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El día había comenzado con la misma aburrida rutina diaria para Katherine. Elegir que ponerse, lavarse la cara, desenredar el cabello y bajar a desayunar y al terminar lavarse los dientes.

Al llegar al colegio, Jane saludo a lo lejos a su amiga desde la entrada, fueron a sus casilleros a tomar los libros que les correspondían.

-Hey. - dijo Jane llamando su atención.

-Lo siento, ¿me hablabas?

-Si, ya no importa. ¿Cómo esta Luke?

-Bien, intentamos no pensar mucho en eso. -Cerró su casillero y abrazó los libros contra su pecho. - ¿vamos ya? - dijo dando un paso, pero Jane la detuvo volviéndola a poner en el lugar en el que se encontraba.

-Pero eso no es lo único que te tiene así, ¿me equivoco?

-No. Le conté a Harry, ya regreso de donde sea que estaba. Le intente llamar aquella noche en casa de Paul y no contestó. Ayer me lo encontré de camino a casa y me subió a su auto, volvió como si nada. No sé... es complicado.

-Harry es un tipo muy raro no sé qué te extraña, pero creo que tú lo conoces mejor que cualquier otra persona en este instituto y si crees que ha estado raro y sospechas que oculta algo yo también estaría preocupada, pero sé que Harry no hará las estupideces que hacía antes, él no estaría con otra chica que no seas tú.

-Gracias J.

-No tengas esa cara de culo, intenta hablar con él si te hace sentir mejor.

-Ese es el problema, que casi no hablamos.... no me habla. Me evita.

-Se le pasará, ya deja de mortificarte.

Las primeras clases pasaron a paso de tortuga y ningún mensaje le había llegado a Kath, ni una llamada. Nada.

-Kath ¿Vamos a la cafetería?

-Iré primero a la biblioteca a dejar un libro prestado, te veo allá.

-Vale.

La verdad es que no iría a la biblioteca, fue al vivero dónde la recibió una melena rizada al llegar a la banca.

-Hazzy.

-Hola.

-Pensé que no habías venido.

-Si yo... decidí no entrar a clases. - dijo rascándose la parte trasera de su nuca.

- ¿Por qué? ¿Qué pasa?

-Robin es lo que pasa

- ¿Ahora que hizo?

-Lo típico de él.

Siempre tenía una manera tan particular de evadir sus preguntas. No contestó nada, solo se limitó a sentarse a su lado y recargar la cabeza en su hombro sano.

- ¿Cómo sigue tu hombro?

-Bien, creo.

-Se que no estás bien.

-Nunca lo he estado.

Definitivamente ya no era el mismo que se le alargaba la mano en los pasillos para darle una discreta nalgada a Katherine.

-Vale. No te presionare a que me digas que es lo que te pasa. Si no quieres hablar está bien, pero cuando quieras hacerlo yo estaré para escucharte.

-Gracias.

Faltaban un día para la cena, pero ahora ya no se sabía si iban a ir. Llamaron a la puerta y Katherine se levantó del sillón para abrir.

Baby GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora