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El joven más alto entró a la esplendorosa casa de su amigo Luke. Esa tarde harían trabajos del colegio y, por supuesto, jugar video juegos. Cada que Harry tenía tiempo libre iba con su amigo a distraerse de su miserable vida llena de lujos.

-Iré por algo de comer a la cocina, te veo en mi recamara. - dijo Luke.

-Vale. - se dirigió a las escaleras de caracol escuchando una melodía proveniente de algún cuarto de aquella casa. Supuestamente estarían solos hasta tarde ya que su madre sale todos los días a tomar el té con sus amigas y su padre viajaba constantemente en su trabajo.

El joven siguió el sonido de la canción hasta llegar a una puerta de color marrón la cual se encontraba abierta a medias dejando a la visión del chico con extrema curiosidad ver a una joven de cabello rubio y cuerpo delgado sin exagerar, vestía con una falda azul marino, un top blanco y descalza, moviendo sus pronunciadas caderas al ritmo de la música de Tiësto, que retumbaba en aquel pasillo.

La chica no paraba de bailar, estaba muy concentrada en su baile improvisado como para darse cuenta que el joven culpable de varios suspiros de casi todas las chicas del instituto, y por supuesto, los de ella también, la estaba observando bailar como nadie más la había visto, exceptuando a su mejor amiga Jane.

Al dar media vuelta hizo que la falda se alzará dejando ver sus bragas color rosa, lo que hizo que el chico abriera los ojos como platos y su miembro comenzara a despertar, por un momento él pensó en tomar esas caderas entre sus manos y hacer que... «no, eso es incorrecto», pensó él, la joven en ese cuarto luce como una niña en plena pubertad y es la primera vez que la mira después de haber venido tantas veces a la casa de su amigo.

- ¿Qué estás haciendo? - Luke apareció de la nada sacándolo de sus pensamientos.

-Yo... ehm, iba al cuarto, pero escuche... y ella bailando. - Intentó una respuesta coherente, pero falló.

-Esa chica bailando, - se asomó al cuarto y la puedo ver. - es mi hermana.

- ¿Qué? - le había tomado de sorpresa aquel comentario. -Nunca me habías dicho que tienes una hermana.

-Si bueno...- se rasco la parte trasera de su nuca con un modo de nerviosismo, puesto que le había prometido a su hermana no decirle a Harry sobre su existencia, cada vez que se reunían en su casa ella se encerraba en su habitación y esperaba a que se fuera. - Como sea estas cotilleando a mi hermana menor y eso es un tanto pedófilo.

-Espera ¿cuántos años tiene?

-Catorce, no, quince, sí, cumplirá los dieciséis dentro de poco. - dijo sin importancia.

-Vale pues no es tan pequeña que digamos.

-No, pero es mi hermana. - recalcó.

-Ya...- sus miradas volvieron a dirigirse a la hermosa chica con pasión por su baile que ni se dieron cuenta de cuánto tiempo la estaban viendo.

-Vamos. - le dio un suave golpe en el hombro antes de retirarse de aquel pasillo y dirigirse a su recamara, dio un último vistazo y la chica ahora si se dio cuenta de que la observaban, sus ojos se abrieron hasta el punto de casi salirse de sus órbitas cuando supo quien la estaba viendo, rápidamente cerró la puerta con la cara roja de la vergüenza. Una tenue risa salió de los carnosos labios de Harry y se fue en dirección a la habitación que ya bien conocía.

Por otro lado, Katherine, la chica que bailaba como si su vida dependiera de ello, estaba completamente atónita en medio de su recamara. Después de salir de su trance de shock decidió en llamar a su mejor amiga y contarle lo sucedido.

-Aló.

-Hola, Jane

- ¡Hola! ¿qué paso?

Baby GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora