quedarme embarazada se reducen bastante, ¿no?

Apenas podía soportar enfrentarse a la cruda verdad. Era injusto recibir otro golpe en ese sentido. Ya era bastante malo que su producción de óvulos estuviera disminuyendo rápidamente. Día a día, de hecho.

-Puede que te resulte más difícil concebir, sí -confirmó la doctora Bainbridge con cautela.

¿Más difícil? ______ repitió las palabras mentalmente. Si era mucho más difícil, sus posibilidades serían casi nulas. Una pareja normal sólo tenía un veinte por ciento de posibilidades de concebir un mes cualquiera.
De repente, deseó echarse a llorar. Sin embargo, no lo hizo.

-Gracias por explicarme el diagnóstico -dijo con voz carente de emoción.

Pensó en Siwon y recordó la frase que había dicho: «Sólo te interesan mis millones de espermatozoides».
Su matrimonio se basaba en un acuerdo claro de concebir a un niño. Dado que la concepción había pasado a ser más difícil que nunca, ¿dónde quedaba su matrimonio?

De repente, comprendió con claridad diáfana que en algún momento el objetivo de tener un hijo se había transformado en el sueño de tener el hijo de Siwon.
Estaba enamorada de su marido.
Esa comprensión, en vez de provocar el estallido de júbilo que habría supuesto una hora antes, le causó un intenso pánico.

-Te dejaré para que te vistas -dijo la doctora Bainbridge-. Estoy segura de que hablaremos más del tema los siguientes días y semanas.

Cuando la doctora salió de la sala, ______ se bajó de la camilla, se quitó la bata y empezó a vestirse.
Esperaba que le temblaran las manos, pero no fue así. El tumulto se desataba en su interior.

Las últimas semanas pasadas con Siwon habían sido algunas de las mejores de su vida. Por fin se sentía como si estuviera viviendo a todo color.
Sus vidas se habían fundido con una facilidad que no había creído posible. Pero aunque se habían acomodado el uno al otro, su vida sexual seguía siendo una auténtica vorágine.

Se sonrojó al recordarlo. Habían practicado el sexo en cualquier postura imaginable, e incluso en algunas que nunca se le habían ocurrido antes. Pero, por lo visto, a Siwon sí.
Rememoró, en concreto, un encuentro especialmente ardoroso que habían tenido la semana anterior, después de que él la descubriera practicando ballet en uno de los dormitorios vacíos.

Scandal in the office *TERMINADA*Where stories live. Discover now