Baby Girl

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Después de esa platica Kath decidido hablar con su hermano avisándole que volvería a pasar la noche con Harry, posteriormente, le marcó a su mejor amiga, le contó que ya había intimidado con Harry por lo que su amiga no paro de gritar emocionada por su amiga, pues dejó de ser virgen, en cierto modo, aquellos gritos fueron tan fuertes que Katherine estaba casi segura que la señora Smith había escuchado y eso que ella se encontraba en el otro lado de la cocina limpiando.

-Jane un día de estos me dejaras sin tímpanos.

-Lo siento, pero es como si yo hubiera perdido mi virginidad también.

-Dejemos de hablar sobre eso.

-Como sea ¿de qué quieres hablar?

-No lo sé, me estoy aburriendo y no estás aquí para hacerme reír.

- ¿Soy tu payaso privado o qué?

-No, solo que... extraño pasar tiempo contigo.

-Pues parece que Harry te robo, pues ya no vienes a mi casa a dormir conmigo, me has cambiado.

-Lo siento. - río por lo bajo, Jane siempre era de esas personas que hacía reír a Kath, ella era la culpable de que las sacar de la clase por reír en el salón. - Te lo pagaré algún día.

-No te preocupes, ya te hacía falta un poco de cariño masculino. ¿No sabes a qué hora regresará?

-No, solo dijo que unas horas.

-Este niño.

-Si. - soltó un suspiro inconsciente y audible para su amiga.

- ¿Ese suspiro a que se debe?

- ¿Qué?

-Has suspirado como una pubertad enamorada.

-Dah, eso es lo que soy.

-Estas admitiendo que estás enamorada.

-Hablamos luego.

-No vas a huir de esta Katherine, te conozco como la palma de mi mano, así como sé que tienes un lunar en tu nalga izquierda.

- ¡Jane!

-Bien, hablamos luego.

-Adiós.

-Adiós chica ya no virgen

-¡Bye! - colgó con una sonrisa en su rostro, su dosis de amistad que le hacía falta la había ayudado a sentirse un poco mejor. - Señora Smith, iré a dar un paseo. Creo que explorare la casa, me pierdo con tantas puertas y pasillos.

-Claro, solo que debo decirte que hay varios lugares en esta casa que son prohibidas.

- ¿Y cómo sabré a que lugares entrar y a cuáles no?

-Tercer cuarto del segundo pasillo del segundo pasillo, primera habitación del tercer piso y la oficina del joven, al final del pasillo del primer piso.

-De acuerdo. - levantó sus brazos en su defensa y salió de la cocina con la curiosidad al tope.

La habitación que más le llamaba la atención era la oficina, atravesó el living que tenía el techo demasiado alto provocando un eco de cualquier sonido que se emitirá. - Hola... - habló escuchando su voz repitiéndose varias veces, soltó una risilla llegando al último pasillo en el que no debería de estar, al final de este había una puerta marrón, intentó girar de la perilla, pero no obtuvo éxito, pues la puerta tenía seguro, se resignó y comenzó a vagar por la casa, momentos después, el eco del sonido de la puerta abrirse sonó por la casa, bajó rápidamente de estas provocando casi caer de ellas.